La banca acreedora griega ve dificultades en asumir la quita
El Instituto Internacional de Finanzas advierte que el tiempo se acaba para alcanzar un acuerdo con Atenas
Las exitosas subastas de deuda de ayer de España e Italia encontraron un amenazador contrapunto en el mensaje lanzado por el Instituto Internacional de Finanzas (IIF por sus siglas en inglés), encargado de negociar con el Gobierno de Atenas la reestructuración de la deuda griega, en la que la banca debe asumir una quita del 50%.
El presidente de la institución, Charles Dallara, se reunió ayer con el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, y al término del encuentro manifestó a través de un comunicado que hay algunos aspectos que continúan sin resolverse. Reflejó así la dificultad que persiste desde hace meses para que la banca acreedora de deuda griega, francesa y alemana en su mayoría, cierre el acuerdo con el que tendrá que asumir pérdidas del 50%, según se acordó en el seno de la Unión Europea como parte del segundo plan de rescate que debe salvar a Grecia de la suspensión de pagos. "Se han discutido numerosos aspectos pero hay cuestiones que se mantienen sin resolver. Las negociaciones continuarán mañana (por hoy), aunque el tiempo para alcanzar un acuerdo se está acabando". Esta fue la declaración difundida ayer en un comunicado por el Instituto Internacional de Finanzas.
En un intento de calmar los ánimos, el ministro Venizelos se mostró "prudente y confiado" en la consecución de un acuerdo. Fuentes del Gobierno griego ya han advertido en los últimos días que es necesaria una aceptación de la quita por parte del cien por cien de la banca acreedora. De lo contrario, será necesaria nueva ayuda de Bruselas, lo que obligaría al rediseño del plan de rescate pactado en la cumbre europea del pasado 27 de octubre.
Grecia de nuevo tiene el tiempo en su contra y afronta un exigente calendario de vencimientos de deuda y sin que esté cerrado todavía el plan de salvamento con el que garantizar su capacidad de pago. Así, Atenas deberá responder en marzo a un volumen de vencimientos por importe de 14.500 millones de euros. El plan de rescate europeo, que exige un fuerte proceso de ajuste por parte de Grecia, prevé que la ratio de deuda pública sobre el PIB se reduzca del 160% actual al 120% en 2020, en una suma equivalente a 100.000 millones de euros.
El desafío que afronta la economía griega sigue haciendo desconfiar a los inversores de la capacidad de Atenas de cumplir los compromisos adquiridos y en el mercado incluso se contempla la posibilidad de que sea necesario aplicar una quita muy superior al 50%.