Grecia inicia el debate de su plan de ajuste presionada por toda Europa
Las protestas contra el plan de recortes griegos se recrudecieron ayer en todo el país mientras el Gobierno de Papandreu intenta convencer a los diputados de su propio partido sobre la conveniencia de sacar adelante el plan de ajuste propuesto, ante la atenta mirada de la Unión Europea.
El Parlamento de Grecia inició ayer un debate de tres jornadas sobre el nuevo programa de austeridad (2012-2015) que debe aprobar el miércoles para poder seguir recibiendo ayuda exterior y evitar la bancarrota. Las nuevas medidas están siendo debatidas por los 300 diputados del hemiciclo, en el que la mayor parte de los opositores han anunciado que votarán en contra de las propuestas del Gobierno del primer ministro, Yorgos Papandreu.
Incluso en el seno del Partido Socialista (en el Gobierno) crecen las voces que se oponen a la aplicación de nuevos recortes en sueldos y pensiones, y a nuevos impuestos por un volumen total de 6.500 millones de euros hasta 2015. Por ahora, son dos los diputados socialistas -de un total de 155- que han declarado en público su intención de votar en contra, lo que deja a Papandreu con apenas 153 votos de apoyo, dos más de la mayoría simple necesaria.
Mientras tanto, las protestas sociales se intensifican. Ayer unos militantes del centro de trabajadores comunista PAME desplegaron una enorme pancarta sobre la Acrópolis de Atenas, en la que se leía la leyenda "Los pueblos de Europa no se entregan nunca".
Los sindicatos mayoritarios del sector privado y público han convocado una huelga general de 48 horas a partir de hoy, que afectará también el tráfico aéreo, el transporte urbano, los trenes, los puertos, bancos y los servicios.
Los apagones de luz en todo el país continuarán durante una semana en contra de la planeada privatización de la empresa pública de electricidad DEH.
El debate griego sobre su nuevo plan de ajustes es seguido muy de cerca por toda la Unión Europea, que vincula su ayuda para un segundo rescate a que el Parlamento griego apruebe las medidas diseñadas por el Gobierno de Atenas. Solo una vez que el Legislativo griego haya aprobado el ajuste adicional, los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) darán el visto bueno a las ayudas, en una reunión prevista para el próximo domingo, día 3 de julio. La reunión del Ecofin, que tiene como principal punto del día el segundo programa de ayudas a Grecia, incluirá las posibles aportaciones de la banca privada francesa y alemana, que ayer admitieron que participarán voluntariamente en los rescates.
El segundo programa de emergencia para Atenas podría ascender a 120.000 millones de euros, según las últimas estimaciones, aunque oficialmente no hay cifras concretas.
Berlín descuenta el acuerdo entre los diputados griegos
El Ejecutivo alemán dio ayer por supuesto que el Parlamento griego va aprobar entre hoy y el jueves el nuevo programa de ajuste que le demanda la UE para poder beneficiarse de un segundo rescate financiero. Así lo señaló en Berlín el secretario de Estado de Finanzas, Jörg Asmussen. "Doy por hecho que esas medidas van a ser acordadas", dijo, intentando contrarrestar las críticas crecientes a la gestión alemana de la crisis griega. Ayer, alrededor de un centenar de empresas familiares germanas emitieron una declaración pública en la que critican la postura "irresponsable" mantenida por Berlín en la crisis de deuda de la zona euro y reclaman la salida de la Unión Monetaria los países con problemas económicos, como Grecia. En este sentido, acusaron a los políticos de no respetar los principios establecidos durante la fundación de la zona euro, que señalan que los Gobiernos no deberían superar un límite de deuda.Por su parte, el inversor multimillonario George Soros dijo ayer en Viena que es "probablemente inevitable" que se cree un mecanismo que permita a las economías más débiles salir del euro, dado que, hoy por hoy, no existe ninguna disposición alguna en esta materia.