Grecia, con el peor rating del mundo según S&P
Al cierre del mercado la agencia de calificación S&P volvió a recortar el rating de Grecia tres escalones que pasa de B a CCC. La nueva nota otorgada convierte al país heleno en uno de los en uno de los peores deudores, por detrás de Ghana, Jamaica o Camerún.
Pero S&P no se ha conformado con dejar a la deuda griega al borde de la quiebra sino que además ha colocado su rating en perspectiva negativa, lo que supone que dentro de tres meses podría efectuar nuevos recortes.
La nota otorgada equivale a valorar la su inversión como "extremadamente especulativa" dejándola a solo dos pasos de la quiebra. Las razones alegadas por la agencia son que la probabilidad de quiebra ha aumentado significativamente y los riesgos relacionados con el rescate de la UE y el FMI debido al aumento de la inestabilidad y tensión política del país.
La noticia se conoció en un día en el que las primas de riesgo de los países periféricos rozaron máximos. En concreto la española, que cerró en 252 puntos básicos, llegó a alcanzar durante el día los 260. No obstante, esta mañana las tensiones parecen reducirse y el diferencia entre el bund alemán y el bono español a diez años se sitúa en los 250. Todo ello en un día en el está previsto que el Tesoro coloque entre 4.500 y 5.500 millones de euros en letras a 12 y 18 meses. Asimismo, Grecia también celebra su propia su subasta en la que espera emitir letras a seis meses por valor de 1.250 millones de euros.
Hoy los ministros de Finanzas de la eurozona se reúnen para debatir sobre el segundo rescate a Grecia que podría ascender a 60.000 o 90.000 millones de euros. En un primer momento, los responsables de economía de los Veintisiete se citaron para hablar sobre la disciplina fiscal, pero las últimas noticias que llegan de Grecia han provocado una modificación en la agenda y centra la atención en la segunda intervención al país heleno.
La ayuda que se otorgará a Grecia pretende cubrir las necesidades de financiación hasta 2014. Un tercio de ésta sería proporcionada por la UE y el FMI, el otro procedería de las privatizaciones y la última parte emanaría de los acreedores privados.
A este panorama de incertidumbre convendría añadir las dudas existentes en el seno de la UE sobre la fórmula que debe adoptar Grecia para salir de la cruda situación que atraviesa. Mientras que el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, es partidario de la una reestructuración voluntaria, Alemania se opone rotundamente. De momento no hay nada claro y habrá que esperar a las decisiones que adopten los ministros de Finanzas.