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A fondo

Vientos de cambio en la vieja Europa

El resultado de los comicios celebrados el domingo en Alemania y Francia es fiel reflejo de que soplan vientos de cambio en la vieja Europa. El castigo aplicado por los ciudadanos a Angela Merkel y Nicolas Sarkozy responde, en gran medida, al descontento de un electorado que ve cómo buena parte de la factura de la crisis cae sobre sus espaldas mientras entidades financieras y bancos de inversión son tratados con mayor diligencia. La canciller alemana atribuyó ayer la derrota electoral en el estratégico y rico estado de Baden-Wüttemberg a la factor japonés y al debate energético sobre el futuro de las nucleares. Cierto es que el empuje de los verdes tiene que ver con los efectos de la crisis nuclear en Japón. Sin embargo, todos los elementos invitan a pensar que se trata, más bien, de la puntilla recibida por Merkel a su trayectoria de intención de voto, ya de por sí negativa desde hace varios trimestres. De hecho, esta trayectoria es la que ha influido en el ánimo de la canciller para defender en los últimos meses posiciones nacionalistas a la hora de definir el fondo de estabilidad financiero de la UE. El intento de Merkel de que sean castigados los países con peor prima de riesgo es un guiño electoral para los alemanes descontentos y para quienes piensan que son los PIGS los responsables de los males del euro.

Del mismo modo, la derrota de Sarkozy en las elecciones cantonales francesas, en donde se ha producido un claro avance del ultraderechista Frente Nacional, supone una piedra más en el camino a su trayectoria. Pese a que en este caso se trataba de elegir algo menos de la mitad de los departamentos, la mayor parte de los líderes nacionales, como la socialista Martine Aubry lo interpretan como unas primarias a poco más de un año de las presidenciales. Sarkozy ya cosechó una derrota en las elecciones regionales de 2010, a la vez que veía cómo decenas de miles de franceses salían a la calle contra la reforma de las pensiones.

Francia y Alemania son solo dos ejemplos en el continente. Se trata de una lluvia fina que, poco a poco, termina por calar en todos los territorios nacionales. Así lo estiman las encuestas. En Reino Unido, el conservador David Cameron, que hasta ahora contaba con cierto margen, se ha visto contestado este fin de semana con una multitudinaria manifestación en contra de los recortes sociales. Así ha pasado también en Irlanda en donde ya ha habido plebiscito, con duro castigo a un gobierno que no supo evitar el rescate. En Portugal esta crisis política se ha producido desde la esfera parlamentaria. Y en España, se está cociendo a fuego lento, con el 22-M (elecciones autonómicas y municipales) como primer examen. Es tiempo de cambio y de que rindan cuenta ante los ciudadanos los líderes que han gestionado la peor crisis económica desde la II Guerra Mundial.

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