Emitir deuda para sanear bancos
Los bancos de la eurozona están siendo rescatados con títulos de deuda en lugar de con efectivo. Primero, los bancos irlandeses obtuvieron hasta 31.000 millones de euros en supuestos pagarés de su Gobierno en 2010.
Ahora, las entidades financieras de Grecia van a recibir 18.000 millones de euros en bonos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), el fondo de rescate de la eurozona. El grupo bancario español BFA/Bankia podría ser saneado a través del mismo método: recibir 19.000 millones en forma de bonos emitidos por el propio Gobierno de España.
Hay algunas diferencias entre estos ejemplos. Sin embargo, todos comparten la misma lógica: las instituciones que rescatan a los bancos, ya sean los Gobiernos de Madrid o Dublín o el FEEF, no tienen dinero en efectivo y no quieren emitir bonos dentro del mercado, por eso proporcionan a las entidades estos instrumentos de reconocimiento de deuda (IOU, por sus siglas en inglés).
¿De qué sirven, sin embargo, estos títulos de deuda? La respuesta es que pueden ser intercambiados por efectivo en el sistema bancario central. En el caso de Irlanda, los pagarés fueron entregados al propio banco central del país a cambio de liquidez urgente. En Grecia, los bonos del FEEF, que están respaldados por los Estados de la eurozona que no se han acogido a un plan de rescate, han de ser intercambiados con el propio Banco Central Europeo. En el caso de BFA/Bankia aún está por dilucidarse lo que sucederá. En efecto, Madrid todavía no ha decidido de manera formal acudir a esta vía.
Este tipo de planes puede tener algún que otro inconveniente: a los bancos puede que no se les permita vender los bonos pertinentes. Ese es el caso de Grecia. ¿Por qué motivo? El FEEF no quiere que una masiva cantidad de sus bonos sean vertidos en el mercado, ya que ello podría poner en peligro su capacidad de emitir nuevos títulos. No sería descabellado que Madrid pusiera una restricción de este tipo en cualquiera de los bonos que pueda entregar a Bankia como parte de su plan de recapitalización.
Al igual que con el montón de ingeniería financiera que se ha ideado durante la crisis del euro, encontrar una alternativa a la inyección directa de capital es inteligente. Pero no es una solución perfecta. El BCE está ayudando de forma efectiva a los Gobiernos con su financiación, algo que se aproxima mucho a un incumplimiento de la norma del Tratado de Maastricht que impide al banco central financiar directamente a los Estados miembros.
Los bancos centrales, por supuesto, no proporcionan a las entidades financieras el efectivo de forma permanente a cambio de los títulos de reconocimiento de deuda: de hecho, pueden retirar el dinero en efectivo en el corto plazo. Pero esa podría resultar ser más una opción teórica que susceptible de ser llevada a la práctica. El BCE ha estado autorizando lo que se supone que es asistencia urgente de liquidez a corto plazo a los bancos irlandeses durante unos dos años.
El BCE puede estar muy relajado en lo que se refiere el plan de rescate a Grecia, porque al menos recibirá los bonos del FEEF. Su gran prueba será la de BFA/Bankia. No va a querer cargar con otra obligación semipermanente, especialmente porque no es improbable que esta sea la última entidad financiera española en necesitar un rescate.
El BCE, sin embargo, tiene algunas opciones. Podría empujar a otros países de la eurozona a que recapitalicen a los bancos españoles directamente. Eso es, seguramente, la idea que más gustaría al Gobierno de Madrid. Si esta opción no prosperara, el BCE podría exigir que España inicie un rescate propio y proporcione dinero real a sus bancos, pese a que Madrid rechaza frontalmente esta opción.
Afortunadamente, la incorrección será el puente hacia una solución sólida en lugar de volver a la indefinición.