Un 'gran hermano' real para seleccionar directivos
El 'head hunter' Cátenon abre sedes en nueve países tras un proceso formativo en el que participaron 15 aspirantes de diversas naciones
Me sentía totalmente en un concurso. Como si estuviera en Gran hermano o en El aprendiz. Era una sensación generalizada de todos los que participábamos", reconoce Juan Glegg, actual director de Cátenon en México y concursante en un proceso selectivo mundial de tres meses de la firma de búsqueda de ejecutivos para sus nuevas oficinas.
Cátenon decidió que la apertura de sede en nueve países se haría mediante un original proceso selectivo. Durante tres meses, del 29 de junio al 29 de octubre, reunió en Madrid a 15 aspirantes con los gastos pagados. Todos ellos residieron en el hotel madrileño NH Prisma, junto a sus parejas en el caso de que la tuvieran, y durante las semanas que duró la selección fueron superando distintos procesos formativos. El premio final: abrir una oficina de la firma head hunter en su país de origen o incorporarse a alguna ya abierta.
Los candidatos que quisieran concursar debían cumplir los requisitos de disponer de un MBA en alguna de las 10 escuelas más prestigiosas del mundo (entre ellas, IESE e IE Business School), haber trabajado tres años en una multinacional, hablar al menos tres idiomas y "ser un techie", explica Francisco Rubira, gerente internacional de la firma. Contactaron con 2.100 interesados, quienes tuvieron que superar diversas pruebas, como una entrevista filmada (un producto especialidad de la consultora que ofrece a sus clientes para hacer las selecciones), hasta convertirse en uno de los 15 finalistas. Glegg, por ejemplo, trabajaba de consultor en México cuando recibió la oferta. æpermil;l había estudiado en el IE hasta enero un MBA (entidad que le avisó de la búsqueda de la consultora), así que regresó a Madrid. "Los mayores problemas para regresar eran logísticos, ya que quería hacerlo junto a mi esposa, que en ese momento estaba trabajando, y mentalizarme de que era un proceso de selección de tres meses sin sueldo", explica.
Los aspirantes "tenían planificada hora a hora toda su agenda", explica Rubira. De 7.00 a 8.00 horas iban al gimnasio, luego desayunaban todos juntos y después empezaba la jornada formativa, que iba desde el conocimiento de la empresa, a preparar un plan de negocio final. "Al principio había mucha competitividad, hasta que te das cuenta de que no es un concurso que dura las 24 horas del día y que la competencia no es tanto con tus compañeros, sino tú solo contra el mundo", explica Glegg.
El trabajo final, presentado ante un jurado, consistió en diseñar un plan de negocio fiable para el país de origen. Tenían que analizar el potencial crecimiento del mercado, los objetivos económicos y financieros o los futuros clientes.
El jurado aprobó los proyectos para las nuevas oficinas de Australia, Brasil, México, República Checa, Israel, Turquía, Rusia, India y Emiratos Árabes. Además, se incorporaron cinco candidatos a las sedes de España, Alemania, Dinamarca, Holanda y Francia. æscaron;nicamente se quedó fuera el candidato irlandés porque su plan de negocio no pasó el corte.
Formación como un circuito de Fórmula 1
Durante tres meses, los candidatos tuvieron que superar un proceso de aprendizaje diseñado por el equipo de Pilar Llácer, directora internacional de innovación y formación. Crearon una herramienta online denominada CTC (Cátenon Training Center), que posteriormente se ha extendido al resto de empleados. El CTC está concebido como un circuito de Fórmula 1, con distintas paradas que se deben ir superando, cada una correspondiente a un contenido. En un mes pilotaron por los grandes premios de Australia, Bahrein, Malasia y China.En cada pit stop los aspirantes se tenían que filmar para ser valorados por los ejecutivos de la firma y darles el visto bueno para la siguiente etapa. Si no lo hacían correctamente, suspendían y tenían que volver a pasar por esa parada. "El sistema nos permite formar a las personas de igual forma independientemente de donde se encuentren. El objetivo es que todos saliesen de aquí con un mensaje unificado de qué es Cátenon, de los servicios que ofrecemos y de nuestra metodología", añade Llácer."En el siguiente mes estuvieron practicando un rol play de casos reales con profesionales de la firma de cualquier parte del mundo, que les sometían a situaciones del día a día", explica esta ejecutiva. Por las tardes comenzaron a realizar bases de datos de clientes reales en los países donde deberían abrir las oficinas. El siguiente nivel fue un posgrado, diseñado específicamente por IESE, sobre gestión y planes de negocio a nivel internacional. Y en la última semana prepararon su plan de negocio, el pasaporte final para su nuevo trabajo.
Hacerse amigos
Los responsables de la consultora buscaron, además, que los concursantes se hiciesen amigos. Para ello, planificaron actividades culturales y de ocio conjuntas, como visitas a la capital, a los alrededores de Madrid (Segovia, Ávila) o para realizar una parte del Camino de Santiago. "Buscamos una retroalimentación entre ellos, que se llevasen bien, porque en el futuro su colaboración será muy importante para la compañía", explica Francisco Rubira.