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Columna
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La fuerza del mercado

Caída de las Bolsas mundiales hasta los niveles de finales del año pasado (más del 10% de caída promedio, pero en algunos casos entre el 15% y el 20%), especial castigo a las Bolsas emergentes aunque son las europeas las que iniciaron los recortes; tipos de interés de la deuda de EE UU, Alemania, Reino Unido y Japón hasta niveles mínimos del año y en el caso de Alemania hasta mínimos históricos; caída de los precios de commodities; pero especialmente llamativo el castigo recibido por las divisas emergentes obligando a sus autoridades a intervenir para limitar los descensos; primas de riesgo en Europa al alza, en algunos casos como es el del bono español en máximos desde la creación del euro; la propia depreciación del euro, hasta el nivel más bajo desde la segunda mitad de 2010.

Es cierto que las volatilidades, como sería el caso del Vix, se mantienen relativamente bajas. Pero también lo es que la intervención de los bancos centrales se ha centrado en mantenerlas artificialmente bajas mientras aumenta la percepción de riesgo y la incertidumbre. No estoy seguro que sea una estrategia viable a medio y largo plazo. Pero a corto ha funcionado.

Pese a todo, y con esto me refiero a la solidez artificial del mercado pese a la contracción de su tamaño, su evolución sigue siendo un indicador adelantado de la economía. ¿Qué nos están diciendo ahora los mercados? No se me escapa en esta cuestión la posibilidad de que la reacción reciente de los mercados sea producto del pánico e histeria de los inversores. Pero debemos ir un poco más allá. Y es evidente que su comportamiento durante lo que llevamos del segundo trimestre anticipa un deterioro económico a nivel mundial. Recesión o fuerte desaceleración, cuando ya partimos de su moderación desde principios de año. Nosotros mismos hemos revisado al alza su evolución en este ejercicio, reflejando los mejores datos durante el primer trimestre; pero lo hemos revisado a la baja para 2013. La inercia de lo que estamos viendo ahora más la propia tensión de los mercados nos ha obligado a ello.

Sí, los mercados están valorando estos riesgos. En algunos casos, pienso en la zona euro o China, ya más certezas que riesgos. En EE UU y Japón, en Reino Unido también, los datos que vamos conociendo, aunque ambiguos, no son muy tranquilizadores. Banco Central Europeo, Reserva Federal, Banco de Japón (BoJ), Banco de Inglaterra (BoE) y Banco Central de China… ¿quién será el primero en actuar? Aunque en los últimos días comienzan a circular rumores sobre una operación coordinada a nivel internacional. No sería la primera vez. De esta forma, los inversores no deberían ahora enfocarse tanto en los riesgos como en la respuesta que ofrecerán las autoridades monetarias. A través de recortes de tipos (BCE y BoE), medidas de tipo cuantitativo (Fed y BoJ… quizás BCE y BoE) o a través del coeficiente de caja (BoC). Naturalmente, también utilizando el margen de política fiscal en el caso de China. En mi opinión, el grado de deterioro alcanzado por los mercados exige una respuesta rápida, y pensando en Grecia, también preventiva. Sí, los inversores deberían pensar en las consecuencias (positivas) de esta decisión. Y más aún observando las elevadas posiciones cortas actuales en los diferentes activos de riesgo.

Pero, vayamos por partes. Si pensamos en la Fed, la decisión más fácil podría ser la prórroga de la operación Twist que vence ahora en junio. Pero, con la moderación de la inflación (a la vista de la caída de los precios del crudo no debería extrañarnos niveles del 2% en la parte final de año) y las tensiones financieras, veremos el dato de crecimiento durante el segundo trimestre, ya no se puede descartar un nuevo quantitative easing (QE3). Reconozco que no es mi escenario, pero si algo he aprendido en esta crisis es que nada es imposible (ni improbable). Por cierto, una advertencia que debe seguir la clase política muy propensa a marcarse límites de actuación a futuro.

La presión sobre el BoE se ha acentuado tras la reciente recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) de recortes de tipos y más compra de activos. Cuestión de tiempo, quizás no mucho tiempo.

Pero es el BCE el que puede liderar la adopción de nuevas medidas. Obviamente, el accidente de la salida de Grecia del euro puede precipitarlas. Pero ya en la reunión de junio no sería extraño conocer alguna de ellas.

De Japón no podemos decir mucho: el gobernador del BoJ pidió tiempo la semana pasada para poner en práctica las aprobadas en abril antes de emprender nuevas medidas. Estoy de acuerdo. Pero todo va muy rápido. Como el propio mercado.

José Luis Martínez Campuzano. Estratega de Citi en España

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