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Nathan Gibbs. Gestor del fondo SISF Japanese Equity Alpha

El reto de aventurarse en el parqué nipón

La gestora británica Schroders dispone de una potente oferta en un activo tan complicado como es la Bolsa japonesa.

El reto de aventurarse en el parqué nipón
El reto de aventurarse en el parqué nipón

Schroders ofrece al inversor español dos fondos en una categoría complicada, la renta variable japonesa. La complicación es doble ya que esta categoría de activo es famosa por su decepcionante comportamiento durante más de dos décadas y por la dificultad de encontrar gestores que sean capaces de conseguir un buen comportamiento relativo (el deseado "alfa") de forma consistente.

El fondo SISF Japanese Equity Alpha ha sido gestionado por Nathan Gibbs desde su lanzamiento en el año 2004 pero anteriormente ya gestionaba un fondo desde el año 2000 con una estrategia similar, domiciliado en Reino Unido. Es, por tanto, un gestor experimentado en estos activos, a lo que hay que añadir un buen historial de comportamiento relativo que le ha hecho merecer los máximos ratings de Lipper por rentabilidad pura y consistencia.

Una de las principales características del fondo es la elevada concentración de la cartera, con alrededor de 30 valores. Por ello, es un fondo de los que se denomina de "solo mejores ideas" pero cuya concentración puede conducirle a un mayor nivel de riesgo. Sin embargo, el análisis de su comportamiento histórico a través de variadas medidas lo sitúa en un nivel de riesgo medio para su categoría. Ello podría explicarse por un exhaustivo análisis de atribuciones de rentabilidades y riesgos, que no se queda solo en métricas clásicas de datos pasados sino que se integra en el proceso online de selección de acciones. El objeto es que la selección de los diferentes valores aporte diversificación y al mismo tiempo explique la mayor parte del riesgo que se toma. Así, se trata de evitar que se tomen riesgos de naturaleza macro, exposición a divisa, etc.

Otra de las claves para entender la gestión del fondo es la importancia que tiene el análisis fundamental detallado de las compañías, llevado a cabo por un destacado equipo en Tokio, en especial en lo que se refiere al segmento de medianas y pequeñas compañías. Es en este segmento donde Nathan tiene claro que se detectan las mayores ineficiencias en cuanto a valoración y potencial de crecimiento. Por el contrario, en las grandes compañías cotizadas del índice Nikkei 225, el profundo y detallado interés que reciben por un gran número de analistas hace mucho más difícil la identificación de oportunidades. Por ello, no es de extrañar que el fondo tenga más de la mitad de la cartera en pequeñas y medianas compañías de manera consistente, encuadrándose el fondo de lleno en uno estilo all cap o todas capitalizaciones. Este sesgo del fondo hacia medianas y pequeñas compañías tampoco ha tenido el reflejo que pudiera esperase.

El gestor tiene un enfoque hacia la búsqueda de compañías con valoraciones atractivas pero la clave principal donde busca obtener el exceso de rentabilidad se encuentra en su objetivo de identificar compañías donde vislumbre con claridad un crecimiento de ventas y beneficios no reconocido por el mercado. Además, busca catalizadores que permitan materializar o hacer visible dicho crecimiento pronto ya que toma posiciones con un horizonte de 9 a 12 meses. Resumidamente, un potente análisis fundamental local, un proceso de inversión consistente en el tiempo y un sesgo a mantenerse fuera de las más grandes compañías serían las ventajas competitivas del fondo.

Algunos ejemplos de sus principales apuestas en estos momentos son compañías como Don Quijote, una cadena de hipermercados local de gestión eficiente y beneficiaria de algunas tendencias de consumo recientes, Nintendo, debido a una extraordinaria posición de caja que puede conducir a recompra de acciones, Oriental Land o una compañía de paquetería eficiente y flexible como United Transporters que se beneficia de la creciente compra de productos en internet.

Terminamos haciendo una reflexión con el gestor sobre si la larguísima historia de decepciones en el comportamiento de la Bolsa japonesa puede haber llegado a su fin. Además de los clásicos argumentos que han venido fallando invariablemente, las infravaloraciones (ciertamente, un ROE estimado del 8-9%, frente a un ratio de precio/valor en libros de uno no parece sostenible en el tiempo) y la progresiva occidentalización (y mejora por tanto) en el comportamiento de las compañías hacia el accionista (recompras de acciones, crecimiento de dividendos...), Natham ofrece un argumento interesante. Este es la dislocación entre el comportamiento de los indicadores adelantados de la economía nipona y el comportamiento de la Bolsa. Por primera vez en muchos años, mientras los primeros apuntan hacia arriba, la Bolsa lo ha hecho hacia abajo.

Juan Manuel Vicente Casadevall, EAFI Kessler & Casadevall Asesoramiento Financiero

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