Razones para que no se rompa el euro... ¿o sí?
La unión monetaria ha ofrecido a los países una estabilidad que la crisis de la deuda ha roto en mil pedazos. ¿Es mejor abandonar la moneda única en algún caso?
En el último año, no pocos críticos con el rescate griego han pedido la salida del país de la zona euro. Tanto los que pensaban que lastraba a Europa como los propios griegos, sobre todo, que veían cómo sus socios europeos les pedían unas condiciones draconianas e inasumibles. Si la crisis de la deuda en los miembros de la eurozona vuelve a rebrotar, ¿es aconsejable que alguno abandone la moneda única?
La realidad es que nunca en la historia se ha vivido una situación parecida a la de romperse una moneda única. "No sabríamos qué pasaría el día después. Nunca ha ocurrido que se desintegre una zona monetaria, explica Jesús Fernández-Villaverde, catedrático de Economía en la Universidad de Pennsylvania. "El ejemplo del patrón oro fue diferente. La medida del presidente Roosevelt en EE UU fue distinta, ya que no se salió del patrón oro, sino que cambió la relación del precio respecto al dólar".
Los expertos, de momento, se muestran unánimemente en contra de esta decisión. Pero existen matices. ¿Cuáles serían las consecuencias de abandonar el euro para un país como Grecia o incluso para España?
1El principal problema, al que todos los expertos hacen referencia, es la deuda. "¿En qué moneda estaría nominada la deuda? ¿En la nueva peseta o en el nuevo dracma? Tendríamos unos problemas jurídicos grandísimos", cuestiona el catedrático de Economía de la Universidad de Pennsylvania. Una moneda con menor valor respecto al euro, necesaria para ganar competitividad, provocaría que se multiplicase el volumen de las deudas en la nueva moneda. "Digo claramente que no es bueno salirse del euro. Si se deprecia un 80% el dracma respecto a la moneda común o a un nuevo marco, sería realmente complicado que pudiese devolver el dinero a los acreedores", coincide Eugenio Recio, profesor honorario de Economía en Esade.
"El problema es el pasivo", destaca también Tono Santos, catedrático de Economía de la Universidad de Columbia, "ya que es probable que no pudiesen hacer frente a la deuda", lo que dejaría también muy dañados a sus acreedores.
2Tanto un impago como una quita de la deuda, situaría en muy malas condiciones de credibilidad al nuevo banco central del país y a la economía.
"Se produciría una pérdida de confianza total a largo plazo", señala Manuel de la Rocha Vázquez, coordinador de Economía de la Fundación Alternativas. "Nadie le prestaría y eso provocaría una recesión brutal", añade.
3El colapso del sistema financiero sería la siguiente consecuencia, pronostica De la Rocha. Para este economista, si bancos e instituciones extranjeras dejan de prestar al país por falta de confianza, se produciría una quiebra en las entidades. "Habría un corte del grifo crediticio muy fuerte. Es probable que se llegase al pánico, con la salida de capital extranjero, y los ciudadanos querrían sacar también su dinero en euros de los bancos, lo que llevaría a un corralito", explica, a impedir que los ciudadanos pudiesen retirar sus depósitos libremente.
"Habría una quiebra en los bancos, que no podrían devolver el dinero a sus acreedores y a los que difícilmente les prestarían", asegura Recio. "Y una quiebra del sistema financiero es el peor escenario posible para una economía", opina Santos.
4La falta de liquidez, llevaría a las autoridades a la maquinita de hacer dinero y, por lo tanto, a una inflación. Es una consecuencia insalvable", apunta De La Rocha. "Un incremento de precios inmediato que perjudicaría gravemente a los griegos", añade Recio.
5Una razón adicional para permanecer en la eurozona sería evitar la recesión. Según lo percibe De la Rocha, el camino es nítido: salida de capitales, cierre del grifo crediticio, colapso del sistema financiero, corralito y un endurecimiento de la crisis. "Se vio en Argentina, donde durante cinco años aumentó el nivel de pobreza y las hambrunas", cuenta este economista ligado al think tank del PSOE, quien no olvida "el deterioro social" que provocaría una crisis más profunda todavía.
6La ganancia de competitividad gracias a la devaluación que se produciría para ese país no sería motivo suficiente para abandonar la moneda. "Las ventajas ahora mismo no son mayores que todos los grandes inconvenientes que se producirían", cree Tono Santos, "aunque nadie sabe qué ocurrirá en el futuro del euro". Las negociaciones entre los jefes de Estado y, sobre todo, las subastas del BCE a tres años a la banca han otorgado una estabilidad momentánea a la eurozona, apunta este profesor, "una ventana maravillosa que se le abre al nuevo Gobierno". Pero el riesgo no ha acabado. Y los creyentes ya no lo son tanto. "Si me pregunta hace un año si la moneda única se iba a romper, le contesto que no. Hoy en día no lo sé", asegura Fernández-Villaverde, quien se declara "euroescéptico". "No veo que a Dinamarca o a Suecia les haya ido peor por no estar en el euro. Pueden, por ejemplo, hacer devaluaciones competitivas". Y critica duramente la imposición alemana de control de gasto. "Podemos mantener 20 años de austeridad en la zona euro sin que nos lleve a ningún lado".