Temporada de estrenos en el mercado bursátil
Tras un largo año de sequía -las última salidas a Bolsa, en abril de 2010, las protagonizaron Amadeus y Enel Green Power-, la animación vuelve al mercado bursátil. Una batería de operaciones, que se inicia el próximo 13 de junio con el estreno de Atento, filial de Telefónica, se irá desgranando a lo largo de los próximos meses y servirá como termómetro para medir el interés y la capacidad de confianza de los inversores en un momento marcado por la elevada volatilidad. Además de Atento, compañías como Dia, Loterías y Apuestas del Estado, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) y Talgo apuran los plazos finales antes de su debut, mientras que por parte del sector financiero se esperan con interés los estrenos de Caixabank, Bankia, Banca Cívica y Mare Nostrum. Pese a la inestabilidad del mercado, los expertos confían en que habrá suficiente músculo inversor como para cubrir todas las salidas, si bien la clave del éxito estará, en último término y como es de esperar, en el precio que se fije en cada una de ellas.
En el caso de las cajas, la diferencia entre un buen o un mal resultado va bastante más allá del interés económico de los inversores. El éxito en la salida a Bolsa de estas entidades se percibe como una prueba de fuego en la persecución del objetivo - más que vital- de recuperación de la confianza de los mercados financieros en España. La buena o mala marcha de estas operaciones servirá así para evaluar cómo está siendo percibido el proceso de reforma del sistema financiero español y hasta qué punto se considera que ese proceso tiene garantías de éxito. En un escenario en el que hay que contar con el serio recelo hacia el sector que pesa sobre algunos inversores -especialmente extranjeros-, los analistas destacan que será determinante la suerte que corra en el parqué la entidad de mayor tamaño -Bankia-, puesto que ello marcará el ritmo y las perspectivas para todas las demás.
Los debuts bursátiles de las compañías incluidas en los planes de privatización de entes públicos del Gobierno, como es el caso de Loterías o AENA, tienen también una trascendencia evidente para el conjunto de la economía española. No en vano, la salida a Bolsa del 30% de Loterías y la venta del 49% de AENA son piezas vitales dentro del plan de ajuste fiscal previsto para este ejercicio, que debe saldarse con un recorte del déficit público del 6%, y para el siguiente, que deberá alcanzar un 4,4%. Como plato fuerte de la cartera de privatizaciones figura Loterías, que aborda su salida con mucha expectación y por cuya venta el Estado espera obtener de 6.900 a 7.500 millones de euros. Será, además, una de las pocas operaciones previstas a las que podrán acudir particulares.
En el caso de AENA, por la que el Gobierno calcula embolsar alrededor de 9.000 millones, la oferta va dirigida a inversores institucionales, aunque se baraja con bastante probabilidad que se reserve un paquete de acciones para la plantilla. Tanto Dia, cuyo objetivo es aprovechar el tirón de los emergentes, como Talgo, que retoma los planes de convertirse en cotizada años después de haberlo intentado por primera vez, Atento, que parte con unos ratios más exigentes incluso que su matriz, o LinkedIn son otros debuts que ofrecen perspectivas de extraordinario interés.
Pese a que la volatilidad del mercado puede actuar de elemento desincentivador y la coyuntura económica no es precisamente favorable -hasta el punto de que en Europa un 50% de las compañías que han anunciado su intención de salir a Bolsa han dado marcha atrás en sus planes-, el calendario de estrenos bursátiles puede ser una buena ocasión para buscar oportunidades de invertir. Como siempre, pero ahora más que nunca, si cabe, se hace imprescindible examinar con prudencia los pros y los contras de cada oferta, con especial atención a factores como el precio de colocación, las expectativas de crecimiento de la compañía y los planes sobre la política de dividendos. En cuanto al primer factor, la volatilidad actual hace más que previsible la aparición de descuentos atractivos destinados a vencer la resistencia de los inversores, mientras que el resto exigirá calibrar cuidadosamente el tipo de compañía por la que el inversor quiere apostar. Con esas precauciones en mente, se abre la temporada.