La construcción española se queda fuera del cuartel de la OTAN
Como estaba previsto, las empresas españolas tenían poco chance para llevarse el contrato de construcción del nuevo cuartel general de la OTAN en Bruselas que, finalmente, ha ido a parar a un consorcio belga. Esta obra de edificación, cuyo presupuesto base de licitación es de 640 millones de dólares, está proyectada para levantar una sede de 250.000 metros cuadrados.
Tras meses de reclamaciones del ministerio de Defensa y de la Embajada española ante la alianza atlántica para que se dejara participar a ACS, OHL, FCC y Sacyr, sólo el consorcio formado por Isolux y San José ha podido presentar oferta. El resto había incurrido en un error burocrático por el que la OTAN decidió excluirlas.
Abiertas las seis pujas admitidas, ha sido un consorcio belga llamado BAM Alliance, encabezado por la constructora BAM, quien se ha llevado el proyecto por 456,7 millones. La segunda más competitiva ha sido propuesta por la también belga Jan de Nul, líder de un consorcio con CIT Blaton que ha pretendido hacerse con la actuación de la OTAN por 494 millones.
El del nuevo cuartel general en Bruselas es una de los mayores proyectos europeos de edificación. El sector constructor español ansiaba hacerse con esta referencia como carta de presentación a nivel internacional.
De hecho, las grandes constructoras excluidas (FCC, ACS, OHL y Sacyr Vallehermoso) involucraron a la patronal Seopan en la solicitud de un aplazamiento del concurso para tener la oportunidad de pujar.
La misión de defensa
El Ministerio de Defensa es el encargado de transmitir a las constructoras y empresas de servicios españolas los procesos de licitación que pone en marcha la OTAN. Filtra las posibles candidatas y otorga el certificado que sirve de visto bueno ante la organización.