La renovada expansión monetaria en EE UU abre el debate de Jackson Hole
Bajo el temor de que la reactivación económica se haya quedado corta en un ambiente deflacionista, los responsables de la política monetaria de casi todo el mundo se reúnen desde ayer en Jackson Hole, un centro vacacional de Wyoming donde anualmente les cita la Reserva Federal de Kansas. Hoy habla Ben Bernanke, presidente de la Fed, y se espera que haga referencias a la necesidad de una vuelta a la expansión monetaria cuantitativa, una política en la que no hay un cerrado consenso.
Si en 2009 la reunión de Jackson Hole giró alrededor de cómo y cuándo poner en marcha estrategias para acabar a corto o largo plazo con la políticas de estímulo para salir de la crisis (el consenso fue que a muy largo plazo), en la edición de 2010 la Fed de Kansas ha propuesto como tema de la cumbre el debate de "los retos macroeconómicos, la década que viene". Se trata de una cuestión que pasa por cómo responder en el corto plazo mientras se apilan datos poco positivos sobre la marcha de las economías. En EE UU no se deja de hablar de una recaída o una mejora muy leve. Mientras, en Europa, Jean Claude Trichet vuelve a tener sobre su mesa una economía con dos ritmos que conciliar.
En el discurso que bajo el título "las perspectivas económicas y la política de respuesta de la Reserva Federal" tiene previsto pronunciar hoy Ben Bernanke, el presidente de la Fed, los economistas y los mercados esperan conocer si habrá una expansión monetaria cuantitativa ahora que se verifica una severa ralentización de la recuperación. "El tema es una buena plataforma para trazar los parámetros de qué tendría que pasar para que la Fed renueve su apoyo al crecimiento", explicaban los economistas Jan Hatzius y Ed McKelvey de Goldman Sachs.
En general, los economistas apuestan a que el crecimiento del PIB, inicialmente calculado en 2,4% para el segundo trimestre, será revisado hoy a la baja hasta el 1,5%. Por otro lado, se acumulan datos que hablan de estancamiento de precios (desinflación por evitar anticiparse a la deflación). El sector industrial ha dejado de transmitir señales de fortaleza y la vivienda profundiza su crisis.
La Fed acordó en su reunión del 10 de agosto dar lo que entonces se llamó un "pasito de bebé" en esta expansión cuantitativa. El paso era pequeño porque sólo iba a tratar de no reducir su balance, pero se tomó como el preludio de una segunda ronda de estímulos mediante la impresión de dinero por parte de la Fed.
Incierta hoja de ruta
Los mercados estarán pendientes de Bernanke y esperan detalles de la decisión del 10 de agosto. En concreto, por qué la autoridad monetaria hizo lo que hizo y si hay una hoja de ruta para los próximos pasos. Neal Soss, economista de Bank of America, explicaba en una reciente nota que Bernanke tiene una oportunidad para "clarificar su estrategia a la vista de la significativa ralentización". Soss no espera que hable de una recaída en la recesión, pero sí que el crecimiento a medio plazo sea insuficiente para reducir el paro.
Probablemente tanta claridad sea mucho pedir. Según The Wall Street Journal en la reunión de agosto hubo muchas disensiones sobre la decisión y eso complica los próximos pasos. Hay miembros participantes en la reunión de la Fed (sin derecho de voto) que mostraron su desacuerdo porque creen que la política monetaria no va a cambiar más las cosas siendo como es ésta una crisis de demanda que no responde a los tipos bajos, sino al aumento del paro.
En 2002 y 2003 Bernanke se destacó por ser partidario de insuflar liquidez en casos como estos. Su imagen de que el banco central debía subir a un helicóptero y desde ahí dejar caer dinero le valió el mote de "Helicopter Ben". Ahora que ha agotado parte de su munición se trata de ver si volverá a subir al aparato.
Invitaciones contadas
Está difícil tener entrada en el bucólico refugio de Jackson Hole este año. La Reserva Federal de Kansas, que organiza desde 1982 esta reunión, ha cambiado su política de invitaciones para dar cabida a caras nuevas como Ardian Fullani, gobernador del banco central de Albania y su colega de Kazajistán Grigori Marchenko. Para acomodar a los nuevos invitados se han sacrificado asientos destinados a técnicos y altos cargos de las Reservas Federales de EE UU.El objetivo, según Thomas Hoenig, presidente de la Fed de Kansas es ampliar el debate dando entrada a nuevas ideas. æpermil;l mismo es uno de los miembros del Comité Abierto de la Fed que más suele disentir. Actualmente, cree que la recuperación económica es relativamente sólida y que la Fed debe aumentar los tipos para evitar formar más burbujas o inflación. Curiosamente es algo que también pide el economista Raghuram Rajan. En 2005, Rajan dejó perplejos a los invitados a esta reunión al criticar a Alan Greenspan y anticipar la crisis actual. Ahora pide subir tipos para evitar nuevas burbujas.