Cierra elBulli
Llegó el día. El 30 de julio de 2011 pasará a la historia por ser la fecha en la que el restaurante más influyente del mundo echó el cierre
Ferran Adrià (Hospitalet de Llobregat, Barcelona, 49 años) se despide así de 18 años de experiencias y vivencias al frente de este local, ubicado en un recóndito lugar de la Costa Brava, en Cala Monjoi (Girona). Lo ha hecho rodeado de medios de comunicación y arropado por un buen repertorio de cocineros, que se han formado en el laboratorio de ideas de elBulli y a los que ha transmitido todo su conocimiento y sobre todo el afán por hacer las cosas de manera diferente.
La cita era importante, ya hace dos años cuando Adrià anunció en Madrid Fusión su intención de tomarse dos años sabáticos antes de decidir qué nueva aventura emprendería tras ese periodo, la noticia dio la vuelta al mundo. "Era el momento de darse un respiro, no había tiempo para crear, para pensar nuevos platos y había que hacerlo ahora", señaló el chef.
Fiesta
Cala Montjoi es una fiesta, la primera que se celebra entre sus muros en todos estos años. Los mejores cocineros del mundo arropan este sábado a Ferrán Adrià: René Redzepi, del que ya es considerado mejor restaurante del mundo, el danés Noma, Joan Roca, de El Celler de Can Roca, Andoni Luis Aduriz, de Mugaritz, Massimo Bottura, de Osteria Francescana, en Módena, Grant Achatz, de Alinea, en Chicago; Jose Andrés, el mejor embajador de la cocina española por el mundo; además de todos los jefes de cocina que han pasado por elBulli desde 1981.Y estaban, como no, Christian Lutaud, el cocinero que empezó con Adrià en los años ochenta a sentar las bases de lo que sería el mejor restaurante del mundo hasta en cinco ocasiones; y Juli Soler, director y copropietario del local.
Pero no hay tiempo para la nostalgia, sí para la emoción: el cierre del restaurante y su reinvención como fundación, elBullifoundation, supone un hecho inédito en el mundo de la gastronomía y en el de la empresa. En 2014, Adrià, acompañado por la mayoría de su equipo, iniciará un nuevo camino en el que la investigación e innovación serán los protagonistas. Y haciendo uso de las nuevas tecnologías compartirán con el mundo entero toda esta nueva innovación. La vocación, en palabras de Adrià, ser el MIT de la gastronomía. Para ello cuenta con el apoyo de Telefónica, que le ha nombrado embajador internacional de su marca, y que le dará soporte tecnológico a la fundación.
Sentimientos
Un emocionado Adrià apenas encuentra las palabras para mostrar sus sentimientos: "Creo que elBulli lo han hecho tanto la gente que trabaja aquí como los que han venido a comer alguna vez y los que han escrito sobre él", manifestó. El primer trabajo que realizó, "fue convencer al equipo de que el nuevo proyecto iba a ser maravilloso", y recordó el terrible momento en que se dio cuenta de que tenía que cerrar el restaurante. "Mi hermano Albert [también cocinero] me dijo: elBulli se ha convertido en un monstruo y hay que matarlo. Yo le respondí, lo vamos a domar".
A partir de ahora, elBulli, por el que han pasado cerca de 300.000 clientes, medio centenar cada día atendidos por un equipo de 50 personas, abrirá sus puertas para todas aquellas empresas e instituciones que deseen que Adrià y su equipo les cocine, eso sí, a partir de unos 115.000 euros. Es una forma, asegura Adrià, de recaudar fondos para la fundación.
Por primera vez, el cocinero se irá de vacaciones sin la presión de día a día, de tener que gestionar el restaurante que, en la última década, se ha convertido en objeto de deseo en todo el mundo. Esta noche servirá la última cena para 50 privilegiados. A partir de ahora, se escribirá una nueva historia.