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Sector inmobiliario

Un nuevo modelo productivo sí es posible

Catálogo de medidas para mitigar el peso del ladrillo

Alguien se imagina a Alemania sin su potente industria automovilística o a Francia sin el turismo y su gastronomía? ¿Por qué España debe renunciar entonces a contar con una potente industria de la construcción? Esto es lo que se preguntan numerosos expertos hartos de la demonización que, a su juicio, está sufriendo toda actividad relacionada de algún modo con el ladrillo y el mercado inmobiliario.

Los promotores insisten en la premisa de que España, dado su clima y su localización estratégica, contará siempre con una demanda de vivienda superior a la media de otros países, lo que explica por sí mismo que deba contar con un potente sector inmobiliario.

Las constructoras, por su parte, preocupadas por la contracción de la actividad residencial miran ya hacia otros negocios, capaces de mantener su cartera de proyectos.

La Comisión de Infraestructuras de CEOE y el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos han elaborado sendos estudios, a los que ha tenido acceso CincoDías, en los que realizan un análisis sobre cuáles son los puntos fuertes de la economía española y qué decisiones de inversión podría ser oportuno plantear como alternativa a la edificación de viviendas.

Las fuentes consultadas concluyen que si bien hace años España contaba con un fuerte déficit de infraestructuras, después de los sucesivos programas de inversión pública, hoy ese desequilibrio se ha trasladado a los servicios.

"Localización, clima, calidad de vida, cultura o gastronomía continúan siendo puntos fuertes, no sólo para el turismo de temporada, sino para el de residencia permanente. Partiendo de esta premisa, podríamos impulsar la imagen de España como país de residencia de los jubilados de Europa", asegura el presidente de la Confederación Nacional de la Construcción y de la Comisión de Infraestructuras de CEOE, Juan Lazcano.

Servicios municipales

Y es que 200 millones de europeos dispuestos a pasar largar temporadas en España constituyen un mercado demasiado importante como para no atender a las necesidades que pueden demandar.

Así, los informes propugnan por incrementar la inversión en mejorar todos los servicios municipales que van parejos a los complejos residenciales, como son las redes de saneamiento y abastecimiento de agua, dependencia, seguridad, y, por supuesto, una nueva y mejor ordenación urbana.

Otra de las propuestas novedosas que cada vez más expertos comienzan a debatir es por qué no aprovechar el liderazgo de España como país con uno de los sistemas públicos de sanidad de mayor calidad del mundo.

"Se trataría de aprovechar nuestro liderazgo en número de trasplantes de órganos y potenciar la creación de más infraestructuras hospitalarias a imagen y semejanza de Houston", explican desde CEOE.

Otro sector que también tiene su oportunidad de oro en momentos de crisis es el de la agricultura. "España, huerta de Europa", sentencia el estudio del Colegio de Ingenieros. Pero para lograr ese reconocimiento, los expertos no dudan en que queda mucho camino por recorrer.

"Debería potenciarse un nuevo plan de inversiones para el aprovechamiento de los recursos hídricos, incluidos trasvases de cuencas, y conseguir de ese modo una agricultura técnicamente desarrollada y altamente competitiva", aseguran.

En materia de educación, también resta camino por recorrer. Los analistas recuerdan que debe aprovecharse mucho más el nexo con América Latina y el hecho de que el español sea la segunda lengua más hablada del mundo. ¿Por qué no copiar aquí algo parecido al modelo de Boston como ciudad universitaria?, se pregunta Lazcano.

Y, por último, pero no menos importante, seguir potenciando aquello en lo que las empresas españolas ya son líderes, como la gestión de infraestructuras bajo el modelo concesional o el pujante sector de las energías renovables, reservando un papel protagonista a la nuclear.

"Tenemos los medios para idear casas a 300 euros"

Sobre cómo hay ya directivos procedentes de grandes corporaciones que se han quedado sin empleo, pequeños promotores y propietarios de suelo que se están organizando en cooperativas para salir de la crisis habló ayer en Madrid el director del Departamento de Investigación del Instituto de Práctica Empresarial (IPE), José Antonio Pérez. Este veterano analista del sector asegura que de la rapidez con que se drene el ingente stock de vivienda sin vender ni ocupar dependerá la capacidad de la economía para salir de la crisis. "Si sabemos, por todas las estadísticas disponibles, que la mayor parte de los trabajadores de este país cobra un salario de unos 1.000 euros, lo que tendremos que hacer es ofertar viviendas a 300 en alquiler o en hipoteca y, de hecho, tenemos los medios para hacerlo", aseguró Pérez. Entre las vías que existen para conseguirlo, propuso a las cajas que utilicen el suelo que tienen en sus balances para edificar casas a precios asequibles. Además, sugirió la creación de un banco público de suelo, "como lo hay de alimentos; es la mejor labor social que podrían hacer", dijo.Otra opción para proporcionar a la demanda pisos más baratos y absorber, al tiempo, parte del excedente es lo que se ha realizado ya en alguna promoción inacabada, como consecuencia de la crisis. "Se reestructuran los gastos de la promoción con el objetivo de que las casas se puedan vender a precio de coste (la media es que construir una vivienda de 90 metros cueste 100.000 euros). Es decir, se termina el inmueble, "pero sin mármol o tarima y con la cocina sin amueblar y que sea después el comprador quien elija qué acabados quiere para su casa", explican desde IPE. Es apostar por un mercado inmobiliario low cost.

La cifra

200 millones de europeos dispuestos a pasar largas temporadas en España es un mercado de la suficiente envergadura como para no despreciar.

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