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Federico Guillén. Presidente de Alcatel-Lucent para España y Portugal

"Las redes exigen hoy mucho más que una gran capacidad"

Formado como directivo en la filial de la compañía en México, donde fue responsable de la cuenta de Telmex, hoy en España es interlocutor global para las ventas a Telefónica

"Las redes exigen hoy mucho más que una gran capacidad"
"Las redes exigen hoy mucho más que una gran capacidad"

La conversación acordada con el presidente de Alcatel-Lucent tiene un contenido peligrosamente técnico: dar detalles de cómo concibe su empresa las nuevas redes de telecos ante el reto de la actual explosión de datos y vídeo en contenidos fijos y en movilidad que han de soportar, donde hace apenas dos décadas solo existía voz. Federico Guillén resuelve la situación con conceptos que dejan claro cuál es el asunto que tenemos entre manos.

¿Saben los fabricantes de telecos cómo deben ser las nuevas redes que asuman la capacidad desbordada por el crecimiento de aplicaciones de internet y redes sociales?

Estamos en uno de esos momentos críticos en telecomunicaciones como el que se vivió al principio del milenio, en que las redes estaban preparadas para voz y empezó a haber muchos datos. Además, se añade una derivada: entran en juego los dispositivos móviles. Ello ha provocado que el tsunami de datos que se echa encima nos obligue a hacer algo... algo muy especial. No quiero ser catastrofista, pero si no reaccionamos, no se va a poder prestar el servicio que los clientes demandan.

¿Cree que la expresión tsunami de datos, con la carga que trae a nuestra cabeza, es adecuada?

La constelación de empresas que hoy se dedican al desarrollo de aplicaciones desarrollan sus productos como si la red fuera infinita y lo que está pasando es que los equipos instalados se quedan obsoletos muy pronto. Es lo que comprobamos a nivel particular con nuestros ordenadores personales. El día que lo compraste estabas encantado porque iba rapidísimo, pero al cabo de tres años te desesperas porque lleva paso de carreta. ¿Qué ocurre? Los diseñadores de aplicaciones desarrollan sus productos contando con las capacidades crecientes que soportan los equipos de última generación... y ese ya no es el tuyo.

Con las redes pasa lo mismo. Los servicios y aplicaciones se diseñan en función de las redes más modernas y de mayor capacidad y los operadores que no adaptan sus infraestructuras, no digo que se colapsen, pero el usuario nota las dificultades y la lentitud.

¿El reto es incrementar exponencialmente la capacidad?

La capacidad es una condición básica, pero no única. Existen otras muchas exigencias. Imaginemos que el cliente está disputando una partida de videojuego y se le presenta un problema de latencia. La latencia no es ya el ancho de banda que puede ser suficiente, sino el tiempo de respuesta; esto es, el tiempo que tarda en llegar una orden a su destino. En los videojuegos es crítico; si tienes una latencia muy alta, cuando vas a matar al malo, es él el que te ha matado a ti, porque tu orden ha tardado mucho en llegar. Esto es, que si tu habilitas ese tipo de paquetes para que tengas prioridad máxima, tendrás una latencia cero y podrás ser el más rápido.

Si no valoramos las necesidades en capacidad, ¿cuál es la nueva medida para dimensionar las redes?

Siempre que hemos hecho una previsión de crecimiento de tráfico en este sector nos hemos equivocado. Nos quedamos cortos porque el cálculo lo establecemos sobre incrementos en bruto. El reto hay que plantearlo a la inversa: o empezamos ya a prever que el consumo por bit de los equipos que hacemos sea menor, o a medio plazo el sistema no será sostenible. Es una idea similar a la que plantean los ecologistas con su advertencia de que los recursos no son infinitos. Tiene un lado ecológico lo que hacemos. Las redes que diseñamos hoy reducen por dos el consumo por bit, mientras que multiplican por cuatro la capacidad de transmisión.

Son las telecos sostenibles...

Ese es un enfoque del problema. Pero también es una cuestión de precio. Imagínese que en un momento se necesita bajar archivos pesados y se requiere más velocidad. Siempre y cuando tu línea lo permita, se podría contratar y obtener una velocidad puntual mayor. Eso no ocurre ahora. Hoy, lo que contratas es una velocidad máxima y un mínimo garantizado. Podrías subir ese mínimo garantizado, lo que es tecnológicamente posible, pero si esto se hiciera de manera general, con las actuales capacidades, la red se colapsaría.

Es el eterno problema de si cobrar o no por servicios de valor añadido.

El concepto general que tenemos es que internet es gratis, pero internet requiere muchísimas inversiones. Esto es lo mismo que últimamente está pasando con las aplicaciones en los móviles. Hay aplicaciones que son gratis hasta un cierto nivel, porque se soportan con la publicidad; después son de pago. La clave está en que el precio sea razonable.

Con ese pago adicional se pueden mejorar en la red de forma que no ocurra lo que hoy con el modelo de tarifa plana, que el 90% de los usuarios usan el 10% de los recursos y el 10% de los usuarios el 90% de los recursos. Ocurre que los mismos que reclamamos "igualdad para todos" somos del 90% que usa el 10% de los recursos. Pero si ese 10% que usa el 90% de los recursos pagara un poco más, saldríamos todos beneficiados. A mi me parece socialmente justo que el que más usa debe pagar un poco más.

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