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Reforma del Estado de bienestar

Reino Unido limita a 30.000 euros por familia las ayudas públicas

En Reino Unido hay cinco millones de personas que cobran benefits, los subsidios que da el Estado a los más necesitados.

De ellos, 1,4 millones llevan recibiendo las ayudas desde hace casi 10 años y se estima que el Gobierno gasta 6.000 millones de libras anualmente en el pago de subsidios fraudulentos o erróneos. Para atajar este problema, el primer ministro británico, David Cameron, y el secretario de Trabajo y Pensiones, Iain Duncan, presentaron ayer la mayor reforma del Estado de bienestar de Reino Unido en 60 años. El anuncio es un paso más dentro de su drástico plan de reducción del déficit, que llegó al 12% del PIB en 2010.

El proyecto, que se pondrá en marcha en 2013, contempla eliminar los 50 tipos diferentes de benefits que existen y sustituirlos por un único "crédito universal" que se dará en función de los salarios. Hoy existen subsidios para madres solteras, para discapacitados y para cuidadores de personas dependientes, entre otros. También habrá un límite de 26.000 libras anuales (30.000 euros) por familia.

La ley será especialmente dura con aquellos que rechacen un empleo. Downing Street también retirará el 10% de las ayudas al alquiler a todo aquel que lleve más de un año parado. Los que rechacen reiteradamente ofertas de trabajo se exponen a perder cualquier tipo de subsidio durante tres años. "Esta reforma quiere poner el trabajo como el centro de gravedad del Estado de bienestar", explicó ayer Duncan.

En esta ocasión, el Partido Laborista se ha mostrado a favor de la simplificación del sistema de ayudas, pero argumenta que para que las sanciones sean efectivas es necesario que se cree empleo, algo que no está muy claro. De hecho, la tasa de paro se ha mantenido inamovible rozando el 8% durante todo 2010.

Dependencia

"Este país tiene los pobres más caros del mundo". Así lo expone John Bird, fundador de Big Issue, un periódico repartido por indigentes. æpermil;l mismo fue vagabundo y asegura que el sistema de subsidios "ha enquistado la cultura de la dependencia en los estratos más bajos".

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