Bruselas prorroga hasta 2020 los fondos a cuatro regiones españolas
Andalucía, Castilla-La Mancha, Galicia y Murcia se beneficiarán de una prórroga en la recepción de fondos europeos, según los proyectos de reglamento aprobados ayer por la Comisión Europea. Se sumarán a Extremadura, cuya prórroga se daba por hecho inicialmente. Las normas crean una nueva categoría en el reparto de fondos, al que podrían acogerse 51 regiones en toda Europa.
La Comisión Europea aprobó ayer seis proyectos legislativos que establecen las normas para el reparto de 336.000 millones de euros en fondos estructurales y de cohesión entre 2014 y 2020. El principal cambio introducido por el comisario europeo de Política Regional, el austriaco Johannes Hahn, consiste en la creación de una nueva categoría de reparto, a la que podrán acogerse las regiones que ya no figuren entre las más pobres de Europa (con un PIB per cápita inferior al 75% de la media comunitaria) pero que tampoco hayan alcanzado un nivel de renta comparable con el de las más ricas (por encima del 90% del PIB de la media).
El cambio, que requiere la aprobación del Consejo de Ministros de la UE y del Parlamento Europeo, permitiría que cuatro comunidades autónomas españolas (Andalucía, Castilla-La Mancha, Galicia y Murcia) continúen teniendo un acceso privilegiado a los fondos disponibles, a pesar de que su PIB per cápita supere en 2014 el umbral del 75%.
Fuentes comunitarias indicaron ayer que Alemania se opone a la propuesta a pesar de que sus lander del Este podrían beneficiarse. Berlín teme, según esas fuentes, que la opinión pública interprete la nueva categoría como una recompensa para regiones que, presuntamente, no han aprovechado el potencial de las ayudas recibidas.
La propuesta inicial cuenta con el rechazo alemán
Para España, la reforma no evitará que Asturias (ahora en fase de salida del objetivo prioritario) pase a integrarse en el grupo de regiones más desarrolladas, con un previsible recorte de subsidios. Extremadura, por su parte, será ya la única comunidad española que, previsiblemente, figure entre las menos desarrolladas de Europa, un grupo de 119 millones de habitantes (casi todos en el Este) para el que se reserva el 69% de los fondos. Para los 72 millones de habitantes de las 51 regiones en transición se reservarán 38.900 millones (el 11,6%). El nivel de cofinanciación comunitaria en esas zonas será del 60% (es decir, las autoridades locales deben aportar como mínimo el 40% restante del presupuesto de cada proyecto), lejos del 85% de las regiones menos desarrolladas pero un poco más favorable que el 50% de las más desarrolladas.
El departamento de Hahn considera que ese tratamiento diferenciado permitirá a esas regiones seguir su proceso de convergencia. Y se evitará, según Bruselas, la aparente injusticia de que comunidades autónomas como Galicia (89% del PIB medio) o Andalucía (80%) reciban el mismo trato presupuestario que Londres, la región con mayor renta per cápita de toda la UE (343% de la media).
Ayudas en peligro si se incumple el déficit
La nueva legislación sobre fondos estructurales, cuyo proyecto aprobó ayer la Comisión Europea, amplía la posibilidad de suspender los concesión de subsidios a los países que incumplan los objetivos presupuestarios marcados o que acumulen graves desequilibrios macroeconómicos (déficit en la balanza comercial, por ejemplo). El Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que fija un límite de déficit del 3% del PIB nacional, ya preveía la posible suspensión del fondo de cohesión, una sanción que nunca se ha utilizado. La Comisión Europea reconoce que el nuevo castigo tampoco se aplicará, salvo en el caso excepcional de que un país se niegue repetidamente a seguir las instrucciones comunitarias para corregir sus derrapes fiscales o económicos.De hecho, Bruselas también propone que a los países intervenidos (como Grecia) se les facilite la absorción de los fondos liberándoles de aportar su parte de cofinanciación.La reforma de los fondos, sin embargo, incluye una amenaza potencialmente mucho más peligrosa para las regiones menos desarrolladas. El comisario europeo, Johannes Hahn, quiere que el reparto pase de una filosofía basada en la solidaridad a otra dominada por criterios de inversión. La nueva orientación, según Bruselas, dará prioridad a los proyectos con mayor valor añadido industrial, en innovación, o en nuevas tecnologías. Las regiones que no puedan presentar ese tipo de proyectos podrían ver reducidos sus subsidios o incluso perderlos. El 5% de los fondos se reservará para las regiones más eficaces.