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La libra esterlina, bajo el pulgar del euro

El jovencísimo euro parece a punto de lograr la paridad con la centenaria divisa británica: una libra ya sólo cuesta 1,10 céntimos de euro, frente al euro y medio que costaba hace una década.

Al margen del orgullo imperial herido, la cotización refleja el grave deterioro económico del Reino Unido, donde buena parte de la banca sigue nacionalizada y el Banco de Inglaterra no deja de imprimir billetes para evitar el hundimiento de la economía del país.

El único consuelo que pueden invocar las autoridades británicas es que la caída de su moneda favorece las exportaciones. Pero no compensa la avalancha de malas noticias que llegan desde Londres: el ajuste en el sector financiero no ha concluido, la inflación avanza hacia el 5% y el plan de austeridad del Gobierno de Cameron merma el potencial de crecimiento. Cualquiera de ellas, referida, por ejemplo, a España, hubiera provocado un castigo inmediato de las agencias de calificación y una costosa apertura de la prima de riesgo del bono español con el alemán.

Londres, por ahora, se libra de esa penalización. Pero Joaquín Almunia, en su etapa como comisario europeo de Economía, predijo que el Reino Unido ingresaría en el euro "después de la próxima crisis". La crisis llegó en 2008. Y ha dejado tan fatigada a la divisa británica que cabe preguntarse si resistirá la dura convalecencia.

Video: apertura de un concierto en Arizona en la misma gira que trajo The Rolling Stones al Vicente Calderón el mítico 7 de julio de 1982.

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