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Josep Soler. Vicepresidente de EFPA Europa

"Solo hemos creado el germen de la profesión, debemos crecer"

Una década después del nacimiento de EFPA, de la cual fue cofundador, Josep Soler hace balance y analiza los principales retos que aguardan a los asesores y planificadores financieros.

Como no podía ser de otra forma, Josep Soler comienza a hablar de los 10 años de existencia de EFPA (Asociación Europea de Asesoría y Planificación Financiera) echando mano de los números. Desde que la entidad de certificación comenzó a operar en España -apenas 15 días después de su creación en Rotterdam-, un total de 8.200 profesionales del sector financiero español han recibido el certificado EFA (asesor financiero europeo) y se han convertido en miembros de la entidad. A ellos hay que sumar algo más de 5.000 que cuentan con un certificado de nivel más bajo -DAF o diploma de agente financiero- y otros 50 que han obtenido la nueva certificación de planificador financiero europeo (EFP) puesta en marcha en junio del año pasado. "Hasta el momento se han convocado solo dos exámenes para el certificado EFP. Estoy convencido de que podemos llegar a finales de 2011 con 200 o 300 personas certificadas como planificadores financieros europeos".

Para Soler -y para EFPA- esas cifras constituyen un gran balance, pero no son suficientes. "Hemos creado el embrión de una profesión certificada y reconocida. Pero digo el embrión, porque vamos a tener que crecer, debemos ser más, porque hay mucha más gente asesorando de la que está certificada". A la pregunta de cuál puede ser esa cifra, el vicepresidente de EFPA Europa responde con una amplia horquilla, dada la dificultad que entraña en muchas ocasiones desligar la venta del asesoramiento. "Entre 50.000 y 100.000 personas pueden en algún momento estar desarrollando labores de asesoramiento financiero en España, en compañías de seguros, en banca, en cajas de ahorros, aunque es difícil a veces trazar una línea entre la pura venta y el asesoramiento financiero". Soler no duda en que el número de profesionales cualificados en el sector irá en aumento. Y para fundamentar ese juicio pronuncia la palabra clave en estos momentos: confianza. "Hay una crisis enorme de confianza en las entidades financieras ahora mismo y para recuperarla tendremos que dar un mejor asesoramiento, más cualificado, pero también deberemos procurar que el cliente esté mejor formado. Hay que formar la oferta, pero también la demanda, y es necesario aumentar la transparencia y reducir los conflictos de interés".

En esa necesidad, el vicepresidente de EFPA Europa vislumbra un amplio campo de acción para continuar con la labor de cualificación. "Las entidades financieras españolas han prestado voluntariamente un enorme apoyo a la certificación. Nosotros defendemos que ese apoyo se regularice, no en el sentido de que la certificación sea obligatoria, sino en cuanto a que quede en manos de las propias entidades la justificación de que sus profesionales están acreditados", apunta. De hecho, cuando Soler disecciona el perfil de los profesionales que se acercan a EFPA, los empleados del sector financiero son abrumadora mayoría. "Los perfiles son absolutamente acordes con la realidad del mercado y del asesoramiento. Entre un 70% y 80% son empleados de bancos y cajas (incluida la banca privada); hay un 15% que son agentes financieros que asesoran de forma autónoma y otro 15% que comprende EAFI, mediadores de seguros, profesionales en agencias y sociedades de valores, fiscalistas, abogados, etc.".

En la hoja de ruta de EFPA tienen un lugar destacado los planes de educación financiera. La entidad está inmersa en un proyecto europeo, financiado por la Comisión, para que los profesionales del asesoramiento acudan a los colegios a impartir cursos dirigidos a los adolescentes. Entre risas pone como ejemplo anecdótico de la importancia de la formación el hecho de que en Reino Unido las matronas instruyen a las madres primerizas sobre... economía financiera.

En busca de un mayor respaldo del regulador

Si algo tiene claro Josep Soler es que EFPA defiende de forma convencida la autorregulación y la flexibilidad. Tras poner ejemplos sobre cómo en distintos países europeos -es el caso de Reino Unido, Irlanda o Italia- ha ganado terreno una visión impositiva y coercitiva del deber de cualificación, reitera la apuesta de EFPA por una visión flexible.Dicho esto, también defiende la necesidad de contar con un mayor apoyo por parte del regulador. "En España ni siquiera a las EAFI se les exige formación, es suficiente con la experiencia", apunta. ¿Cómo articular ese apoyo? El vicepresidente de EFPA recuerda que "hace siete u ocho años la CNMV comenzó muy bien, con una circular no obligatoria que recomendaba a las entidades la cualificación". En ese sentido, defiende la oportunidad de "al menos" una nueva circular de la CNMV o de ésta conjuntamente con el Banco de España que sirva de impulso a la cualificación profesional en España."En ese contexto, una entidad como EFPA podría realizar labores de registro", explica. El vicepresidente de EFPA Europa recuerda que es la propia Comisión Europea la que está sugiriendo la necesidad de que los asesores financieros cuenten con algún tipo de cualificación que garantice la calidad en el asesoramiento. Es cuestión de tiempo que esa sugerencia pueda convertirse en algo más.

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