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Los analistas creen que le afectará bastante la limpieza extra de balance

Popular se compromete a afrontar los desafíos sin ayudas

Banco Popular se ha convertido en una de las entidades sometidas a mayor escrutinio por parte de analistas e inversores desde que el Gobierno español solicitara el pasado sábado la ayuda de Europa para recapitalizar el sistema financiero. La posibilidad de que el Ministerio de Economía acabe exigiendo al sector un saneamiento extra de los préstamos a pymes y familias -como se ha demandado a Bankia a raíz de su nacionalización- ha puesto a la quinta entidad española en el disparadero.

Consciente de la complejidad de la situación, el presidente de Banco Popular dio un paso al frente ante los accionistas, quienes se reunían ayer en junta. Ángel Ron sostuvo que él y su equipo "trabajamos en preservar la independencia de la institución y salir adelante con nuestras propias fuerzas. Ese es nuestro objetivo, lo estamos consiguiendo en un entorno muy duro y pensamos que vamos a seguir haciéndolo".

Varias casas de análisis mostraban ayer sus reservas sobre la capacidad de Popular de asimilar el coste del saneamiento de su balance. Ahorro Corporación estimaba en 2.872 millones el déficit de capital que puede anotar por su exposición a promotores, el deterioro de adjudicados, así como por la limpieza de las hipotecas a particulares y de créditos a pymes. Ese es el importe más abultado entre los siete bancos cotizados. La segunda entidad con un panorama más complicado es Banesto (1.483 millones), pero cuenta con el respaldo de su matriz: Santander.

HSBC también se mostró preocupado "por la posición de capital de estas dos instituciones financieras", a pesar de que Banesto y Popular puedan convertir preferentes en acciones, proceder a la venta de adjudicados y cosechar plusvalías con la disposición de otros activos.

El tercer par de banderillas sobre el lomo de Popular lo clavaba Citi. El grupo estadounidense indicó en su informe que "si se toma como referencia Bankia, consideramos que toda la banca mediana se verá muy afectada por las provisiones". Destaca que "Popular necesitará recabar la mayor cantidad de capital debido a su elevada tasa de préstamos al sector promotor". Y mientras recuerda que CaixaBank tiene a mano su cartera industrial para asumir golpes, "queda menos claro que Sabadell o Popular tengan un colchón de estas características". Citi prevé que Popular, CaixaBank y Banesto anoten pérdidas a cierre de 2012.

Buena parte de la intervención de Ángel Ron en la junta fue dirigida a conjurar este tipo de dudas. El ejecutivo destacó que su entidad "es el banco con el mayor margen de explotación de toda la banca española y muy superior al promedio de la banca europea, que no sería capaz de pasar requerimientos de provisiones y test como los que nos exigen".

El directivo se mostró a favor del apoyo financiero de Europa a la banca española y estimó que "debería dar tranquilidad a los mercados, a los depositantes y a los accionistas". Sin embargo, reclamó que "se acabe cuanto antes con la incertidumbre generada por la valoración independiente" encomendada a las consultoras Oliver Wyman y Roland Berger.

Ángel Ron estimó que "si al negocio de financiación a pymes y familias se les exigen elevadas provisiones por pérdidas no incurridas (...) se dificultará todavía más la recuperación económica".

En su plan de negocio, Popular espera lograr 2.000 millones de euros con la venta de activos. Popular se desprenderá de su negocio de consumo, la actividad de seguros en Portugal y las oficinas redundantes tras absorber Banco Pastor.

Convertibles y preferentes

Ron trató de templar las quejas de los titulares de convertibles y preferentes argumentando que el banco ha retrasado la fecha de vencimiento de los convertibles desde octubre de 2013 hasta noviembre de 2015 con la intención de dar margen para que el valor se recupere y los titulares de convertibles no sufran un quebranto. Indicó que el canje de preferentes por acciones ha recibido una aceptación masiva de los tenedores (98%).

Sabadell tampoco contempla pedir fondos

Banco Sabadell también informó ayer de que no solicitará ayuda europea. El pasado viernes, la entidad ya optó por retratarse ante la CNMV, ante la inquietud que rodea al conjunto de la banca española por la proximidad de la publicación del estudio del FMI y de las auditorías de Oliver Wyman y Roland Berger, que serán referencia para determinar las necesidades de capital del sector. En un entorno de creciente exigencia en materia de provisiones, Sabadell prevé cerrar el ejercicio con una cobertura del 16% sobre el total de la cartera, al tiempo que mantendrá en positivo su cuenta de resultados, sin considerar para ello resultados extraordinarios adicionales y sin incurrir con todo ello en una reducción de los niveles de capital.En definitiva, y partiendo de los escenarios actuales, sin considerar nuevas exigencias de provisiones que puedan surgir, prevé cerrar 2012 sin necesidad de la eventual ayuda europea.En sus cálculos, que incluyen la consolidación en el segundo semestre del año de CAM, Sabadell no está anticipando saneamientos adicionales, sino que hace recuento de los recursos de los que dispone, explican en la entidad. Así, el banco cuenta con las provisiones con las que Sabadell cerró 2011 (3.200 millones), más las provisiones que se realizaron en CAM con motivo de la intervención del Banco de España antes de la adjudicación a Sabadell (9.600 millones), más las provisiones que afloran por la incorporación de Banco CAM a Sabadell (3.400 millones), más la cobertura estimada adicional por el esquema de protección de activos (3.300 millones) y las provisiones disponibles por la generación de resultados prevista (que añade otros 2.300 millones). En total, un colchón de provisiones de 21.700 millones.EPALa entidad añade que, de activarse en su totalidad el potencial del esquema de protección de activos (EPA) con que se adjudicó Caja Mediterráneo y que cubre riesgos por 23.300 millones de euros, el nivel de cobertura pasaría del 16% al 23%.

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