Los intereses de la deuda portuguesa suben tras la rebaja de calificaciones
Los intereses que penalizan la deuda de Portugal se mantenían hoy al alza tras la rebaja de calificación financiera anunciada el jueves por la agencia Fitch y la decisión anterior de las dos otras agencias de revisar sus notas a la baja.
Según fuentes del mercado, los intereses aplicados a los bonos de la deuda lusa a diez años estaban hoy por encima del 6,7%, una décima más que el pasado día 23, y mantienen la tendencia al alza.
La diferencia con el bono alemán, que sirve de referencia en el mercado, sobrepasaba además los 375 puntos base.
La deuda portuguesa llegó a superar hace unas semanas el 7%, aunque las intervenciones compradoras del Banco Central Europeo (BCE) a primeros de este mes bajaron los tipos hasta el 6%.
La agencia de calificación financiera Fitch rebajó el pasado jueves un nivel la nota del Estado portugués, que mantiene además en perspectiva negativa, por las difíciles condiciones de financiación que afronta y la lentitud en la reducción de su déficit fiscal.
La calificación de la deuda lusa a largo plazo pasó de 'AA-' a 'A+', la quinta en una escala de 22, en la segunda rebaja que adopta este año la misma agencia, que en marzo bajó otro nivel a Portugal.
La decisión de esa agencia siguió a los anuncios de Moody's, el 21 de diciembre, y Standard & Poor's, el 30 de noviembre, de que revisaban las calificaciones de Portugal con vistas también a un posible descenso por sus malas perspectivas económicas y los problemas de financiación.
El ministerio de Finanzas de Portugal consideró sin embargo el recorte de Fitch una decisión "difícil de entender en estos momentos" y aseguró que las medidas económicas aplicadas ya tienen efecto en la consolidación presupuestaria.
El ministerio subrayó la determinación de Lisboa de reducir en 2011 el déficit público de un 7,3% al 4,6% y se mostró además seguro del éxito de las medidas para estimular la competitividad de la economía y su recuperación.
El primer ministro, el socialista José Sócrates, ha puesto en vigor este año las medidas de austeridad más duras que se recuerdan en Portugal, con reducciones de gastos, inversiones públicas y salarios que causaron una huelga general en noviembre.