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El acuerdo desautoriza a la Comisión

La zona euro promete ayuda a Grecia a cambio de un drástico recorte del déficit

La zona euro prometió ayer una respuesta "decidida y coordinada" en apoyo de Grecia si la situación financiera del país llega a amenazar la estabilidad de la Unión Monetaria. A cambio, se exige a Atenas un recorte del déficit público más drástico de lo previsto y se ponen sus cuentas bajo la vigilancia del BCE y de expertos del FMI.

La zona euro promete ayuda a Grecia a cambio de un drástico recorte del déficit
La zona euro promete ayuda a Grecia a cambio de un drástico recorte del déficitReuters

El acuerdo logrado ayer en la cumbre europea extraordinaria celebrada en Bruselas supone una póliza de seguro para las debilitadas cuentas públicas de Grecia; un éxito de las tesis de la canciller alemana, Angela Merkel; y una sonora bofetada en el rostro político de la Comisión Europea.

La reunión también sirvió para comprobar por primera vez las dotes de gestión y persuasión del nuevo presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que superó con mucha holgura su primera prueba en un puesto recién creado y que no tiene todavía perfil ni competencias claras.

Las dudas se mantienen, sin embargo, sobre la efectividad de la declaración de apoyo a Grecia pactada a mediodía de ayer por los 27 países de la Unión Europea. La primera reacción de los mercados fue positiva, pero la ausencia de medidas financieras concretas podría animar a algunos operadores a apostar de nuevo en contra de la cohesión de la zona euro. Por la tarde, de hecho, se percibieron aparentes movimientos bursátiles de frustración por la vaguedad del pacto logrado.

El texto promete una actuación coordinada y contundente de los países de la zona Euro en caso de que la situación financiera de alguno de ellos ponga en peligro la estabilidad del conjunto. La frase, según Van Rompuy, supone "un mensaje político clarísimo" de que Europa acudirá en ayuda de Atenas, aunque el documento precisa que esa ayuda sólo llegará "si fuera necesario". Y el documento se cierra recordando que ese momento no ha llegado porque "el gobierno griego no ha pedido ningún apoyo financiero". A cambio, Atenas se compromete a recortar un 4% el déficit público durante este año. Para lograrlo, los ministros de Economía y Finanzas de la UE endurecerán el próximo martes el programa de estabilidad griego aprobado hace unos días por el entonces comisario europeo de Asuntos económicos, Joaquín Almunia.

El equilibrio entre la promesa de ayuda, la falta de apoyos concretos y la exigencia de rigor, refleja la tesis defendida por Berlín. El Gobierno alemán de coalición (conservadores y liberales) se negaba y se niega a concretar los mecanismos de apoyo al gobierno de George Papandreu mientras Atenas no encuentre dificultades para colocar su deuda pública en los mercados. La última oferta, el pasado mes de enero, registró una demanda de inversores que cuadriplicó el número de bonos ofrecidos.

Apoyo político sin concreción

Al final, Van Rompuy logró cerrar un texto que a mediodía leyó, en inglés y en francés, al pie de la escalera de entrada de la biblioteca Solvay, el novedoso escenario elegido por el ex primer ministro belga para celebrar la primera cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE bajo su batuta. La lectura permitió al belga darse un baño de publicidad tan necesario para su desconocida imagen como simbólico de la situación que atraviesa Europa: la primera declaración solemne del nuevo presidente del Consejo es para anunciar que el club europeo está dispuesto a acudir al rescate de uno de sus socios.

Para llegar a esa escena, Van Rompuy multiplicó los contactos con las partes implicadas hasta que a las 10:30 de la mañana pudo convocar a su despacho a la canciller alemana, Angela Merkel; al presidente francés, Nicolas Sarkozy; y al primer ministro griego, George Papandreu. El texto que les presentó, según las fuentes consultadas, iba más lejos que el principio de acuerdo que pergeñaron el día anterior los ministros de Economía de la zona euro. Merkel mostró cierta reticencia a suscribirlo, pero finalmente lo suscribió.

Aún así Alemania sigue negándose a concretar la solidaridad, más allá del acuerdo político, mientras Grecia no demuestre que está dispuesta a respetar las normas del Pacto de Estabilidad sobre déficit y deuda pública y a presentar unas cuentas públicas que sean fiables. Tras las últimas dos elecciones generales (2004 y 2009), los gobiernos entrantes de turno han descubierto que las cifras de déficit y deuda notificadas a Bruselas por el anterior estaban completamente falseadas. Para reducirlas, por supuesto. La última revisión, el déficit de 2009, pasó del 3,7% en abril del año pasado al 12,7% seis meses después.

El acuerdo de ayer parece mostrar la disposición de Los 27 a atajar esa irresponsabilidad fiscal y contable de la administración griega. Y supone también una desautorización de la Comisión Europea, encargada de validar las cuentas y velar por el cumplimiento del Pacto de Estabilidad, pero que se ha dejado engañar sistemáticamente por Grecia durante más de una década.

A partir de ahora, la vigilancia de las promesas griegas de recorte del déficit la llevará a cabo también el Banco Central Europeo, cuyo presidente, Jean-Claude Trichet, ha sido uno de los protagonistas del acuerdo alcanzado en Bruselas. En la supervisión de Atenas también participarán expertos del Fondo Monetario Internacional, aunque según fuentes comunitarias, parece descarta que el organismo con sede en Washington participe económicamente en un hipotético rescate de Grecia.

Para la Comisión Europea que preside José Manuel Barroso, la incorporación del BCE a la vigilancia de Grecia supone la segunda bofetada institucional desde que empezó la crisis. A finales de 2008, en pleno cataclismo bancario, los ministros de Economía también obligaron a la entonces comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, ha asumir los métodos de análisis del BCE (más preocupado por mantener la estabilidad financiera de la zona euro que por la letra pequeña de la legislación sobre ayudas de estado) en la autorización de las inyecciones de capital públicos a las entidades en dificultades.

Más coordinación económica

Barroso tampoco salió bien parado en la segunda parte de la cumbre, donde se debatió la estrategia de crecimiento y empleo para la próxima década. Los 27 respaldaron el texto presentado por Van Rompuy, en el que no aparece ni una sola referencia al año 2020 propuesto por Barroso como horizonte temporal de las futuras reformas. "Sería estúpido hablar sólo del largo plazo e ignorar el corto plazo", señaló Van Rompuy en la rueda de prensa posterior de la cumbre. Aunque también concedió que "sería igualmente estúpido e, incluso, irresponsable, ignorar el largo plazo". La prioridad, en todo caso, será la salida de la crisis. Y si las propuestas de Van Rompuy se cumplen, los líderes europeos asumirán el control de la agenda económica en detrimento de la Comisión Europea. El belga sugirió ayer incluso que las cumbres al máximo nivel se realicen mensualmente, tanto para estrechar el contacto entre los jefes de Gobierno como para hacer un seguimiento detallado del proceso de reformas económicas.

"A la vista de lo que ha ocurrido en la zona Euro", señaló Van Rompuy en alusión a la crisis y al caso griego, "está claro que hace falta una coordinación mucho más estrecha para evitar que se reproduzcan los problemas actuales". El presidente francés, Nicolas Sarkozy, coincidía: "esta crisis ha demostrado la necesidad de un mejor gobierno en Europa.

Pero también en ese terreno se impusieron las tesis de Berlín. Merkel exigió y logró que cualquier referencia al gobierno económico incluyese a los 27 socios de la UE, porque teme que si se limita a los países de la zona euro pueda convertirse en un contrapeso político del BCE. Y ese gobierno, en lugar de aplicar sanciones, como sugirió la presidencia española, utilizará los fondos europeos como incentivo para animar a los países a acometer las reformas en una Europa cada vez más germana.

Zapatero, comprador de deuda griega

José Luis Rodríguez Zapatero, a pesar de su condición de presidente semestral de la UE, se perdió la principal foto de la cumbre (en la que aparecen los líderes europeos con los de Alemania, Francia y Grecia), pero reivindicó su protagonismo en las negociaciones e, incluso, se mostró dispuesto a que España participe económicamente en una operación de rescate de la economía griega."Por supuesto, España también participará", señaló el presidente del Gobierno español en rueda de prensa en respuesta a una pregunta sobre la posibilidad de que el hipotético plan de rescate se articule en torno a la compra de deuda pública griega.Zapatero, como el resto de líderes, obvió la respuesta negativa del mercado al acuerdo europeo sobre Grecia y aseguró que ciudadanos e inversores deben saber que "la UE va a apoyar a cualquier país que tenga dificultades graves".El apoyo a Grecia logrado ayer se cerró en el despacho del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en un encuentro con Nicolas Sarkozy, presidente francés; Angela Merkel, canciller alemana, y George Papandreu, primer ministro griego. Zapatero aseguró después que la estrategia de negociación se diseñó en el desayuno que él mantuvo con Van Rompuy y otros líderes comunitarios.

Compromisos

Los ejes del programa de estabilidad griego-Ajuste. El déficit presupuestario se reducirá en cuatro puntos este año.-Funcionarios. Recorte del 10% en los complementos salariales.-Impuestos. Aumento del impuesto sobre la renta, los especiales y el recargo sobre dividendos. Posible incremento del IVA.-Exacción. Imposición extraordinaria para empresas con beneficios y viviendas de alto valor.

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