Claves para los accionistas y clientes de Bankia
Los depositantes y bonistas pueden estar tranquilos. Las mayores dudas tras la nacionalización las concentra la evolución futura del valor en Bolsa.
Los ahorradores y clientes de Bankia pueden respirar tranquilos después de la entrada del Estado en la entidad. La nacionalización del cuarto banco español, lejos de sembrar inquietud entre los depositantes o bonistas, puede leerse como un paso que reforzará su solvencia. La seguridad con la que cuentan ahora los clientes es mayor que hace una semana, por lo que no debe cundir la alarma, tal y como recalcó el viernes el ministro de Economía, Luis de Guindos. Diferentes serán las cosas para los accionistas. Los inversores que confiaron su dinero a un proyecto de reestructuración y sinergias hace menos de un año y una salida a Bolsa que se convirtió casi en una cuestión de Estado no han recibido más que golpes. Bankia se esforzó por vender la OPS en su red y el amplio respaldo minorista resultó determinante para asegurar su debut. Un voto de confianza que ha salido muy caro a quienes confiaron en la entidad.
La debilidad del negocio bancario, el entorno económico y las incertidumbres que se abren para Bankia, en proceso de saneamiento, amenazan con continuar penalizando al título en Bolsa. La buena noticia es que se están dando los pasos necesarios para restablecer la estabilidad en la entidad, algo que de no haberse dado podría haber desatado un escenario más sombrío aún para sus accionistas. Por ello, aunque el corto plazo se presenta incierto también habrá que ver si la nueva directiva es capaz de dar impulso a la acción.
Accionistas. Cae el 44,8% desde su debut y persiste la presión bajista
La revolución que se vive en Bankia ha supuesto un duro golpe para los accionistas y se teme que la sangría bursátil continúe hasta que no se despeje el futuro de la entidad. El cambio en la cúpula directiva y la entrada del Estado en el accionariado de BFA, matriz de Bankia, evidencian la delicada situación que atraviesa la entidad pero al mismo tiempo suponen un gran paso para garantizar su futuro. Con la conversión en acciones de los 4.465 millones de euros en preferentes que tenía BFA, el Estado pasará a controlar el 45% de Bankia, una toma de control indirecta de la entidad cotizada que marca el inicio de un plan de saneamiento. BFA no cotiza en Bolsa y, por tanto, al pasar el Estado a controlar esta entidad, en principio, la nacionalización no afecta de forma directa a los accionistas de Bankia. Los títulos se seguirán negociando en el mercado con el matiz de que su matriz, BFA, ahora está controlada al 100% por el Estado.
La limpieza de BFA se valora positivamente pues reduce incertidumbres sobre el futuro de la cotizada, pero aun así Bankia acumula recomendaciones de venta. Los motivos que aducen los expertos para aconsejar reducir o vender el valor es el temor a una fuerte dilución futura para el accionista, así como las débiles perspectivas de negocio bancario en un entorno de recesión económica y con las exigencias de capital al alza. Las provisiones adicionales que debe dotar el sector para sanear su exposición al ladrillo hacen temer nuevas operaciones de recapitalización o la fusión de la matriz y Bankia, escenarios ambos que impactarán de manera significativa en la cotizada al diluir a los accionistas actuales. El dividendo que Bankia tenía previsto proponer a la junta de accionistas también queda en el aire tras la entrada del Estado en su matriz.
Ante este escenario, Bankia ha caído un 44,8% en Bolsa desde su estreno bursátil y solo esta semana ha retrocedido un 15,6%, lo que ha situado la capitalización bursátil en 4.129,5 millones de euros. Un castigo que se ha visto agravado también por la creciente desconfianza del mercado hacia el riesgo España. El precio objetivo medio del consenso recopilado por Bloomberg está en los 2,77 euros, pero hay firmas como JP Morgan (1,7), Nmas1 (1,3) o Inverseguros (1,8) que creen que el valor vale mucho menos, según las estimaciones que han actualizado esta semana.
Bonistas. El pago del cupón es hoy más seguro
Los acreedores de las diferentes modalidades de deuda de Bankia pueden respirar tranquilos. El respaldo del Gobierno asegura más que antes el pago de los intereses de la deuda. La historia reciente también es favorable. Los bonistas de las entidades financieras intervenidas hasta la fecha no han recibido quitas en los créditos que mantenían. Solo en el caso de que llegase a producirse una liquidación de la entidad, algo totalmente improbable, los acreedores sufrirían quitas en función del tipo de deuda que posean.
Desde el estallido de la crisis tan solo los bonistas de Lehman Brothers se han visto afectados y la lista de entidades que han requerido ayudas públicas es largo. Cuando una entidad se liquida el orden de prelación establece la prioridad de reembolso que tienen los inversores. Empezaría con descuento para los acreedores de deuda sénior, e iría aumentando para la deuda subordinada, las preferentes o convertibles. Pero la liquidación, a día de hoy, está descartada.
Preferentes. Los inversores quedan atrapados hasta 2013
Los inversores que canjearon preferentes por acciones de Bankia el pasado mes de marzo se encuentran atrapados. No podrán vender hasta 2013 si quieren recuperar la totalidad de su inversión inicial. Las condiciones del canje especificaban que solo recibirían el 75% del nominal de su inversión en acciones. Para llegar al 100% deberían conservar los títulos hasta 2013. Pese a esta condición, el canje tuvo un éxito abrumador. Más del 90% aceptó la propuesta para obtener liquidez y poder salir de una inversión perpetua, sin plazo de amortización. El canje se produjo a 3,3 euros, lejos de los 3,75 a los que debutó el valor el pasado verano y el problema es que quienes esperen a 2013 se arriesgan a que la acción continúe a la baja. A su favor cuentan con la posibilidad de que el cambio en la cúpula y el nuevo plan estratégico de la entidad convenzan al mercado y ayuden a su recuperación bursátil pero los ex titulares de preferentes tienen difícil no sufrir pérdidas.
No son los únicos que se han visto afectados por estas inversiones. Todavía quedan 3.100 millones de euros en preferentes de Caja Madrid que cotizan con un fuerte descuento. Está por ver si la entidad da liquidez a estos títulos. Hay expertos que no descartan que los conviertan en acciones. Por otra parte, el pago de cupón de estas preferentes también está en el aire puesto que está supeditado a que la entidad obtenga beneficios. Todas las entidades nacionalizadas desde que estalló la crisis han congelado el pago de estos cupones al aflorar pérdidas como consecuencia del deterioro económico.
Depositantes. Los ahorros de los clientes se encuentran a salvo
La entrada del Estado en Bankia reforzará la solvencia de la entidad y por tanto los depósitos de los ahorradores estarán ahora más seguros que antes de tener el respaldo de las arcas públicas. Ninguna de las entidades intervenidas durante el actual proceso de reestructuración del sistema financiero ha tenido problemas para garantizar los depósitos de los clientes. En última instancia, en un caso extremo e improbable de quiebra de la entidad, el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) garantiza hasta 100.000 euros por cliente y entidad. El límite se fijó a finales de 2008 tras la quiebra de Lehman Brothers para restablecer la confianza en el sistema financiero europeo por miedo a una fuga de capital.
Los clientes que deseen recuperar sus inversiones en ciertos productos sí deberán repasar bien las condiciones que firmaron para cada uno pues es cierto que pueden tener que afrontar penalizaciones si reembolsan su dinero antes del plazo establecido. Los titulares de pagarés, por otra parte, no están cubiertos por el FGD.
Hipotecados. La deuda con la entidad se mantiene
Los clientes de Bankia que tengan una hipoteca con la entidad deberán seguir pagando sus cuotas mes a mes como hasta ahora pese a los cambios recientes. En el caso de que la cartera hipotecaria de Bankia se traspasara a otra entidad, los clientes seguirían manteniendo su deuda.
Contribuyentes. Las ayudas y su efecto en la deuda sobre PIB del Estado
La entrada del Estado en BFA, matriz de Bankia, tendrá implicaciones para los contribuyentes. La conversión de los 4.465 millones de euros que el FROB tenía en preferentes de la entidad se convierten en capital de BFA, lo que implica que el Estado dejará de recibir los intereses anuales de casi el 8% que cobraba a la entidad por el préstamo. La decisión supone un alivio para BFA, al quitarle una pesada carga en un momento económico complejo. El contrapunto es que la devolución de las ayudas estatales se demorará, con el impacto que ello supone para los contribuyentes.
La otra gran incógnita está en saber el impacto final que tendrán las ayudas adicionales que pueda requerir Bankia en la deuda sobre PIB del Estado. El ministro De Guindos aseguró ayer que la reforma financiera no tendrá costes para el contribuyente, pero fuentes del mercado estiman que Bankia requerirá entre 7.000 y 12.000 millones de euros para hacer frente al deterioro de los activos inmobiliarios. Una cifra que no está contemplada en las estimaciones del Gobierno para este año. Según los Presupuestos Generales del Estado, se espera que la deuda pública alcance el 79% del PIB este año, una cantidad que no incluye en su totalidad el uso de los 6.000 millones de euros con los que el Gobierno reforzó el FROB el pasado mes de febrero. Está por ver, por tanto, de dónde sale el dinero para sanear la entidad.