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Merkel anunica el cierre de tres plantas

Europa se replantea el futuro de las centrales

Lo ocurrido esta madrugada en la central de Fukushima ha reactivado los temores a una posible fuga radioactiva. Los acontecimientos que se han sucedido tras el terremoto del viernes 11 en Japón han hecho a muchos gobiernos replantearse su postura sobre el empleo de la energía nuclear.

Esta madrugada las alertas nucleares se han disparado después del aumento de los niveles de radioactividad por la explosión y el incendio declarados en dos de los reactores de la planta de Fukushima. El primer ministro japonés, Naoto Kan, ha comparecido en rueda de prensa para pedir calma y anunciar a los ciudadanos que el gobierno está realizando todo lo que puede para evitar una catástrofe de consecuencias aún mayores.

Las autoridades niponas han pedido a los habitantes que se encuentran a 30 kilómetros de distancia que no salgan de sus casas y han prohibido sobrevolar la zona por riesgo de contaminación.

Merkel paraliza la actividad en tres nucleares

En Alemania, la canciller Angela Merkel, hasta el momento a favor de la energía nuclear, ha anunciado hoy la paralización de las plantas más antiguas del país mientras dure el aplazamiento de tres meses del plan que pretendía alargar la vida útil de las centrales.

Este anuncio se ha realizado después de la reunión que ha mantenido con los jefes de gobierno de los cinco estados federados con plantas nucleares y los ministros de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, y Economía, Reiner Brüderle.

Ayer, la dirigente germana anunciaba su intención de frenar de manera temporal la ley aprobada en septiembre que permitía prolongar la vida útil de las centrales durante 14 años más. Lo ocurrido en Japón ha supuesto en giro en la orientación energética del gobierno. Muchos ven estas nuevas medidas como una oportunidad electoralista en un momento en que la mayoría de la población está en contra de las nucleares y con las elecciones a la vuelta de la esquina.

Según lo comunicado por Alemania, la desconexión afectará a las plantas construidas antes de 1980. El resto continuará funcionando con normalidad mientras dure la moratoria.

Las reacciones en Europa no han parado de sucederse. Ayer el comisario europeo de Energía, Günter Oettinger, convocó un Consejo Extraordinario para revisar los niveles de seguridad de las centrales y analizar las consecuencias y riesgos a los que se enfrenta Japón. En un principio solo iban a participar los organismos nacionales de control atómico y los propietarios de las centrales. Más adelante extendieron la invitación a los ministros de Energía de la UE.

Suiza, que cuentas con cinco reactores encargados de producir el 40% de la electricidad, ha decidido suspender las licencias para la construcción de tres centrales nucleares que sustituirían a aquellas cuya vida útil ha llegado a su fin. Las autoridades han anunciado que revisarán las normas de seguridad, algo que también realizará Finlandia.

Por su parte, el ministro de Medio Ambiente de Austria, país que prohíbe las centrales en su constitución, ha pedio al resto de estados que sometan sus plantas a test de estrés para medir el grado de seguridad.

España, sin un rumbo claro

Este martes, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se reúne en Moncloa con la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear, Carmen Martínez Ten, para analizar la situación que atraviesa Japón.

Por su parte, la vicepresidente económica, Elena Salgado, ha señalado que las últimas noticias que proceden de Fukushima hace más necesario que nunca un debate sobre la seguridad nuclear. No obstante, ha matizado que al Gobierno no le toca tomar decisiones concretas porque ninguna de nuestras centrales se encuentran en una situación similar a la de Alemania.

Ayer, el portavoz del ejecutivo, Marcelino Iglesias, aclaró que no es el momento de reabrir un debate sobre la conveniencia de las nucleares y aseguró que la población ya conoce la postura del Gobierno. Algo que no parece convencer a los ecologistas que consideran que el presidente tendría que tomar una actitud que ponga fin a su ambigüedad, tal y como señalaba Sara Pizzinato, responsable de energía de Greenpeace.

Uno de los temas pendientes en nuestro país es la instalación del cementerio de residuos nucleares, tema que ha generado un gran revuelo entre la opinión pública y los posibles afectados por esta medida.

Por su parte, el PP trata de eludir una respuesta clara. En la jornada anterior, María Dolores de Cospedal fue pregunta en repetidas ocasiones sobre la prolongación de la vida útil y no aportó una idea clara de la posición del partido. Hasta el momento el PP era partidario de alargar la actividad de las plantas hasta los 60 años y construir otras nuevas.

Obama suaviza su discurso general

Barack Obama unos días antes de lo ocurrido en Japón se mostraba favorable a la implantación de nuevas centrales con el fin de reducir la contaminación y la dependencia energética. Sin embargo, el peligro a una alarma nuclear y el recuerdo del accidente de Harrisburg en 1979 (el segundo más grave de la historia de la industria nuclear) han provocado se su discurso de suavice. EE UU parece dejar a un lado la concesión de nuevos permisos y permanece a la espera de conocer las lecciones que emanen de este nuevo incidente.

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