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La prima de riesgo repuntó el viernes hasta los 295 puntos

Aprobado sin brillo en los mercados al plan europeo

El Ibex ha cerrado una de las mejores semanas del año con un alza del 6% y vuelve a entrar en terreno positivo en 2011 en los 10.000 puntos

Aún no se puede cantar victoria. El acuerdo global alcanzado por la UE para salvar a Grecia y al euro ha sorprendido favorablemente, aunque sin llegar a causar un optimismo desaforado en el mercado. Los pasos dados por los jefes de Estado de los 17 son muy alabados. El mensaje político a favor de la unión ha sido contundente y aunque quedan dudas sobre la capacidad efectiva del plan como cortafuegos de la crisis, marca un paso de gigante hacia la solución definitiva. Los principales interrogantes los causan los riesgos de ejecución, la eficacia del fondo de Estabilidad Financiera Europea (EFSF en sus siglas en inglés) si no se aumenta su tamaño para responder a sus nuevas atribuciones y la ausencia de una unión económica y fiscal profunda en Europa. Pero nadie duda que el avance es decisivo.

La reacción de los mercados el viernes reflejó en buena medida este sentimiento contradictorio, a la espera de más detalles sobre aspectos clave como la participación privada en el rescate a Grecia o la financiación del fondo de rescate. Las Bolsas no terminaron de responder con la euforia esperada y si bien el jueves, antes de conocer los detalles del plan repuntaron con fuerza, el viernes la respuesta fue mucho más tibia. El Ibex subió un 0,42%, suficiente, eso sí, para encadenar el tercer avance consecutivo y mantener los 10.000 puntos. La expectación anterior ha permitido que el indicador haya resuelto la tercera mejor semana del año, con una revalorización del 6,06%. El apoyo de esta recuperación ha venido directamente de los bancos, donde el dinero ha entrado con más fuerza en las últimas sesiones.

Diferente fue la reacción de las primas de riesgo, que tras relajarse al inicio de la jornada, volvieron a repuntar al cierre. El viernes el diferencial de la deuda española respecto a la alemana volvió a ampliarse hasta los 295 puntos básicos, algo que también ocurrió con Italia, país cuya prima de riesgo subió hasta 258 cuando la víspera había remitido hasta los 246,7, lo que deja entrever que quizá la dudas sobre la contención de la crisis no se han despejado del todo. Eso sí, los expertos tampoco dieron excesiva importancia a estos repuntes dadas las fuertes correcciones de la víspera. En EE UU cuando se anunció el plan de salvamento a la banca el mercado también tardó en digerir la noticia.

En general, la percepción sobre Europa es positiva. El segundo plan de rescate a Grecia, que se amplía con otros 109.000 millones, la participación del sector privado, la reducción de los tipos a Grecia hasta el 3,5%, algo de lo que también se beneficiarán Irlanda y Portugal, además de la flexibilización de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera son pasos muy alabados. Las nuevas atribuciones de este fondo de rescate, su capacidad para comprar deuda en el mercado o su facultad para conceder líneas de crédito a países en dificultades sin necesidad de imponer un programa de ajuste draconiano le convierten en un poderoso instrumento con capacidad para atajar el riesgo de contagio, aseguran los entendidos.

"Se puede decir que la cumbre ha sido lo más positivo que se podía esperar dadas las circunstancias", comenta Deutsche Bank. "Es un primer paso hacia una solución definitiva, aparte de que se han creado los fundamentos para un salvamento a toda Europa. Más que rescatar a Grecia, lo que se ha dicho al mercado es que Europa no va a dejar que caigan países como España o Italia", explica Luis Benguerel, director de renta variable y derivados de Interbrokers. "El acuerdo marca un antes y un después. Al final se ha conseguido llegar a lo que todos más o menos pedían; Alemania, que participara el sector privado, y el BCE, que se hiciera de forma voluntaria. Aún se tienen que implementar muchas cosas y quedan detalles por cerrar, pero el pacto ha creado las herramientas necesarias para inmunizar al resto de los países de la zona euro, como Portugal, Italia o España", comenta Jordi Padilla, director de Popular Gestión Privada.

Las alabanzas no faltan. La mayoría considera que se han sentado las bases para acabar con la crisis pero precisamente los riesgos de ejecución del plan son algunas de las principales críticas que recibe en la primera lectura de los expertos. "Es decepcionante que no se haya aumentado el tamaño del EFSF. Por ello, si el BCE no señala su intención de comprar bonos, el mercado cuestionará rápidamente cuánto tiempo podrá utilizar el fondo sus nuevas herramientas. Además, no queda claro la fecha a partir de la cual se podrá utilizar bajo este nuevo marco. Esto sugiere que el EFSF en el momento actual tiene poco poder para sostener los mercados de bonos de Italia y España", comenta Citi.

Una opinión con la que coincide Barclays. "Creemos que la reforma del EFSF es correcta y podría ayudar a atajar el problema del contagio pero todavía es un limitado a la hora de establecer un cortafuegos creíble", explican estos expertos.

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Junker, considera que tras el aumento de la capacidad efectiva del fondo hasta los 440.000 millones de euros, su dotación será suficiente para capear problemas potenciales. El problema es que hasta que los respectivos parlamentos europeos aprueben este aumento, algo que previsiblemente ocurrirá en septiembre, a día de hoy solo dispone de 255.000 millones efectivos, cifra a la que hay que restar los 26.000 millones concedidos a Portugal o los 17.500 de Irlanda.

De ahí que no sorprendiera en exceso la indecisión mostrada el viernes por las Bolsas, a la espera de que se concreten más detalles sobre cómo se financiará este fondo, cuándo empezará a actuar y si requiere que se aumente su dotación.

Otro aspecto que se echó en falta del acuerdo anunciado el jueves fue alguna alusión a la manera de atajar las debilidades estructurales de la zona euro. "Una pregunta que sigue en mente de los inversores es si el proyecto de la unión monetaria es viable en el medio plazo sin una mayor integración económica y fiscal", explica Barclays. "Seguimos siendo de la opinión de que una mayor unidad económica, incluyendo los eurobonos, es necesaria antes de que se pueda declara el fin a la crisis de deuda en la zona euro", concluye Société Générale.

Al menos los primeros pasos se han dado. La unidad mostrada por Europa muestra compromiso con el proyecto y una vez sorteados los riesgos de ejecución el crecimiento económico de la región determinará el éxito o fracaso. "Parece que los líderes europeos han alcanzado una serie de propuestas que demuestran su deseo de mantener el euro. Lo que ocurra en el medio plazo dependerá de que los países periféricos tengan tiempo para realizar grandes ajustes internos y también de que la economía europea logre el crecimiento necesario que permita a los países salir de sus problemas", comenta Deutsche Bank.

Wall Street no fue entusiasta con el acuerdo. El Dow Jones perdió el 0,34%, el S&P ganó un 0,09% y el Nasdaq, un 0,86%. Los índices terminaron la semana con ascensos del 1,61%, 2,19% y 2,47%, respectivamente, gracias al buen inicio de la publicación de resultados.

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