Con menos empleo y precios más altos, ... mucho menos consumo
Dramático primer trimestre del año para los españoles. La crisis aprieta cuando parecía que ya tenía poco margen para hacerlo. En los tres primeros meses de este año, que algunos consideraban el de la recuperación, se han perdido 2.850 empleos cada día hasta llevar el desempleo muy cerca de los cinco millones de personas y nada menos que un 21,29% de los activos; los precios no han dejado de subir por la presión de los carburantes y la avaricia de los hosteleros y demás empresarios alrededor del turismo; y, como consecuencia, el consumo está aletargado, hasta el punto de que en términos reales la caída de las ventas del comercio minorista en marzo ha sido, no se asusten, del 7,9% (del 5,8% tomando todo el trimestre). Dramático primer trimestre para los españoles.
Los datos que hasta ahora se conocen de la concesión de crédito de las entidades financieras, aquellos correspondientes hasta marzo, auguraban algo como lo que la Encuesta de Población Activa (EPA) ha confirmado para el empleo. Contracción de la inversión, contracción del consumo, y, como consecuencia, contracción inevitable de la ocupación, presionando a su vez sobre las mismas variables que la han generado y engordando un indeseable círculo vicioso.
La pérdida de ocupación es generalizada en todos los sectores, pero especialmente intensa en términos relativos en la industria y la construcción, y únicamente el comportamiento en este caso pasivo de la población activa (cuando no hay posibilidades de encontrar empleo la gente pasa la frontera hacia la inactividad) ha impedido que el número de parados tocase esa barrera maldita de los cinco millones. Dramático es, en todo caso, tener 4.910.200 desempleados. Buena parte de esta pérdida de pulso de la población activa la tienen los extranjeros que ante las males expectativas laborales han dejado el país, detalle que se confirma si se observa que en Madrid la pérdida de activos es de casi 60.000 personas. En la Comunidad Valenciana y Baleares la caída es también abultada.
Un análisis sobre la calidad del empleo en el trimestre revela incluso que además de la pérdida cuantitativa, hay un deterioro cualitativo importante: la destrucción de empleo se ceba entre los trabajadores con empleo fijo, y hay una destrucción muy abultada entre ocupados con tiempo completo, mientras que crecen los que tienen contrato a tiempo parcial, que en muchos casos se acerca al subempleo, puesto que el trabajo es de pocas horas y de tal proporción es la renta que se llevan a su casa.
Los parados que son cabeza de familia llegan ya l 17,55%, pero sobrepasa el 35% en el caso de los hijos, donde se aloja el colectivo de los más jóvenes. Los hogares con pleno empleo descienden en más de 154.000, y ya escasamente superan los nueve millones, mientras que aquellos en los que todos los activos están en paro llegan a 1,38 millones.
El único alivio está en que en tasas anuales los descenso de la ocupación es prácticamente igual al del trimestre (1,32% ocupados menos), lo que indica que el ajuste se va acercando a su fin, tal como ya revelaba la afiliación a la Seguridad Social. Pero no ha concluido, y de confirmarse los augurios de los expertos, podría emplear todo este ejercicio en hacerlo. En todo caso, el carácter del empleo destruido este trimestre en absoluto debe hacer pensar que se trata de un ejercicio coyuntural, puesto que se ha concentrado en actividades de carácter industrial.
De hecho, los mensajes de aquellos que disponen de más información, aquellas empresas que disponen de más puntos de venta y contacto con el público, cuales son los gestores de los bancos, ya dejan la recuperación para 2012. Alguno de ellos, el consejero delegado de Santander, llega a advertir que seguimos teniendo un problema severo de apalancamiento en España, y que el crédito global vivo debe descender en unos 200.000 millones de euros, nada menos que un 19% del PIB.