La CE ofrece a la banca un plazo de diez años para aplicar Basilea III
La Comisión Europea indicó el viernes que estudia conceder a la banca un plazo de diez años para cumplir las nuevas normas de Basilea sobre fondos propios. Hasta 2021 se podrán computar como capital mínimo ciertos activos de baja calidad excluidos por Basilea III.
El departamento del comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, justificó ese periodo transitorio por la imposibilidad de aplicar con efecto retroactivo los acuerdos conocidos como Basilea III, que solo permitirán computar acciones, dinero en metálico y reservas para alcanzar el capital mínimo necesario para operar.
La tregua fue interpretada el viernes por el diario británico Financial Times (FT) como una concesión de Bruselas para facilitar que la banca europea cumpla los nuevos requisitos de capital pactados en Basilea por los reguladores internacionales.
Ese acuerdo eleva el capital mínimo al 7% de los activos (6% de Tier 1) y elimina del cómputo los llamados instrumentos híbridos (como acciones preferentes) cuya disponibilidad no esté garantizada en caso de problemas de solvencia. El FT también aseguró que Bruselas permitirá a los grandes conglomerados financieros utilizar los fondos de sus aseguradoras para cumplir los requisitos de capital de la banca en un porcentaje superior a lo pactado.
El comisario Barnier reaccionó airado a las críticas del diario. Y aseguró en un comunicado que la Comisión respetará "el equilibrio y el nivel de ambición" previsto en el acuerdo de Basilea III.
La Comisión recordó, además, que "la Unión Europea siempre ha sido la primera jurisdicción del mundo, y en algunos casos la única, en aplicar los acuerdos de Basilea". Y que en el caso de la última revisión, la UE ha decidido aplicar los nuevos criterios a los 8.000 bancos europeos y no solo a un puñado de entidades internacionales como tienen previsto hacer otros reguladores.
El departamento de Barnier negó que vaya a conceder un trato más benévolo a los conglomerados financieros. Y añadió que la nueva directiva europea de requisitos de capital, que trasladará los acuerdos de Basilea a la legislación comunitaria, eliminará por completo la utilización de esos instrumentos híbridos a efectos de cómputo de capital Tier 1.
El mismo departamento admitió, sin embargo, que se podría ofrecer un periodo transitorio de diez años para que la banca compute los híbridos emitidos con anterioridad a la directiva.
Los periodos transitorios suelen ser una práctica habitual, y ya se aplicaron en anteriores revisiones de la directiva de requisitos de capital. El departamento de Barnier aseguró que de nuevo son imprescindibles, porque la banca necesita "seguridad jurídica" sobre los instrumentos que está utilizando en estos momentos para cumplir las normas sobre requisitos de capital.
Liquidez
Bruselas asegura, no obstante, que intentará acelerar al máximo ese periodo transitorio. Y para ello propone que el plazo de diez años empiece a contar desde el momento de la publicación del proyecto de la directiva europea, prevista para el próximo mes de julio. Si se cumple ese calendario, las normas de Basilea III sobre fondos propios entrarían en vigor plenamente en 2021. A partir de ese momento, solo se podría computar como capital Tier 1 las acciones en propiedad de la entidad, su dinero contante y sonante y sus reservas.
Pero la banca europea mantiene otras reivindicaciones ante Bruselas, como la de ampliar los activos que puedan computarse para cumplir con los nuevos estándares de liquidez. La CE quiere exigir títulos de máxima calidad, como la deuda soberana, dejando fuera a activos como el oro o los bonos convertibles.
Impacto
1Menos crédito: La banca europea asegura que las normas de Basilea III sobre liquidez reducirán la capacidad de financiar préstamos a las empresas.2Menos flexibilidad: La aplicación del acuerdo reducirá el tipo de activos que la banca puede computar tanto para cumplir los requisitos de capital como los de liquidez.3Más capital: La banca cree que sus costes y necesidad de capital aumentarán, lo cual dañará a la economía real.