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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

China da crédito a las finanzas españolas

La visita a España del viceprimer ministro chino y previsible primer mandatario del Gobierno del país, Li Keqiang, se salda con 16 acuerdos, 4 en el ámbito público y 12 en el privado, por un montante superior a 5.650 millones de euros. No obstante, la principal virtud de este encuentro hispanochino, que abre una gira europea, radica en la voluntad de largo plazo de las inversiones del gigante asiático en el mercado financiero español, como resaltó ayer Keqiang, que calificó su país como un "inversor responsable".

Contar con un aliado de semejante poder financiero aporta un colchón de enorme valor para soportar los ataques contra la deuda soberana española que, con toda seguridad, se reproducirán en la primera mitad de este año. Por lo demás, muchos de los contratos privados rubricados ayer por el dirigente chino ya se habían anunciado. Hay, por tanto, cierto aire publicitario en los actos pilotados desde el Gobierno en esta visita, pero serán los resultados los que digan si es inversión bien realizada.

Porque al margen de la parafernalia política, el acercamiento comercial y financiero entre España y China es un avance necesario que hay que celebrar. No en vano, el gigante asiático se ha erigido el pasado año en la segunda potencia mundial tras desbancar a Japón y su peso internacional, tanto político como comercial, es hoy de primer orden. China es un eslabón determinante para consolidar la recuperación mundial, muy débil aún en los países desarrollados y, en especial, en España. El Gobierno chino nada sobre un mar de reservas de divisas que maneja con maestría política, como ha demostrado las últimas semanas al anunciar ayudas a las economías del euro más débiles, incluida la española.

Hay mucho que ganar en China. Y las empresas españolas no pueden dejar pasar la oportunidad. El comercio entre ambos países deja mucho margen a España -las importaciones son siete veces las exportaciones-, por lo que de cumplirse los deseos expresados ayer de doblar los intercambios de productos se despliega un mar de oportunidades. Li Keqiang mostró interés por el sector energético, y más concretamente por el de energías renovables, con la firma de dos memorandos específicos. Pero no es el único sector favorecido. El alimentario y de bebidas abre enormes posibilidades en un país con una población ansiosa de consumir. Los cientos de millones de ciudadanos chinos que en los próximos años se trasladarán del campo a las ciudades representan un objetivo no solo para las grandes multinacionales, sino también para las pymes con iniciativa y sin complejos que tengan buenos productos que ofrecer en un mercado tan complejo como lleno de oportunidades. La Administración debe seguir construyendo puentes de entrada para las empresas.

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