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Tribuna
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El arma Blackberry

Parece que la calma vuelve a Londres y el caos de las últimas semanas, con motines y saqueos nocturnos, deja paso a lo que siempre ha sido una de las ciudades más seguras y más cosmopolitas de la vieja Europa.

Todos estamos de acuerdo que ha sido una protesta seguida minuto a minuto en las redes sociales como Facebook y Twitter. Aunque quizá, esta nueva interacción tecnológica entre derechos sociales y redes sociales ha sido demasiado publicitada desde los medios tradicionales de Reino Unido, con portadas y editoriales donde se explicaba más el uso de las nuevas tecnologías que los propios actos delictivos. En 2011, cuando alguien quiere difundir una noticia instantáneamente, cada vez se hace un mayor uso de redes sociales como Twitter, que tiene más de 200 millones de usuarios, de los que un 9% se encuentran en Reino Unido (es el tercer país con mayor número de usuarios) por lo que parecería totalmente normal que todo se hubiera organizado siguiendo el canto de los pájaros. Pues no. Lo que puso en marcha estas noches infernales fue el uso de una aplicación de mensajería instantánea de la ya no tan popular Blackberry.

En un área metropolitana donde la desconfianza entre la policía y las comunidades locales ha sido desde hace muchos años la moneda normal de cambio, los amigos del desorden y apasionados de antiguas revoluciones se han visto obligados a buscar canales de comunicación seguros para urdir sus estrategias. La llegada de la noticia de fuertes recortes sociales para las familias fue el punto de partida para poner en práctica sus canales privados de comunicación. Para todos los cabecillas, la llegada de una aplicación como Blackberry Messenger, era la respuesta a todas sus preguntas: libre, barata, segura, privada, instantánea… con esta herramienta se podía iniciar cualquier revolución, o algo peor, una escalada de violencia sin una meta definida.

Lo que hace seguro el uso de esta tecnología Blackberry Messenger es que ha de realizarse un intercambio de pins entre los miembros conectados, algo que no ocurre en Facebook o Twitter, donde solo es necesario confirmar una solicitud para ver crecer tu red de amigos o seguidores. Este intercambio de PINS es lo que convierte BBM en una red de mensajes privados y seguros, además de low cost, donde los terminales son mucho más económicos que otros con similares prestaciones.

Blackberry se ha convertido en el arma preferida de los jóvenes descontentos de Gran Bretaña. Es ahora cuando debemos de pensar si debemos de dar más herramientas a las instituciones para controlar este tipo de conversaciones o si la ventaja de vivir en una democracia es poder disponer de armas sociales como estas.

Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña. CEO de Ocio Networks

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