El que resiste, gana
A pesar de la constricción de crédito a empresas y particulares y de la crisis de confianza por la que atraviesan los mercados, estamos en un momento en el que las inyecciones de liquidez de los bancos centrales, la bajada de tipos y los estímulos normativos, fiscales e, incluso, laborales de los diferentes Gobiernos, han posibilitado que podamos empezar a pensar en Europa en la tan ansiada recuperación económica.
En este contexto y de acuerdo con un reciente estudio hecho público por KPMG, dos de cada tres empresas medianas europeas afirman haber evolucionado positivamente durante los últimos 12 meses; lo que podríamos señalar como sorprendente si se considera los vientos de crisis que soplan. Es posible que algunos exageren un poco, pero también me inclino a pensar que este dato refleja el alivio que sienten las empresas que han conseguido mantener su actividad. Se trata, como ya señaló Darwin, de la supervivencia del más fuerte y del que mejor se adapta. Durante el 2009, las empresas medianas europeas han afrontado una situación económica adversa que les ha llevado a caídas en su facturación, incremento de costes y la pérdida de clientes clave. Muchas de ellas se han preparado para lo peor y ahora están en una situación ventajosa en el inicio de la recuperación.
Lo preocupante es que en comparación con el resto de países europeos estudiados España es la rezagada del pelotón. Si bien es cierto que hay un importante número de medianas empresas que se muestran moderadamente optimistas, el 71% de las españolas, con una plantilla entre 50 y 1.000 empleados, no esperan empezar la recuperación antes de 2011, al contrario que la mayoría de las empresas europeas, que esperan salir de la crisis ya en este año.
Esto se entiende si consideramos la particular situación de la economía española con una elevada tasa de desempleo, una excesiva dependencia en un sector inmobiliario aún pendiente de terminar su particular travesía del desierto y que a su vez ha impactado en el sector financiero, en plena reestructuración. Por este motivo, un porcentaje significativo de directivos españoles indica, en el estudio, el acceso al crédito y el aumento de morosidad como principal desafío durante la crisis.
¿Y ahora qué? Durante los próximos meses las empresas deberán mantener una gestión rigurosa de sus costes y riesgos, analizando posibilidades de crecer en mercados internacionales. Curiosamente, cerca del 60% de las empresas señalan que la expansión internacional ha sido una parte fundamental de su estrategia, tanto en su esfuerzo por reducir los efectos de la desaceleración económica como por construir una plataforma sólida para el futuro crecimiento. Además de la expansión a nuevos mercados, los directivos españoles encuestados indican que la optimización y reorganización interna (56%) y los nuevos productos y la innovación en servicios (47%) serán los principales proyectos que acometerán en los próximos dos años.
Debemos ser conscientes de que la crisis nos obliga a afrontar modificaciones significativas en los modelos de negocio y es posible que hasta una profunda transformación, porque ya nada volverá a ser como antes. El cambio llama a la puerta y los que mejor se adaptan a él son las que tienen más oportunidades de crecer. Quizás haya llegado el momento de empezar a mirar hacia adelante con un optimismo prudente, que refuerce la confianza y dinamice nuestra economía.
Celso García Granda. Socio responsable de Mercados de KPMG en España