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Tienen ventajas fiscales

Audasa emite bonos con una rentabilidad del 7,4%

Tal y como hizo el año pasado, Audasa ha lanzado una emisión de bonos a 10 años que darán una rentabilidad equivalente al 7,4% anual gracias a sus beneficios fiscales.

Depósitos, pagarés, deuda pública... La guerra del pasivo continúa y, en medio de la batalla, vuelven a aparecer productos menos habituales. Tal y como hizo hace un año, Autopistas del Atlántico (Audasa), filial de Itínere, ha lanzado una emisión de bonos a 10 años con vencimiento el 16 de mayo de 2022 que rentan el 5,75% anual.

Además, esta emisión cuenta con un arma secreta que radica en sus ventajas fiscales. A los inversores solo se les retendrá el 1,2% del importe de los intereses, frente al 21% habitual. Y no solo eso: los obligacionistas se podrán deducir en el IRPF el 24% de los intereses.

¿Pero por qué? Estos bonos gozan de los beneficios tributarios que les concede la Ley de 10 de mayo de 1972 sobre construcción, conservación y explotación de autopistas en régimen de concesión. Los beneficios tributarios se arrastran desde entonces gracias a una norma aprobada en 1978, en plena Transición. Las sociedades que gozaban de esa prebenda a 1 de enero de 1979 la mantienen actualmente.

La emisión, similar a la realizada hace justo un año, pagará un 5,75%, de forma que los inversores recibirán 57,5 euros al año por cada 1.000 y el banco les retendrá 0,69. Pero después Hacienda les descontará 1,725 euros del IRPF. ¿Cómo funciona? Si los bonos no gozaran de la bonificación, los inversores tendrían que tributar por el 21% de los intereses: los impuestos sobre 57,5 euros ascenderían a 12,075 euros. Pero se podrán deducir el 24% de esos 57,5 euros (13,8 euros). Los 1,725 euros que Hacienda le devolverá al inversor, siempre que esté sujeto al IRPF, son el resultado de los 13,8 euros menos los 12,075.

De esta manera, y tal y como se explica en el folleto remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la rentabilidad financiero-fiscal será del 7,40% para un tipo impositivo del 21%, del 7,49% para una retención del 25% y del 7,53% para el 27%.

El periodo de suscripción comienza el día 10 de abril y finaliza el próximo 10 de mayo. El objetivo de colocación son 180,3 millones de euros y la inversión mínima son 600 euros. Además, según indica en el folleto, la emisión actual cuenta con la garantía solidaria de Ena Infraestructuras.

La compañía explica que el motivo de la emisión es cubrir el vencimiento de otra emisión de obligaciones bonificadas fiscalmente por un importe de 180,3 millones de euros que se desembolsaron en 2002 y que se amortizarán el próximo mayo. La rentabilidad de dicha emisión, sin incluir los efectos de la bonificación fiscal, fue del 4,33%.

Pese a todo, estos bonos con rentabilidades muy superiores a la de los depósitos actuales, cuentan con un inconveniente adicional. Y es que al contrario que las imposiciones bancarias, estas emisiones no cuentan con la protección de 100.000 euros por titular que da el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). El plazo de 10 años y la capacidad de pago depende de la solvencia de Audasa y de su matriz Ena Infraestructuras. Los bonos no son subordinados - no se sitúan en el último lugar de pago en caso de insolvencia del emisor- y a diferencia de las preferentes no dependen de que Audasa logre beneficios.

Actualmente, ninguna agencia de rating vigila la solvencia de Audasa. La última nota data de febrero de 2004, cuando Moody's le rebajó la calificación hasta B1 desde Ba1. B1 se sitúa ya en lo que se conoce como bono basura, con elevadas dosis especulativas.

Los bonos se pueden comprar, entre otras entidades, en Bankia, Popular, CaixaBank y Sabadell.

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