Miseria a corto y medio plazo, incertidumbre a largo
En los últimos días se han publicado tres documentos relevantes. El FMI ha hecho públicas las perspectivas de la economía mundial para el segundo semestre y el informe sobre estabilidad financiera. Por último, el Banco de España analiza el impacto de la consolidación fiscal sobre el crecimiento.
El FMI destaca que la recuperación económica se debilita aún más. Para ello señala tres causas. Primero, tensiones en el área euro centradas en la debilidad de los países periféricos, alertando sobre la prioridad de implementar con urgencia las medidas tomadas por la UE. Segundo, el menor crecimiento de las áreas emergentes, las cuales se ven golpeadas por la caída de la demanda de los países adelantados, caída no suficientemente compensada por su demanda interna. Por último, dirige la vista a EE UU para, según el FMI, "evitar el precipicio fiscal". Se hace también una velada crítica a Europa por la incertidumbre política y financiera, los problemas del sector bancario español y la duda sobre la capacidad de llevar a cabo reformas por parte de los PIIGS, así como por la voluntad de los países socios de prestar ayuda. La pieza política se torna en la fórmula del alquimista, máxime cuando reconoce que "los efectos estabilizadores de las operaciones de financiación a plazo más largo del BCE se han diluido". La crisis europea (incertidumbre política y financiera) está contaminando a todos, así en EE UU las turbulencias europeas han anulado el efecto sobre la economía americana del descenso de tipo. En todo el informe solo se ve un punto positivo, la caída del precio del petróleo y las materias primas.
Pero lo peor está en lo que no dice claramente, que hace intuir que una mayor contracción es posible. Alude para ello a dos puntos básicos: mejora de las condiciones financieras en la zona euro para 2013, así como no modificar la obligación de recorte del déficit presupuestario en EE UU. Es decir, la zona euro tiene que facilitar la circulación del dinero, crédito, abaratarlo y hacerlo llegar a empresas y familias; en cuanto a EE UU, debe seguir manteniendo un déficit fiscal alto y olvidarse momentáneamente de rebajar el mismo (el FMI estima un recorte de 4 puntos en el PIB americano de no mediar una política fiscal continuista).
Como decía, había que leer entre líneas. Ahora repaso el informe sobre la estabilidad financiera y me encuentro con lo siguiente: "Los riesgos para la estabilidad financiera han aumentado", "los rendimientos de los bonos soberanos en el sur de Europa han registrado marcadas subidas a medida que seguía erosionándose la base de inversionistas", "hay que despejar sin demora las incertidumbres en torno a la calidad de los activos en los balances de los bancos, con inyecciones de capital y reestructuraciones cuando sea necesario", "las incertidumbre en torno a las perspectivas fiscales y al tope de la deuda federal de EE UU representan un riesgo latente para la estabilidad financiera". Por tanto, y aun cuando el FMI no quiera decirlo claramente, el riesgo de una nueva recesión es algo más que probable, pues los alquimistas son los políticos, precisamente los que nos han llevado hasta esta situación, eso sí, con la ayuda de los bancos de inversión y sus productos tóxicos.
Vayamos a España y hago uso del documento del Banco de España sobre la política fiscal. Les recuerdo que España ya no tiene soberanía sobre la política monetaria, si es que ahora la tiene sobre sus bancos. Por cierto, el FMI apremia a mayores avances en lo que se refiere a la unión bancaria, posiblemente para que estos escapen de los tentáculos políticos, visto el ejemplo BdE-MAFO, ya reconocido hasta por el presente gobernador, Sr. Linde. Pues bien, resulta que como reconoce el dossier, las medidas de aumento de la imposición tienen un efecto negativo en la actividad económica y el empleo tanto en el primer año (corto plazo) como en cuarto año (medio plazo). Igual ocurre al rebajar las compras públicas, la inversión pública y el empleo en semejantes horizontes temporales. Curiosamente, de todas las medidas tomadas a cabo solo hay una beneficiosa: el recorte de salarios públicos, tanto a corto plazo como a medio, especialmente en este último.
Es cierto que el efecto negativo se suaviza pero no desaparece por la generación de confianza que la reducción del déficit tiene sobre los inversores y el efecto sobre la financiación, no hablan nada del efecto Laffer (más cuota de gravamen, menor recaudación). Por tanto, y sustentándome en ello: más miseria a corto y medio plazo en España, pero en el largo está por ver.
Miguel Á. Bernal. Tutor académico del curso de Renta Fija en el IEB