EE UU presenta una demanda a Goldman Sachs por fraude
El regulador estadounidense de los mercados (SEC) interpuso el viernes una demanda contra Goldman Sachs y uno de sus directivos por instar a sus clientes a comprar títulos hipotecarios a sabiendas de que iban a caer en impago, al tiempo que apostaban en contra de esta inversión junto al gestor de hedge funds John A. Paulson.
La Securities and Exchange Commission (SEC) dio el viernes un golpe de autoridad sobre la mesa. El regulador estadounidense de los mercados anunció que ha presentado una demanda contra Goldman Sachs por diseñar y vender a sus clientes un producto de inversión ligado al mercado inmobiliario que estaba, en secreto, destinado a fracasar y de cuyo descalabro se iba a beneficiar el propio grupo y un puñado de inversores. Es decir, por orquestar un "fraude".
La denuncia resquebraja la reputación de una de las firmas que había salido mejor parada de una crisis financiera que ha zarandeado con fuerza a la banca en los últimos dos años y medio. El grupo ganó 12.192 millones de dólares (9.026 millones de euros) en 2009. Goldman, que recibió 7.364 millones de euros en ayudas públicas a raíz de las turbulencias, ha sido una de las primeras firmas en reintegrar los fondos estatales.
La demanda fue presentada ante el Tribunal de Distrito del Sur de Nueva York, y está interpuesta contra Goldman Sachs y Fabrice Tourre, vicepresidente de la firma. Se trata de la primera vez que la SEC actúa abiertamente contra un acuerdo forjado en Wall Street que permitía a algunos inversores sacar partido del desplome del mercado residencial. En ella, el regulador acusa a la firma de Wall Street de diseñar y comercializar un vehículo de inversión (denominado Abacus 2007-AC1) compuesto por lotes de títulos hipotecarios (CDO, en inglés), a sabiendas de la pésima calidad de las titulizaciones (RMBS, en inglés) que abarcaba.
Paulson seleccionó los activos de un fondo inmobiliario que quebró
"El producto era nuevo y complejo, pero el engaño y los conflictos de interés son viejos y simples", sentenciaba en un comunicado Robert Khuzami, director de la División de Implementación del regulador. "Goldman permitió erróneamente a un cliente que estaba apostando contra el mercado hipotecario influenciar de forma significativa qué titulizaciones hipotecarias incluir en una cartera de inversión, al tiempo que el banco indicaba a otros inversores que esos títulos habían sido seleccionados de manera objetiva por un tercero".
Abacus nació en febrero de 2007 a instancias de un prominente gestor de hedge funds llamado John A. Paulson (no confundir con el ex secretario del Tesoro y ex consejero delegado del propio Goldman, Henry Paulson). Oficialmente, la cartera de Abacus fue determinada por ACA Management, un experto independiente. Pero en realidad, el banco de inversión permitió a Paulson tomar parte en la selección de bonos que conformarían el vehículo de inversión y cuyas participaciones fueron, acto seguido, distribuidas entre bancos extranjeros, fondos de pensiones, aseguradoras y otros hedge funds.
John Paulson, que no ha sido demandado pero cuyo nombre aparece en 101 ocasiones a lo largo de las 22 páginas de la demanda, pagó 15 millones de dólares (11 millones de euros) a Goldman Sachs por permitirle tomar parte en el diseño de Abacus. Este ejecutivo eligió títulos hipotecarios que sospechaba que iban a caer en impago. Y así fue. El 24 octubre de 2007, la calificación crediticia del 83% de las titulizaciones hipotecarias (RMBS) que subyacían tras los lotes elegidos (CDO) había sido degradada, y el 17% restante estaba en perspectiva negativa. Para el 29 de enero de 2008, el 99% de la cartera había empeorado. Este descalabro, generó un perjuicio de más de 1.000 millones de dólares (740 millones de euros) a los inversores que entraron en Abacus, afirma la SEC. Y generó, en consecuencia, esa misma cantidad en beneficios a Paulson y Goldman Sachs, que habían apostado en su contra a través de seguros contra impagos (CDS). æpermil;stos últimos habían suscrito estas pólizas para protegerse contra determinadas capas de la estructura de capital de Abacus. Por eso, explica la SEC, "Paulson & Co. tenía un incentivo económico para seleccionar RMBS que esperaba que fuesen a protagonizar incidentes crediticios en un futuro próximo. Goldman Sachs no hizo pública la posición a corto de Paulson & Co. ni su papel en el proceso de selección de colaterales en los materiales aportados a los inversores".
Se da la circunstancia de que John Paulson es uno de los gestores de hedge funds mejor pagados del mundo -ganó 2.744 millones de euros, en 2009, según Institutional Investors Alpha Magazine- gracias precisamente a sus apuestas en contra de activos ligados al mercado inmobiliario. Además, es el protagonista de un libro que le describe como el hombre que se hizo multimillonario desafiando a Wall Street y fue uno de los cinco gestores de hedge funds que declaró ante el Congreso de EE UU en noviembre de 2008 para explicar el papel que jugaron estos instrumentos en la crisis.
La SEC demanda a Fabrice Tourre, vicepresidente de Goldman Sachs, por ser el principal responsable de Abacus. Como tal, estructuró la transacción, preparó los cuadernos de venta y contactó directamente con los inversores que luego se verían perjudicados. Asimismo, este ejecutivo de origen francés y afincado en EE UU desde 2000, habría engañado a ACA Management al indicarle que Paulson había invertido 200 millones de dólares (148 millones de euros) en participaciones de Abacus, cuando en realidad los intereses del magnate eran diametralmente opuestos a los del vehículo.
Barack Obama, presidente de EE UU, no hizo alusión a la demanda contra Goldman, pero su Gobierno promueve una reforma que busca reducir la intermediación por cuenta propia de los bancos a la mínima expresión para evitar conflictos de intereses entre sus inversiones y las de sus clientes.
La SEC señaló que "continúa la investigación sobre las prácticas de los bancos de inversión (...) cuando el mercado inmobiliario daba señales de agotamiento". El regulador solicita en su denuncia "desagravio, recuperación de los beneficios ilícitos y de los intereses pertinentes, así como penas económicas". Goldman cayó el viernes en Bolsa un 12,79% y arrastró a los mercados.
La firma planta cara al regulador
Goldman Sachs no se arredró el viernes. La entidad distribuyó un escueto pero contundente comunicado donde negaba las acusaciones que sobre ella vertía el regulador. "Los cargos de la SEC carecen completamente de fundamentos legales y de hecho, nos oponemos a ellos de forma rotunda y defendemos la firma y su reputación", rezaba el alegato. Se avecina, pues, un duro pleito.En la carta a los accionistas publicada el pasado 7 de abril, el presidente ejecutivo de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, y el director de operaciones, Gary Cohn, defendían a capa y espada, la actitud de la entidad durante la crisis financiera. Al referirse a la actividad de la firma en el mercado de titulizaciones inmobiliarias, la misiva explica cómo la firma mantuvo hasta 2006 posiciones a largo en el mercado inmobiliario y que, a finales de ese ejercicio, redujo sus exposiciones con las primeras pérdidas siguiendo sus "protocolos de gestión riesgo".Pero luego apunta, "la firma no generó enormes ingresos o beneficios apostando contra los productos ligados a hipotecas residenciales, como algunos han especulado. Más bien, nuestra relativamente temprana reducción del riesgo hizo que perdiéramos menos dinero".Y el texto va aún más allá al sostener que "si bien Goldman Sachs mantuvo varias posiciones en productos ligados a hipotecas residenciales en 2007, nuestras posiciones cortas no eran una 'apuesta contra nuestros clientes'. Más bien, servían para contrarrestar nuestras posiciones a largo. Nuestro objetivo era, y es, estar en posición de generar mercados para nuestros clientes al tiempo que gestionamos nuestros riesgos dentro de los límites predefinidos".