Grecia y la banca prometen un pacto "en los próximos días"
Los acreedores se niegan a aceptar una quita de la deuda helena que supere el 50% del valor nominal de los bonos.
Las conversaciones entre Grecia y sus acreedores privados parecen una historia sin fin. Si el lunes llegó a darse por hecho el acuerdo, ayer ambas partes manifestaron que seguirán trabajando para cerrar un pacto "en los próximos días". El ministro heleno de Finanzas, Evangelos Venizelos, prometió ayer en Bruselas que el acuerdo estará listo el 1 de febrero. Los acreedores no lo tienen tan claro.
Los inversores privados están aglutinados bajo el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) y su director gerente, Charles Dallara, compareció ayer en Zúrich para afirmar que están trabajando con las autoridades para llegar a una solución "en los próximos días". Pero instó a todas las partes a que "honren sus compromisos".
El acuerdo se ha denominado PSI (Private Sector Involvement). El compromiso de los acreedores es aceptar voluntariamente una pérdida del 50% en sus bonos griegos. Esto fue lo que se acordó en octubre, pero en el mercado se considera insuficiente y se especula con que la pérdida llegará a ser del 70%.
La primera fecha clave para Grecia es el 20 de marzo, cuando vencen 14.435 millones de euros. "Con toda seguridad, Grecia quiere que los bonos que vencen en esa fecha entren en el acuerdo", explicó a CincoDías el jefe de inversiones de la gestora La Française, subsidiaria de Crédit Mutuel, Philippe Mimran.
La deuda en manos del sector privado, un 60% del total según Dallara, suma unos 206.000 millones de euros. Es decir, las pérdidas totales podrían alcanzar unos 140.000 millones de euros. La clave está en que más allá de la quita del 50%, el resto de bonos podrían sufrir un recorte importante en su valor nominal -en el mercado ya están cotizando con un descuento que en algunos casos llega al 80%- y su cupón también se podría ver sustancialmente rebajado. La última oferta del IIF pasa un interés progresivo que iría del 3,5% en el periodo 2012-2014, para subir al 4% en 2015-2020 y llegar al 4,6% a partir de 2021.
El FMI ha señalado que la deuda pública griega, equivalente a un 165% de su PIB, tiene que reducirse a un 120% del PIB para el año 2020, para que sea sostenible. El FMI también ha establecido que para el acuerdo funcione, prácticamente el 100% de los acreedores privados tienen que aceptar el canje.
En el mercado crece el escepticismo sobre que finalmente haya un acuerdo voluntario. "El riesgo de resultado involuntario una suspensión de pagos es sustancial y más factible que un resultado voluntario", asegura Kieran Davies, de RBS.