Grifols, entre el entusiasmo y el pesimismo de los inversores
El valor sigue un ritmo de fuertes subidas y bajadas por el cambio de expectativas
No se entiende muy bien lo que ha pasado con este valor y me sorprende lo que estamos viendo". Son palabras de Iván San Félix, analista de Renta 4, y se refiere a la evolución que está siguiendo Grifols en Bolsa. La compañía, que se dedica principalmente a la fabricación y comercialización de hemoderivados, pierde en el año el 13,5%, ganó el 1,7% en 2009 sobre el 29,8% que se anotó el Ibex y después de que bajara el 19,5% en 2008. Los analistas, en general, no se explican cómo esta empresa puede reflejar un balance tan negativo siendo una de las más recomendadas. Con datos del viernes, el 80% de los consejos emitidos en los últimos 12 meses han sido de compra, según recoge Bloomberg, y el precio objetivo medio, de 15,44 euros (cerró a 10,56). "Grifols ha sido durante años salió a Bolsa en mayo de 2006 un valor perfecto, con un perfil de riesgo bajo, inmerso en un mercado de crecimiento, de subida de precios y de demanda. En los últimos meses las noticias han dado un giro al deteriorarse las expectativas que se manejaban. Y cuando todo el mundo está muy positivo con una compañía y hay un cambio de sentimiento, las consecuencias son radicales", explica Javier Barrio, responsable de ventas institucionales en España de BPI.
La trayectoria que Grifols ha dibujado en Bolsa en el último año ha sido de auténtica montaña rusa. Mejor les ha ido a algunas de sus competidoras como la estadounidense Baxter, que cae el 3,4% en el ejercicio, o la alemana Biotest, que sube el 5,75%. En general, el sector se ha visto afectado por la decisión de las autoridades de EE UU de bloquear la fusión entre Talecris y CSL, por la denuncia por parte de algunos hospitales estadounidenses contra Baxter y CSL ante la sospecha de que pactaron precios desde 2004, y por la venta que ha realizado CSL de los inventarios acumulados de inmunoglobulina humana intravenosa (IVIG) una vez que su alianza con Talecris no se ha producido, lo que ha presionado los volúmenes en EE UU. "Hay un temor a que los precios de hemoderivados puedan caer porque los inventarios han subido en general. Se ha exagerado mucho. La industria sigue creciendo, es ajena a cualquier escenario económico y no le afecta la crisis financiera", asegura Iván San Felix.
El sector ha sufrido, además, por las altas expectativas que había. "Todas las compañías se han enfrentado a un entorno algo más complicado en el sentido de la sostenibilidad de los precios en el lago plazo. La demanda sigue fuerte, pero quizás no tan alta como se preveía", apunta Javier Barrio.
"Es una compañía que está ajena a cualquier escenario económico"
Las perspectivas sobre Grifols no han variado pese a las dudas que puede haber en el mercado. "A los precios actuales es una clarísima compra", asegura Barrio. Un sentimiento que este gestor comparte la mayoría de sus colegas.
Los analistas encuentran varias razones que apoyan la inversión en Grifols tanto desde el punto de vista particular como general. Por un lado, Baxter, que tiene la mayor cuota de negocio del plasma en el mundo (23%) anunció en su día del inversor celebrado el pasado septiembre que espera mantener un crecimiento entre el 7% y 9% los próximos cinco años. "El mensaje está completamente en línea con las expectativas de Grifols y significativamente es más optimista que el de CSL", argumentan desde BPI.
Por otro lado está el crecimiento en la demanda del plasma, aupado por las nuevas indicaciones del producto, el envejecimiento de la población y en el potencial en los mercados emergentes.
Bajo estas consideraciones, los expertos esperan no sólo que Grifols progrese, si no que lo haga más rápidamente que el resto. "Será capaz de adelantarse al mercado por su capex inversiones para comenzar una actividad, mantenerla o mejorarla y su alto ratio de autosuficiencia en el negocio", explican en BPI.
Los resultados de Grifols seguirán conducidos por la división de Bioscience, especializada en la investigación, desarrollo, producción y comercialización de hemoderivados, que supone el 76% del total. Para los próximos tres años, los expertos calculan un crecimiento de los ingresos sobre el 21% . La unidad de diagnóstico y hospital suponen el 11% y 9%, respectivamente.
El próximo 25 de febrero la compañía hará públicas sus cuentas correspondientes al ejercicio 2009. Si resultan positivas, como así se espera, "podrían ayudar a la cotización", opina Iván San Felix. El consenso del mercado calcula una cifra de ventas de 960 millones de euros (+18%) y un crecimiento del beneficio neto del 28%.
Con la vista puesta en el alzhéimer
El crecimiento de la industria de hemoderivados está basado en las expectativas que presenta el negocio tradicional, pero también en las nuevas aplicaciones que se avecinan.Actualmente algunas compañías están estudiando la aplicación de los hemoderivados contra el alzhéimer, una enfermedad que afecta a 35 millones de personas en el mundo. Baxter ha presentado un experimento en fase dos con resultados "prometedores", señala un informe de BPI. Por su parte, Grifols publicó a finales de 2009 el resultado preliminar de un ensayo clínico que "sugieren una tendencia a la estabilización de la enfermedad en los pacientes tratados", según explica la propia compañía.Para los expertos aún es difícil trasladar el potencial que tendría para la industria del plasma la aplicación contra el alzhéimer, pero reconocen que está influyendo positivamente en las previsiones futuras. "El crecimiento que esconden estas compañías es importante. Las aplicaciones del plasma podrían triplicarse si se utilizan contra el alzhéimer, y eso tendría un impacto considerable en los resultados", explica Javier Barrio.
La cifra
140% es lo que gana Grifols desde que saliera a cotizar en mayo de 2005. La compañía logró dos años después un precio máximo de 20 euros (+354%).