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Más ayuda para reactivar el préstamo

A la espera de que la savia del crédito vuelva a fluir

La crisis ha rebajado la demanda de financiación, pero la banca también ha reducido su concesión. Afectados y expertos reclaman más ayudas para desbloquear la situación

La banca y su generosa y en ocasiones desmedida concesión de créditos durante los años del boom inmobiliario están en el origen de la actual crisis económica. Y ahora que el ciclo se ha dado por completo la vuelta, la financiación crediticia se ha convertido en un bien preciado y escaso, reservado sólo a los más solventes, a pesar de los intentos del Gobierno por activar la actividad crediticia y del balón de oxígeno que han supuesto para la banca española las inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo. Así, el crédito nuevo a empresas y familias descendió en el tercer trimestre del año el 11,7% interanual, en parte por la menor demanda y en parte también por los criterios mucho más restrictivos con los que los bancos conceden financiación.

El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, advertía esta semana a la banca europea que había llegado el momento de emplear las ayudas públicas y las inyecciones de liquidez recibidas desde el estallido de la crisis en la concesión de crédito, ingrediente básico para devolver el pulso a la economía. Reconocía que la congelación del crédito se debe especialmente a la débil demanda que impone la actual situación de crisis pero también reprochaba al sector el uso en ocasiones especulativo que se ha hecho de las ayudas. De hecho, los bancos han encontrado en la barra libre de financiación dispuesta por el BCE dinero barato, a un interés del 1%, con el que no sólo hacer frente a sus necesidades más inmediatas de liquidez sino con el que también realizar inversiones en activos de deuda pública, de rentabilidad superior, dejando a un lado la operativa clásica con la que la banca hace negocio, la de captar y prestar dinero a sus clientes.

Sin problemas de liquidez

El 80% de los autónomos tiene problemas de crédito

"La banca española no tiene problemas de liquidez", reconoce un directivo financiero. De hecho, todos los vencimientos de deuda de la banca española -por 70.000 millones de euros hasta octubre- se han ido renovando con nuevas emisiones y el ratio de liquidez, que mide el saldo crediticio total sobre el volumen de depósitos, ha ido mejorando hasta superar el 70%, explican en Analistas Financieros Internacionales (AFI). Sin embargo, sorteado ese primer escollo y con las necesidades de liquidez cubiertas, aparece en el horizonte más inmediato un problema de mayor calado, el de la solvencia. Así, la banca española afronta el vencimiento de la voluminosa deuda emitida en los años precedentes -con la que financió la intensa actividad crediticia que sostuvo el crecimiento de la economía española-, junto con una morosidad creciente, que exige elevadas provisiones. "La situación no mejora. El crédito no se ha abierto, esa es la realidad. Es un problema de solvencia, por un lado de los clientes que no pueden pagar y por otro, de las entidades, que tienen que cuadrar sus balances y no están en condiciones de prestar", resume Juan Manuel Santos-Suárez, presidente de Avalmadrid, una de las sociedades de garantía recíproca dedicadas a avalar ante la banca a empresas y pymes en la difícil búsqueda de financiación.

La banca defiende que la adversidad del entorno económico provoca una caída inevitable de la demanda de créditos, mientras que del otro lado, particulares, pymes y autónomos denuncian que el crédito está restringido, hasta el punto de ahogar la actividad empresarial. Como en la pescadilla que se muerde la cola, la crisis impone una menor petición de crédito pero si el crédito no fluye se hace difícil salir de la crisis.

Pymes y autónomos

"Hay un cuello de botella en la financiación a autónomos y pymes. La banca ha de responder ante los vencimientos de deuda con el dinero que toma y queda poco para dar créditos", señala José Barea, catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid y presidente del Observatorio del Trabajo Autónomo. Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) dibuja un panorama mucho más desolador. "Ocho de cada diez autónomos tiene problemas de crédito, o bien porque no se lo conceden o bien porque su banco le ha reducido su póliza de crédito. Y a corto plazo el panorama no es halagüeño, en 2010 la banca hará más provisiones y concederá menos crédito. El poco que hay cada vez lo acumula en mayor medida la Administración", denuncia Amor, que recuerda que antes de la crisis, sólo dos de cada diez autónomos se encontraban con la negativa del banco para lograr financiación.

Paralizadas las inversiones a cuenta de la crisis, el mayor problema con que se encuentran pymes y autónomos es el de la liquidez y el cierre o restricción a sus líneas de crédito. "Líneas que estaban abiertas se cierran o se limitan, en el circulante es donde más se aprecia el problema de la financiación", señala Juan Manuel Santos-Suárez. De hecho, antes de la crisis el 20% del negocio de Avalmadrid se concentraba en la gestión de avales para circulante, una actividad que ahora representa el 55%. Y ni siquiera el recurso a una sociedad de garantía recíproca es en ocasiones suficiente para lograr el aval con el que acudir al banco. En Avalmadrid, que ha realizado este año 1.800 operaciones con pymes y autónomos por 285 millones de euros, también se desestiman solicitudes. El número de solicitantes se ha duplicado pero el número de operaciones ha crecido el 40%.

"En términos generales, la financiación a empresas ha estado más castigada que a particulares, a los que tarda más en llegar el impacto del ciclo económico. Pero no han cambiado los criterios de financiación de la banca sino la situación: el riesgo de no pagar un crédito es mayor cuando hay caídas importantes de la facturación", defiende el responsable de banca de particulares de una entidad financiera, a propósito de las limitaciones a las líneas de liquidez de las empresas. Y de nuevo como contrarréplica a las entidades financieras, desde la pequeña y mediana empresa denuncian que ni siquiera la adjudicación de una subvención pública sirve ya como garantía para que la entidad financiera adelante el importe adjudicado hasta el momento efectivo del cobro de la subvención.

Ayudas públicas y líneas ICO

Para Miguel Ángel García, responsable del gabinete económico de Comisiones Obreras, "es verdad que hay un problema de demanda solvente, no todo el mundo cumple con los requisitos para obtener un crédito. Pero las cifras muestran que hay un problema real de oferta de crédito. La refinanciación de la deuda y las provisiones por morosidad hacen que la banca se tenga que concentrar en cuadrar el balance". De nuevo aparece el problema de la solvencia del sistema financiero español, pendiente de un intenso proceso de fusiones en las cajas de ahorros que hará necesaria la intervención del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), dotado con un importe inicial de 9.000 millones de euros, ampliables hasta los 90.000 millones con los que asegurar la viabilidad de la banca española. "El ICO ha hecho lo que ha podido pero serán necesarias más ayudas públicas para que fluya el crédito", añade García.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció el jueves que las líneas de financiación del ICO han movilizado más de 18.000 millones de euros este año, destinados a préstamos a 350.000 empresas y familias, una financiación que duplica a la concedida en el pasado año.

Ante la virulencia de la crisis, el ICO puso en marcha este año las líneas para autónomos y pymes ICO-Pyme e ICO-Liquidez, en las que por primera vez comparte el riesgo con las entidades financieras. Es decir, si una empresa recibe 200.000 euros y deja de pagar, el ICO perdería la mitad de lo adjudicado y el banco que articuló el préstamo, la otra mitad. La entidad financiera tiene que asumir la morosidad que le corresponde, con lo que termina por aplicar los mismos criterios de riesgos que se establecen en un crédito completamente privado.

Fuentes del ICO recuerdan que este organismo se sirve de la red de oficinas de la banca, dada la inexistencia de una banca pública, y explican que los importes que se adjudican son los que ya han pasado el filtro de la banca, lo que condiciona inevitablemente la adjudicación. Así, la dotación de créditos prevista para 2009 para contener el impacto de la crisis asciende a 39.000 millones de euros, de los que se habrían empleado la mitad. "Se mejoró la burocracia en la tramitación de las peticiones, pero la línea ICO Liquidez es un fracaso, ha llegado a 54.000 autónomos y ha habido 700.000 solicitudes. La solución es que se aumenten las garantías y los avales del Estado", afirma Lorenzo Amor, presidente de ATA.

Los dos grandes bancos, Santander y BBVA, son los que han contribuido en mayor medida a la comercialización de las líneas ICO. En el año, BBVA ha formalizado casi 2.150 millones de euros de líneas ICO, de los que 1.170 millones corresponden a la línea ICO-Liquidez, mientras que Santander lleva concedidos a pymes y autónomos 2.722 millones de euros en préstamos ICO.

En cuanto al crédito privado, y a pesar de la contundencia que muestran los datos oficiales, hay algunos signos de actividad. En Pastor aseguran que el crédito hipotecario nuevo crece al 17% interanual, sin contar con las renovaciones. Y en Popular, donde el 44% de la cartera de créditos es a pymes, afirman que el crédito a clientes aumentó al 4,7% interanual a septiembre. Sin embargo, las estimaciones para 2010 no apuntan a grandes alegrías. AFI prevé una caída del saldo crediticio en 2010 del 6%, desde un descenso del 1,4% en 2009, un pronóstico que, de cumplirse, traerá aún más dificultades a las empresas y las familias.

Más desafíos para el medio plazo

El próximo día 21 de diciembre vencen las dos principales líneas de financiación puestas en marcha este año por el ICO que, aunque no han sino la panacea para las apremiantes necesidades de financiación de pymes y autónomos, han contribuido a evitar un cerrojazo total del crédito. Después de pasar el filtro del cumplimiento de requisitos que marca el ICO y de las exigencias que establecen las entidades financieras, se ha adjudicado alrededor de la mitad del importe previsto. "Las dotaciones para 2010 se tendrán que ajustar a la demanda real, que será previsiblemente menor", apuntan fuentes del organismo.Este pronóstico se alinea con el duro escenario macroeconómico que se espera en España para el año próximo, con más desempleo y una recuperación económica que se fía al menos para 2011. Y en este contexto, la banca estará también en una posición más difícil para conceder crédito. Las exigencias de dotaciones por insolvencias serán más elevadas a cuenta del avance de la morosidad y el sector no podrá contar ya con la valiosa ayuda de las inyecciones de liquidez del BCE, cuya retirada será otro factor en contra de la recuperación del crédito. "Dependerá de la entidad de que se trate, porque el mapa financiero español es muy heterogéneo. En las entidades más dependientes de estas inyecciones y con menor acceso a los mercados mayoristas de financiación podría tener un mayor impacto", señalan fuentes de BBVA. Por otro lado, y en un horizonte a más largo plazo, el propio sector financiero ya está advirtiendo del impacto que las nuevas exigencias de capital que entrarán en vigor en 2012 puede tener sobre la concesión del crédito. Emilio Botín, presidente de Santander, señaló recientemente que "establecer indiscriminadamente mayores requisitos de capital afectará, sin duda, al coste y accesibilidad del crédito". En cualquier caso, y una vez superada la crisis, nadie espera ya el regreso de los tiempos de crecimiento imparable del crédito.

Radiografía de la financiación

34,36% es el alza interanual registrada en septiembre en la financiación a la Administración pública, la única que despunta desde el inicio de la crisis.1,10 billones del saldo crediticio concedido por la banca se concentra en construcción y vivienda, una cifra que sólo ha caído el 0,3% en el último año.-27,94% ha descendido el importe de los nuevos créditos concedidos a empresas por hasta un millón de euros, según el último dato de octubre.

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