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Ahorro

La deuda pública destrona al depósito en rentabilidad

La presión del mercado sobre la deuda soberana ha disparado su remuneración, que llega a superar a los escasos depósitos que aún rentan más del 3% anual

Al depósito a plazo le ha salido un pujante competidor. En medio de las intensas turbulencias que agitan los mercados en los últimos meses, el ahorro más conservador también encuentra refugio seguro en los títulos de deuda pública. Su rentabilidad se ha disparado en el mercado secundario y, ante la exigencia de los inversores y la desconfianza sobre la capacidad de pago del emisor, el Tesoro se ha visto obligado a ofrecer rentabilidades cada vez superiores para asegurarse la colocación de sus emisiones, vitales para responder a los vencimientos de deuda y al desequilibrio entre los ingresos y los gastos, muy superiores, del Estado.

La presión del mercado sobre la deuda soberana española está igualando por tanto en rentabilidad a depósitos y a letras y bonos. El Tesoro colocó el 15 de junio letras a 18 meses a un interés medio del 2,837%, por encima del 2,34% de remuneración media que ofrecen los bancos en los nuevos depósitos, según los últimos datos del Banco de España. Un recorrido por las ofertas de las entidades financieras españolas revela que la mayor remuneración que ahora se paga en un depósito a un año ronda el 4%, a cambio de una elevada vinculación. Pero el común de las ofertas oscila entre el 2% y el 3% y a plazos habitualmente superiores al año, lo que permite codearse a los bonos del Estado con los depósitos.

Así, el mercado paga ahora el 3,23% por bonos españoles a tres años, que el Tesoro colocó en la última subasta, del pasado 10 de junio, al 3,317%. Y en la última subasta de obligaciones a diez años, del pasado 17 de junio, el Tesoro ofreció un cupón anual del 4,864%, muy superior a la rentabilidad de cualquier depósito. La inversión es a largo plazo, pero si el ahorrador no quiere esperar diez años hasta el vencimiento de estos títulos, bien puede también embolsarse el cupón anual de casi el 5% durante los primeros años y vender después esa obligación en el mercado secundario intentando, eso sí, no sufrir minusvalías. En las letras, que se emiten al descuento, los intereses se pagan al vencimiento. Por ejemplo, un inversor que compre una letra por 990 euros, recibe al vencimiento un capital de 1.000 euros y con ello, una rentabilidad del 1%. En los bonos y obligaciones, el pago de cupón es anual.

Las mejores ofertas en depósitos a plazo aún están al 4%, aunque requieren la vinculación del cliente. La deuda a 10 años paga un cupón anual superior

La deuda pública puede ser por tanto la alternativa para aquellos ahorradores con depósitos que han perdido el brillo y que no se ajustan al perfil de cliente para el que las entidades más competitivas reservan sus mejores ofertas en imposiciones a plazo. No en vano, en términos generales, la remuneración del depósito aumenta a medida que se estrecha la vinculación del cliente con el banco -BBVA la eleva en un 0,5% por domiciliar la nómina y en otro 0,25% por contratar un seguro- y es más elevada cuanto mayor es el importe que se entrega a la entidad. Así, la rentabilidad del depósito será mayor si también se domicilia la nómina o la pensión en el banco, si se adquiere el compromiso de un gasto determinado con tarjeta de crédito o, por supuesto, si se contrata un fondo de inversión o un seguro de vida.

Menor importe mínimo

El importe mínimo de un depósito también suele ser una frontera decisiva a la hora de optar a las mayores rentabilidades y puede ser el factor determinante que incline al ahorrador hacia la deuda pública. Los inversores particulares pueden acudir a las subastas del Tesoro y adquirir títulos por un importe mínimo de 1.000 euros y, a partir de ahí, por múltiplos de esa cifra. El Tesoro explica que cada participante en la subasta puede presentar tantas peticiones a precios distintos como desee.

El importe mínimo de la deuda pública no es por tanto obstáculo capaz de disuadir a un inversor por su elevada cuantía. En cambio, su contratación quizá pueda resultar más desconcertante para el ahorrador tradicional. La adquisición de títulos de renta fija sigue los mismos cauces que la adquisición directa de acciones bursátiles, aunque con algunas peculiaridades. Siguiendo el cauce más tradicional, es necesario acudir a una entidad financiera que haga de intermediaria. Pero también es posible participar en las subastas y comprar deuda pública en cualquiera de las sucursales del Banco de España, donde las comisiones que se aplican son por lo general muy inferiores a las de las entidades financieras.

Comisiones

Si el inversor en deuda pública quiere evitar el cobro de comisión de intermediación de su entidad financiera, puede abrir una cuenta en alguna de las sucursales del Banco de España, en la que no se aplicarán gastos de apertura ni de mantenimiento. Sólo se le aplicará una comisión de gestión del 0,15%, que también se cobra si la adquisición se realiza por internet.

Fuentes financieras reconocen que el ahorrador conservador está más familiarizado con la contratación de un depósito que con la compra directa de un título de deuda pública, un hábito en el que en cualquier caso tiene mucho que ver la política comercial de las propias entidades bancarias. No en vano, la captación de depósitos es una pieza vital en la actividad de bancos y cajas, más todavía en un momento como el actual en que las entidades financieras encuentran dificultades para financiarse en el mercado interbancario y en el de capitales. Es entonces cuando los depósitos de ahorro ponen de relieve todo su valor no sólo como fórmula con la que sostener el balance sino también como vía con la que obtener liquidez inmediata.

Sin embargo, a favor de la contratación de títulos de deuda pública juega estos días el hecho de que la banca ha rebajado la intensidad de sus ofertas en depósitos. "Acaba de terminar la última guerra comercial por captar depósitos a plazo. Es difícil que se repita próximamente una rivalidad como la que se dio en el mes de abril", señalan desde una entidad bancaria. Banco Santander inició en abril la comercialización de un depósito a un año con una rentabilidad del 4%, con la que ha captado 30.000 millones de euros en dos meses y que obligó a reaccionar al conjunto del sector. Algunas entidades mantuvieron la agresividad de sus ofertas, como el caso de Popular con un depósito al 3,75%, otras respondieron con depósitos de similares características, como BBVA o Caja Madrid, y otras sencillamente han asistido a la marcha de sus clientes hacia Santander, ante la incapacidad de mejorar la remuneración de los depósitos y de sacrificar aún más su margen de intermediación.

Después de la ofensiva de Santander, Caja Madrid es una de las entidades que se mantiene en la brecha. Ha lanzado un nuevo depósito a 12 meses con una rentabilidad del 3,75% TAE, dirigido a captar dinero de otras entidades, sin importe mínimo y que no requiere obligaciones adicionales para el cliente, según informan en la entidad. La caja mejora además la remuneración de su Depósito 2038 al 4% TAE a un año, también sin importe mínimo aunque en este caso con la condición de domiciliar ingresos, recibos y de contratar tarjeta, seguros o plan de pensiones.

Después del desgaste comercial de los últimos meses, "parece que debería imperar la lógica y por lo tanto, habría poco margen para remunerar más. Pero la captación de depósitos es un recurso que no se ha agotado. Su potenciación, en mayor o menor medida, se producirá con toda seguridad", señalan desde Banco Pastor. La entidad gallega comercializa un depósito a 15 meses, con pago de intereses por anticipado y por un mínimo de 3.000 euros y una rentabilidad TAE del 3,75%, que se amplía al 4% a un plazo de dos años.

Las mejores ofertas se reservan necesariamente a la captación de dinero nuevo, una estrategia que está haciendo perder cuota de mercado a los más débiles y que está provocando también una verdadera sangría entre los fondos de inversión. Los fondos monetarios, que se dirigen al mismo ahorrador de perfil conservador que los depósitos, han sufrido una caída de patrimonio en los cinco primeros meses del año del 26%.

El tirón en la rentabilidad de los títulos de deuda pública plantea por tanto una nueva competencia para la hegemonía indiscutible de los depósitos entre el ahorro más tradicional.

Riesgos al vender en el secundario

Sin embargo, la deuda soberana, pese a sus garantías, presenta también ligeros riesgos si el inversor desea deshacer posiciones antes de tiempo y vender sus títulos en el mercado secundario. El Tesoro español garantiza la recuperación de todo el capital invertido al vencimiento, junto al pago anual de los intereses, pero el mercado -azuzado a menudo por rumores interesados- duda últimamente de la capacidad de pago del Estado, una desconfianza que hace caer el precio de la deuda. Por lo tanto, podría darse el caso de que un bono comprado ahora pierda valor en el futuro, lo que obligaría a su titular a esperar al vencimiento si quiere asegurarse la recuperación de todo el capital. A menos que esa minusvalía quede compensada con el cobro de intereses.

Rendimientos del capital que tributan al 19% o el 21%

¿Qué impuestos se aplican en las ganancias de depósitos y deuda pública? Tales ganancias se consideran rendimientos del capital mobiliario en la declaración de la renta de los ahorradores y tributan, desde el 1 de enero de este año, al 19% por los primeros 6.000 euros obtenidos y al 21% para lo que exceda de esa cifra. En el caso de la deuda pública, esos rendimientos se consiguen por un lado del pago de cupón de los títulos y, por otro lado, de la plusvalía conseguida con su venta en el mercado secundario de venta. En ambos casos, la tributación es la misma.¿Hay alguna diferencia fiscal entre los depósitos y la deuda pública? ¿Existen peculiaridades que distinguen a un producto de otro? Sí. En las letras del Tesoro ( a tres, seis, 12 y 18 meses) no se aplica retención a cuenta. Las letras se emiten al descuento, lo que significa que para calcular el rendimiento que tributa, basta con restar del valor de reembolso el valor de adquisición. Es decir, si una letra se compró a 990 euros y se han cobrado 1.000 euros, el rendimiento que hay que declarar son los 10 euros de diferencia. A diferencia de las letras, en los bonos y obligaciones se aplica una retención a cuenta del 19%, aunque sólo en el cupón. En los depósitos a plazo se aplica la misma retención a cuenta sobre los intereses pagados. En el rendimiento obtenido de la transmisión de los bonos u obligaciones -por su venta en el mercado secundario- o de su amortización no hay retención.¿Es posible deducir los gastos de la contratación de un título de deuda pública o de un depósito? Sólo en ciertos casos. Los gastos de mantenimiento de cuentas, libretas y depósitos no deducen. En cambio, los gastos de administración y depósito de valores negociables que cobran las entidades tanto en títulos de renta fija como de renta variable sí son deducibles. Además, el cobro de comisiones por compra y venta de títulos de renta fija se deduce al restarse del importe del valor de la venta al declarar la transmisión.¿Se pueden compensar pérdidas en renta fija con ganancias en depósitos? Sí. Ambos se consideran rendimientos del capital mobiliario, junto con los dividendos. No es posible en cambio compensar con las ganancias patrimoniales de la Bolsa.

Las cifras

4,86% es el cupón anual que paga el Tesoro por las obligaciones a diez años que emitió en la última subasta. El inversor puede vender en el mercado secundario antes del vencimiento.1.000 euros es el importe mínimo para ad-quirir deuda pública en las subastas del Tesoro. Su cuantía es inferior a la que requieren la mayoría de las entidades en sus depósitos.0,15% es la comisión de gestión que hay que pagar si se compra deuda a través del Banco de España, que no aplica comisión por apertura de cuenta ni por mantenimiento.

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