Aviones sin piloto para lanzar la carrera espacial
"Failure is not an option". Es decir, el fallo no es una opción. En la carrera espacial no hay segundas oportunidades. "Cuando se lanza un satélite, por ejemplo, solo se hace una vez, así que hay pocas oportunidades de demostrar tecnología novedosa en el espacio", apunta Augusto Caramagno, responsable del negocio de ingeniería aeroespacial de Deimos Space.
Elecnor Deimos lidera un proyecto, llamado Perigeo, con el que se pretende desarrollar una plataforma para la investigación de nuevas tecnologías espaciales que se probarán en aviones no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés).
El objetivo de Perigeo es desarrollar una infraestructura que permita investigar tecnologías que pueden ser prometedoras para los programas espaciales y que ahora no se utilizan porque se consideran muy arriesgadas y no hay manera de probarlas en los entornos habituales.
"Queremos minimizar el riesgo y abaratar los costes de evaluación y calificación de las nuevas tecnologías", señala Hugo Costa, de Elecnor Deimos.
Escenarios de misión
El proyecto permite testar, en entornos controlados, nuevas tecnologías aplicables a cuatro escenarios diferentes de misiones espaciales: la observación de la Tierra, el vuelo atmosférico, el vuelo interplanetario en proximidad con cuerpos celestes (asteroides, cometas...) y el descenso y aterrizaje de naves.
Uno de los aspectos que se va a investigar es el uso de nuevos materiales como el grafeno (cuyo descubrimiento ha merecido el Nobel de Física) para el escudo térmico que protege las misiones espaciales en su reentrada en la Tierra.
El itinerario de prueba que se seguirá para chequear las nuevas tecnologías se iniciará en un entorno de simulación y laboratorios en las instalaciones de la Universidad Carlos III. Posteriormente se harán vuelos interiores con UAV comerciales del Catec (Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales) adaptados al programa. En última instancia, las tecnologías se probarán en aviones sin piloto del INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial), como el Halo o el Siva, en la base de El Arenosillo (Huelva).
El consorcio aeroespacial impulsor de Perigeo está formado, aparte de por Elecnor Deimos, por empresas como Aernnova, Ixion, Embention, Aerlyper, SCR y AD-Telecom. Además, colaboran una decena de organismos públicos, como el Catec, el INTA, la Universidad Carlos III, la Universidad Politécnica de Madrid o el Centro de Tecnología Aeronáutica.
El proyecto ha sido seleccionado por el CDTI para ser financiado dentro del su convocatoria Innpronta. Así, cuenta con un presupuesto de 18 millones de euros, que será cubierto al 85% por el organismo estatal, vía préstamos (66%) y subvención (34%). El resto lo aportan las empresas del consorcio.
En total, Perigeo involucrará a unas 70 personas y se desarrollará durante un periodo de tres años, hasta 2014.
"Uno de nuestros objetivos es desarrollar las nuevas tecnologías antes de llegar a las fases de verificación previas al lanzamiento espacial con unos costes entre un 30% y un 35% menores que con los sistemas actuales", indica Caramagno. El consorcio también busca acortar el tiempo en I+D que se necesita para alcanzar los niveles de madurez necesarios de los programas espaciales en unos dos o tres años.
A partir de 2014, los impulsores de Perigeo entienden que algunos de los resultados de sus investigaciones podrán ser industrializables y sacarse a mercado.
Además, confían en que surjan nuevas oportunidades de financiación en el marco de la Agencia Espacial Europea o del VII Programa Marco de la UE que les permitan proseguir con sus investigaciones.
Cien millones para siete proyectos de innovación
El programa Innpronta del CDTI, del que se beneficia Perigeo, cuenta con una financiación de 98,7 millones de euros para proyectos de investigación industrial de carácter estratégico, gran dimensión y largo alcance científico en áreas tecnológicas de futuro.En la última convocatoria, el Gobierno eligió siete proyectos que incluyen, por ejemplo, el IISIS, impulsado por FCC para buscar alternativas más innovadoras en edificación; el Life, liderado por Eresa y con el que se pretende mejorar la atención sanitaria de pacientes con cáncer de mama; el Ciudad 2020, de Indra, sobre nuevos modelos de ciudad, o el Adam, de Boeing, para sistemas autónomos móviles.