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Tribuna
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Urge reactivar la financiación bancaria

Joaquin Maudos

Que el acceso a la financiación bancaria en España no atraviesa por su mejor momento queda claramente de manifiesto cuando se analiza la tasa de crecimiento del crédito al sector privado. En los últimos 12 meses (de noviembre de 2008 a noviembre de 2009), el saldo vivo del crédito bancario al sector privado ha caído en 34.000 millones de euros, el 1,8%. Si nos centramos en las empresas (crédito a la financiación de actividades productivas), el saldo vivo ha caído en 9.000 millones, si bien existen importantes diferencias por sectores. Así, el crédito a la construcción ha caído un 14,3%, mientras que el destinado a la industria lo ha hecho a un menor ritmo (un 1,6%).

Obviamente, la caída del crédito sería mucho más acusada si descontáramos el efecto de la refinanciación, que explica que el sector de la promoción inmobiliaria (uno de los que más está sufriendo los efectos de la crisis) haya aumentado un 2,8% su saldo vivo en el crédito de la banca española.

En un entorno macroeconómico desfavorable, donde el PIB de nuestra economía ha caído un 3,6% en 2009 y donde la inversión se ha reducido en torno al 16%, es lógico que disminuya la demanda de financiación bancaria. Pero en ese mismo entorno en el que ha aumentado drásticamente la tasa de morosidad de la banca española (hasta el 5,05%), los bancos son mucho más aversos al riesgo y aumentan las primas que exigen en forma de mayores tipos de interés. Además, esa mayor aversión explica su mayor preferencia por la adquisición de títulos de deuda pública (que en el caso de la emitida por las Administraciones públicas españolas ha aumentado un 63% en los últimos 12 meses, esto es, casi 57.000 millones de euros), en detrimento de la financiación al sector privado. En definitiva, la caída en el crédito bancario se debe a una combinación de factores de demanda (caída en la demanda de préstamos) como de oferta (racionamiento de crédito y endurecimiento en las condiciones de la financiación).

Para arrojar algo más de luz acerca de la importancia de los factores de oferta, es de enorme interés analizar la información que acaba de publicar el Banco Central Europeo en su último informe (que realiza cada seis meses) sobre el acceso a la financiación de las pymes en relación a las grandes empresas.

En relación a las grandes economías del área del euro (Francia, Italia y Alemania), las pymes españolas son las que manifiestan mayores problemas en el acceso a la financiación. En concreto, el 25% de las empresas españolas encuestadas responde que sus peticiones de financiación bancarias han sido rechazadas, frente a un porcentaje del 18% de media en la eurozona. Además, la tasa de rechazo ha aumentado en relación al primer semestre de 2009, pasando del 20% al 25%.

Además de que la tasa de rechazo a la hora de conceder un préstamo en España es superior, la disponibilidad de financiación también es más reducida, ya que el 48% de las pymes españolas encuestadas responde que se ha producido una reducción en la disponibilidad de financiación.

Otro hecho a destacar es que las pymes españolas son las que experimentan la mayor caída en sus resultados, si bien el porcentaje de empresas que declaran una caída del beneficio ha pasado del 64% en el primer semestre de 2009 al 60% en el segundo semestre (frente a porcentajes del 38% y 34% en las empresas europeas).

Un indicador del grado de tensiones financieras en la economía que obviamente tiene que ver con las condiciones macroeconómicas específicas de cada país es la expectativa que tienen las empresas en relación al acceso a la financiación. En la encuesta del Banco Central Europeo, las empresas alemanas, francesas e italianas esperan una mejora en su financiación interna para la primera mitad de 2010, mientras que las pymes españolas anticipan un deterioro. Si nos centramos en el acceso a la financiación bancaria, las empresas españolas son las más pesimistas, dado que el 15% responde que anticipan un deterioro en el acceso al préstamo bancario.

Con la información de la encuesta del BCE, es evidente que la reestructuración del sector bancario español debe de ser una prioridad si queremos que fluya el crédito a las empresas y se reactive de esa forma la inversión y la creación de empleo.

Joaquín Maudos. Investigador del IVIE y profesor de la Universidad de Valencia

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