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Secretos de despacho

De punta en blanco en Sage

Santiago Solanas busca compromiso y cercanía como nuevo consejero delegado.

El Domingo de Ramos se ha adelantado en Sage un par de semanas. Si en esa fecha dice el refrán que hay que estrenar, en la compañía británica ya están preparados. Santiago Solanas (Madrid, 1968) acaba de ocupar su flamante despacho y, lo que es más importante, su nuevo cargo. Solanas comenzaba el año como nuevo consejero delegado de la firma, muy conocida por programas como Contaplus o Nominaplus. Sustituía a Álvaro Ramírez, que había sido designado como vicepresidente ejecutivo para el sur de Europa. Y la semana pasada estrenaba, además, el despacho.

La empresa acaba de remodelar su planta noble con un estilo minimalista, blanco y de líneas limpias. Como tantas otras compañías, el piso del jefe se encuentra en la parte más alta del edificio, situado en un polígono industrial de Madrid. "Los empleados bromean diciendo que cuando suben al despacho ascienden al cielo, tan blanco como es esto", confiesa Solanas. Adyacente y separada por cristales hay una sala de reuniones. Más allá, la oficina del vicepresidente Ramírez (que reparte su tiempo entre Madrid y París) y la sala del consejo con un mesa elíptica en el centro.

Todo es blanco, con algún toque de color de una lámpara suelta o de una planta verde. La puerta de entrada al piso es automática y de cristal translúcido, así que más de uno ha bautizado también al lugar como quirófano. "Este diseño refleja la cultura de Sage: limpia, abierta, sencilla, con luz y austera", dice convencido.

Se nota que a Solanas le gusta hablar sobre principios de la compañía. Tal vez es algo aprendido de su etapa en Harvard, donde se instruyó en habilidades directivas y de gestión. "Me dio una visión más amplia del mundo y la necesidad de buscar mi espacio de reflexión".

De hecho, asegura que el 10% de su tiempo lo dedica a realizar "una reflexión intelectual, un análisis propio, a digerir la información". Por eso charla muy cómodamente de los principios por los que se debe dirigir su empresa. "Nuestro lema es tener un compromiso con lo que te rodea". A lo que se suma la agilidad, sencillez, confianza, innovación e integridad como valores, que se repiten por las paredes de algunas zonas de la empresa. "Mi objetivo como consejero delegado es convertirnos en epicentro de un ecosistema positivo", asegura sobre su nueva tarea, reconociendo que sus palabras pueden resultar algo abstractas: "Buscamos que los clientes, los proveedores, las instituciones y la sociedad quieran trabajar con nosotros". Y para ello desea utilizar dos herramientas: la responsabilidad social corporativa y la atracción y la retención del talento.

"Le dedico mucho tiempo a las personas", repite varias veces en la entrevista. Parece su pequeña obsesión. Hablar con sus empleados, conocerlos, saber sus intereses. "Dedico el otro 90% de mi tiempo a estar con las personas". En este poco tiempo como consejero delegado afirma que ya ha tenido la ocasión de encontrarse y visitar a 1.300 de las 1.400 personas que componen la plantilla en España. A sus empleados les pide compromiso y cercanía al cliente, la clave del éxito, según él, por lo que la compañía ha pasado relativamente bien estos años de crisis.

Si como gestor habla de personas, como ingeniero de telecomunicaciones se reconoce capaz de sobrellevar grandes cargas de trabajo y de lidiar con situaciones cambiantes. Pero eso sí, confiesa no saber por qué le eligieron a él como nuevo consejero delegado. "Me lo pregunto cada día". Aunque piensa que es por su trabajo anterior en Sage y su amplia experiencia en diversos cometidos y empresas como Procter & Gamble, IBM, Oracle o Microsoft.

Solanas parece aún más joven de lo que es. De trato afable y cercano, como muchos de sus colegas de empresas de software, es también muy hablador. "Soy una persona apasionada", se describe a sí mismo. Tanto que al menos dedica 12 horas a su trabajo. "Di que llego a las ocho a trabajar, no se vaya a asustar la gente", reconociendo que en realidad madruga todavía más. Y para demostrar su estilo, un cartel en su despacho: "Sonría, por favor", una filosofía en su día a día. "Cuesta lo mismo ir con optimismo por la vida".

El cerdo comprometido

No se sabe si es humor inglés, made in Sage, pero Solanas cuenta un chistecillo nada más comenzar la entrevista: "En un plato de huevos con beicon, ¿qué diferencia a la gallina del cerdo? La gallina está involucrada, pero el cerdo está totalmente comprometido". Esta es la anécdota que usa para demostrar que desea empleados comprometidos. Todos en la empresa la conocen.Y es que cuando llegó a la compañía, en 2007, explicó el significado del chiste y regaló a los directores de área un cerdo. Animal que se ha ido reproduciendo como símbolo oficioso de la firma. Pero además, en su despacho, este directivo tunea, según sus palabras, al cerdito de peluche que descansa en la repisa de su ventana. Le pone una gorra con el lema "yo superé la crisis", unas gafas de sol "de visionario" y una pajarita "porque somos una compañía inglesa", bromea.Su lugar de trabajo apenas cuenta con algún objeto personal adicional: unas fotos de sus hijas y un par de libros sobre gestión que está leyendo. Los otros elementos que le dan un cierto color son un dibujo en la pared, una planta y una pantalla para videoconferencias.

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