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El país caribeño, hundido tras la catástrofe

Haití, dos años después del terremoto

El Gobierno, la comunidad internacional y las organizaciones no gubernamentales renuevan sus compromisos de ayuda a Haití la víspera del segundo aniversario del terremoto de 2010 pero, pese a ello, todo el mundo se pregunta por qué las cosas no han mejorado de forma más clara en este tiempo.

Una familia haitiana, a la puerta de su casa en Puerto Príncipe el 11 de enero de 2011.
Una familia haitiana, a la puerta de su casa en Puerto Príncipe el 11 de enero de 2011.Reuters

El país caribeño recuerda hoy la fatídica tarde del 12 de enero de 2010, cuando un terremoto de siete grados en la escala de Richter estremeció la capital, Puerto Príncipe, y varias ciudades aledañas con una devastadora sacudida que dejó algo más de 300.000 muertos, otros tantos heridos, y más de 1,5 millones de afectados.

Cientos de miles de ellos se agolparon de inmediato en calles y plazas y comenzaron a malvivir en improvisados y precarios campamentos hechos con lonas, carpas y tiendas de campaña, en los mejores casos, y con sábanas y palos en los peores.

Gran parte de esos campamentos todavía existen, mientras los programas del Gobierno y la comunidad internacional han conseguido eliminar muchos de ellos y reubicar a miles de personas, por lo que la cifra de desplazados se ha reducido considerablemente hasta los 520.000.

También se han retirado cinco millones de metros cúbicos de escombros, más de la mitad de los que causó el temblor, que durante meses obstaculizaron el tránsito en muchas calles de la capital antillana; se han puesto en marcha programas de empleo, se han mejorado las condiciones sanitarias y 750.000 niños han regresado a las escuelas, según Unicef.

El Ejecutivo del presidente Michel Martelly, que gobierna desde mayo de 2011, aunque con problemas por no tener mayoría en el Parlamento, ha hecho de la educación una de sus prioridades y tiene en la creación de empleo otra de sus grandes metas, por lo que no descansa en sus llamamientos a los inversores extranjeros para que se animen a hacer negocios en el país.

Martelly reconoció esta semana que ocho de los diez millones de haitianos no tienen acceso a electricidad y cinco millones son analfabetos, mientras que solo unos 200.000 tienen un empleo regular de entre 4,2 millones de personas en edad de trabajar.

El dos por ciento de los haitianos controlan el 69 % de las riquezas de la nación, la más pobre de América, mientras el 80 % de la población vive con menos de dos dólares al día, y el 84 % de los haitianos con estudios universitarios vive en el extranjero.

Las organizaciones no gubernamentales han aprovechado los días previos a la conmemoración de la tragedia para hacer balance de sus actuaciones y, aunque constatan los avances logrados, los consideran tímidos y escasos en muchos casos.

Oxfam, por ejemplo, denunció que la comunidad internacional sólo ha entregado a Haití el 43 % de los 4.600 millones de dólares que prometió y su portavoz en el país caribeño Amélie Gauthier dijo hoy a Efe que existe gran preocupación tras la disolución de la Comisión Interina para la Reconstruccion de Haití (CIRH).

Este organismo, liderado por el Gobierno y la ONU e integrado por los principales países donantes, tenía la misión de gestionar una parte sustancial de los fondos de ayuda a Haití, pero terminó su mandato "y no se ha tomado una decisión sobre lo que se va a hacer ahora", explicó Gauthier.

Un informe de esta organización recuerda que "la mayoría de la población sigue sin agua corriente, sin saneamiento (servicios que sólo llegan al 17 % de la población) o acceso a un médico".

El país, además, está duramente afectado por la epidemia de cólera desatada en octubre de 2010, que ha matado a más de 7.000 personas y ha afectado a 522.335, según el último informe del Ministerio de Salud Pública, fechado el 25 de diciembre.

Eliminar las carencias sanitarias es otro gran reto que afronta Haití, según la organización no gubernamental (ONG) Médicos Sin Fronteras, mientras que Médicos del Mundo (MDM) reclama una mejor organización del sistema de salud y la gratuidad de los servicios médicos para la población.

La ONU, sin embargo, ha preferido destacar las realizaciones alcanzadas en las diferentes áreas de acción en estos años y aunque queda mucho por hacer, su coordinador humanitario para Haití, Nigel Fisher, señaló ayer que "los logros son reales y su impacto no debe ser subestimado".

Además de los mencionados, Fisher recuerda avances alcanzados en áreas como la agricultura, la salud, la educación, la nutrición y la vivienda, ámbitos en los que se ha progresado con la contribución de expertos haitianos, instituciones y organismos gubernamentales apoyados por la ONU.

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