España incumple el plazo para migrar sus tarjetas a la tecnología chip
El 30% de los plásticos tiene pendiente adaptarse al estándar marcado por la banca y la UE
La banca española ha incumplido los plazos para abrazar la tecnología chip en las tarjetas. Al cierre de 2010, un 30% de los plásticos todavía solo funcionaban con banda magnética.
Europa dispone de una moneda común desde hace una década. Las carteras y monederos de los ciudadanos de 17 países del continente bien lo saben. Pero fuera del cobre y del papel, la región carece de una estructura de pagos conjunta. Por eso, la UE y la industria financiera acordaron fijar unos estándares de procesamiento para las compras con tarjeta, las domiciliaciones y las transferencias. Así nació la zona común de pagos del euro (SEPA, en inglés).
En el caso de los plásticos se decidió establecer el llamado estándar EMV (Europay, Mastercard y Visa). Dicho estándar contempla que las tarjetas operen a través de un chip en lugar de recurrir a la banda magnética. Esto da una mayor seguridad a las transacciones porque exige al titular teclear su clave en lugar de estampar una firma en un recibo.
La industria bancaria acordó que todo el parque de tarjetas, cajeros y terminales punto de venta (TPV) hubiera migrado al estándar EMV en 2010. Las entidades nacionales han incumplido esta meta. Según datos del Banco de España, el 30% de los 71,58 millones de plásticos del país operaba solo con banda magnética al acabar el año.
Los datos del Banco Central Europeo (BCE) relativos a mediados de 2010 muestran que España era el país más rezagado de Europa en el proceso de migración. Casi todas las naciones habían adaptado el 80% de sus tarjetas y aquí apenas había migrado un 43% al cierre de junio.
Vagón de cola europeo
Los motivos del desinterés son varios. La renovación de millones de tarjetas supone una inversión fuerte para bancos y cajas y, por otra parte, el fraude en España ha sido más bajo que en el resto de Europa porque la compra se tramita online y hay que mostrar el DNI.
En cambio, las entidades se han esforzado en poner al día los 59.263 cajeros y 1,55 millones de TPV. Todos están adaptados al chip porque en caso de fraude, el responsable de atender la cantidad timada es la entidad cuyo elemento (tarjeta o máquina) no cumpla el estándar EMV. Y como España recibe más de 50 millones de turistas cada año, el riesgo es demasiado elevado.
El retraso por parte de la banca española no conllevará sanción alguna y, previsiblemente, la migración se completará esta primavera. Debido a la actitud remolona del sector financiero, la Comisión Europea (CE) y el BCE harán obligatorio el uso del protocolo SEPA para transferencias y adeudos. Desde 2012 las tarjetas solo tendrán chip y carecerán de banda magnética.
La cifra
21,5 millones de tarjetas en España solo tenían banda magnética al cierre de 2010, un 30% del total. Los cajeros y TPV ya han sido adaptados a EMV.