Los sindicatos temen por los ajustes tras las fusiones virtuales
Las fusiones de cajas tienen su proceso paralelo de negociación de ajustes de plantilla. Hasta ahora, sindicatos y directivos han alcanzado seis acuerdos laborales sin hacer demasiado ruido. Ahora, los representantes de los trabajadores temen los recortes que puedan abordar las entidades que participan en fusiones virtuales.
El sector de cajas de ahorros es uno de los que más apacibles ha sido, históricamente, en materia de diálogo entre empresas y trabajadores. Ahora, cuando afronta la mayor reestructuración de su historia, prosigue el patrón de diálogo y concertación. Hasta el momento, seis de las mesas laborales que se han creado han logrado un acuerdo de la representación sindical mayoritaria.
"El éxito ha venido de haber actuado con tiempo", explica José María Martínez, secretario general de Comfia-CC OO, el sindicato mayoritario del sector. "Lo que no nos gusta del momento actual es que se hayan cerrado muchas fusiones tarde, y de forma forzada".
Tanto el las uniones catalanas (el grupo Unnim, y el grupo de Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa), como las pequeñas absorciones de Caja de Jaén y Caja Guadalajara por Unicaja y Cajasol, respectivamente, junto con la gran caja castellana (Caja Duero y Caja España) y el grupo Banca Cívica, han alcanzado el consenso. En estos seis procesos, el coste en términos laborales superará las 2.650 personas.
Como también es tradición en el sector, la principal fórmula de salida de trabajadores son las prejubilaciones. Las condiciones varían en función de las distintas cajas, pero, por término medio, los mayores de 60 años reciben un 85% del sueldo y quienes no llegan a esa edad cobran un 80%.
El capítulo de fusiones puras ha quedado casi completo, a excepción de la integración de Caixa Galicia y Caixanova, que el jueves pasado constituyeron la mesa laboral para empezar a negociar. Superada esta fase, el mayor temor de los representantes sindicales es la avalancha de fusiones virtuales que se ha pactado durante las últimas dos semanas.
Incógnitas tras los SIP
"Hasta ahora, las cajas participantes en SIP Sistemas Institucionales de Protección, también conocidos como fusiones virtuales han anunciado que no plantean realizar recortes de plantilla, pero nos tememos que, en los próximos dos años, algunas de estas entidades empiecen a afrontar ajustes que deberían haber iniciado por separado", explica José María Martínez.
Las operaciones que más suspicacias levantan son la fusión virtual de Caja Mediterráneo (CAM) con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, y la de Caja Madrid con cinco cajas pequeñas (Ávila, Segovia, Laietana, Rioja y La Caja de Canarias).
"El problema de los SIP, a medio plazo, es que los grupos resultantes querrán ajustar la plantilla de sus diversos servicios centrales", explica José Miguel Villa, secretario general de la Federación de Servicios de UGT.
Antonio Jara, presidente de Caja Granada (entidad que participa en una fusión virtual con Cajamurcia, Caixa Penedès y Sa Nostra), reconocía en una carta a los empleados que los "inevitables" ajustes exigidos por este nuevo escenario serán "oportunamente negociados".
El particular caso de CCM y Cajasur
Caja Castilla La Mancha (CCM) y Cajasur son las dos únicas entidades que han sido intervenidas por el Banco de España por su delicada situación financiera. La primera se encuentra a menos de un mes de su absorción por Cajastur, mientras que la segunda está a la espera de que los nuevos administradores acuerden su subasta.-En CCM, los sindicatos representativos lograron alcanzar un preacuerdo con el presidente de Cajastur, Manuel Menéndez, para que se comprometiera a no adoptar "medidas traumáticas" tras la fusión.- El caso de Cajasur es aún más incierto que el de CCM. Las exigencias de los representantes sindicales de la caja cordobesa (especialmente de Aspromonte, el sindicato mayoritario) fueron una de las principales causas de que la negociación con Unicaja descarrilara. Tras la intervención, los representantes de los trabajadores han perdido la baza de oponerse en la asamblea a una integración. Aun así, la entidad que acabe quedándose con Cajasur deberá contar con ellos.