El Gobierno griego ultima más recortes para recibir la ayuda de la UE
El Gobierno griego se reunió ayer de urgencia para debatir nuevos recortes que permitan al país heleno cumplir su objetivo de recorte del déficit fiscal. La reducción de los números rojos supone una condición imprescindible para que Grecia reciba el segundo fondo de rescate de 160.000 millones de la UE.
La presión de la Unión Europea, y especialmente de Alemania, sobre Grecia surtió ayer efecto y el Gobierno de Yorgos Papandreu se reunió para debatir nuevos y más severos recortes. El país heleno está a la espera de recibir el segundo fondo de rescate de la UE, sin embargo, los socios comunitarios reclaman que Grecia cumpla con sus previsiones de reducción del déficit para dar luz verde a la ayuda.
"Sin un informe positivo de la troika formada por la Comisión de la UE, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que indique que Grecia cumple con sus compromisos no se podrá pagar el próximo plazo de ayudas", señaló ayer el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble. La advertencia de la principal potencia económica de la UE desencadenó el pánico en el Gobierno griego.
De hecho, el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, canceló ayer un viaje a EE UU -donde iba a permanecer hasta el viernes- debido a la gravedad de la crisis que padece su país, que se encuentra al borde de la quiebra. Grecia debe reducir este año su déficit fiscal hasta el 7,5% del Producto Interior Bruto (PIB) y los socios de la zona del euro y de los Veintisiete no están convencidos de que pueda alcanzar esta meta. Por ello, exigen que Atenas haga más para reducir su enorme déficit, del 10,5% del PIB en 2010, y su deuda, que se espera que se situará en el 157,7% del PIB este año.
Problemas para pagar las nóminas
La situación es tan grave que el país heleno sólo tiene dinero para cumplir con sus obligaciones de pago hasta octubre. De hecho, Grecia está a la espera que la zona euro, el FMI y el Banco Mundial le entreguen un tramo de 8.000 millones de euros para pagar nóminas y pensiones. Además, la multinacional farmacéutica Roche ha cancelado el suministro de medicinas a los hospitales griegos por los impagos. Representantes de la UE, el FMI y el Banco Mundial aterrizarán hoy en Atenas para comprobar la situación de las finanzas y la evolución de los planes de austeridad. De esa misión depende que se mantengan las ayudas. Grecia se había comprometido en julio a cumplir con un programa a medio plazo hasta 2015 para ahorrar 78.000 millones de euros. Este plan incluía un recorte de pagas adicionales en el sector público y el ingreso de unos 50.000 millones adicionales por privatizaciones e incremento de impuestos. En este sentido, el dominical Vima aseguraba ayer que la "troika" exige a Grecia el despido inmediato de unos 100.000 funcionarios, mayores aumentos impositivos y más privatizaciones de empresas públicas.
A pesar de la dramática situación del país heleno, la canciller Angela Merkel rechaza la posibilidad de que Grecia abandone la zona euro. Sin embargo, el presidente de Baviera, Horst Seehofer, que pertenece al mismo partido que Merkel, no descarta esta posibilidad. "Si el Gobierno griego no quiere o puede seguir el camino marcado no deberíamos esperar a que los mercados nos fuercen a admitir la realidad", manifestó en una entrevista al semanario Der Spiegel publicada ayer. Seehofer indicó que "habría que pensar en una salida de Grecia de la zona del euro" si el país heleno no es capaz de cumplir sus compromisos.
El ministro de Finanzas griego, Angelos Venizelos, tiene previsto mantener una teleconferencia hoy con los máximos responsables de la supervisión de Grecia por parte del FMI, el BCE y la UE. Venizelos deberá convencer a las instituciones de que su país está comprometido con la reducción del déficit.