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Columna
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El compromiso de China con la UE

China se ha convertido en el principal jugador en la crisis de deuda de la zona euro, esta vez se ha comprometido a comprar bonos de España y Portugal. El viceprimer ministro Li Keqiang hizo un gesto a Madrid durante su visita a España la pasada semana. Portugal, mientras tanto, dijo el 7 de enero que está negociando una venta de bonos con un comprador misterioso. Si no es China, debería: ayudando a refinanciar esas economías en problemas, podría pagar dividendos.

Europa es el mayor socio comercial de Pekín, y la incertidumbre podría hacer mella en la demanda de productos chinos. Ya puede estar sucediendo: los datos de comercio de diciembre mostraron que las importaciones descendieron un 18%. Además, la Unión Monetaria tiene sus encantos, pues evita que los estados de la UE devalúen su moneda para ganar cuota de mercado.

Un gasto conjunto de 11.000 millones de euros en España y Portugal, como han sugerido los periódicos locales, implicaría poco dolor para China. Esto es menos del 0,5% de las reservas extranjeras del país, que según Reuters pesarían 2,3 billones de euros. Y con el default de Portugal soplando al doble de su nivel de agosto, un descuento considerable parece garantizado.

Hay concesiones políticas que ganar. Portugal ofrece una estrecha relación con el productor de petróleo Angola y España con Latinoamérica. De manera más inmediata, China quiere que la UE reconozca su codiciado estatus de economía de mercado, tras lo cual sería menos vulnerable a los aranceles antidumping. Pekín podría también presionar para que Europa ponga fin al embargo de armas. El apoyo de China no resolverá totalmente los problemas de Portugal y España. Pero haciendo ruido parece inteligente. Lo que hacen por un euro más fuerte igualmente debería beneficiar a los flujos comerciales chinos hacia la UE asediada.

John Foley

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