China y nosotros
Hace unos días, Pekín anunció la reducción de entre un 40 y un 45% de sus emisiones de dióxido de carbono por unidad de PIB de aquí a 2020, compromiso con el que China llega a la Cumbre del Clima en Copenhague. Ciertamente es una incógnita cómo implementará Pekín este singular anuncio. No hay precedentes de una política de repliegue parcial de intensidad energética de estas dimensiones para un país con un crecimiento como el chino, único en la historia mundial.
Pekín estima que la contaminación del país pone en peligro el crecimiento y, por tanto, la estabilidad social. A la vez, sabe que como resultado del proceso de implementación del plan debe invertir considerablemente en tecnología verde y que, con ella, se le abre la posibilidad de exportar este know how. Por tanto, hay un gran negocio en ciernes. La declaración sobre reducción de emisiones se produjo dos semanas después del anuncio con Washington para desarrollar de manera conjunta un centro en China para la investigación de energías renovables.
De aquí se siguen cuatro reflexiones. Primero, es una coincidencia llena de sentido que los dos mayores consumidores y productores de energía del mundo se empeñen en el desarrollo de un business global de la energía. Pero esto no excluye que, en el desarrollo de energía limpia en China, no coparticipen más los países de la UE.
Segundo, el negocio de las nuevas energías nos remite directamente a la Expo de Shanghai 2010. El evento será un enorme escaparate y Madrid será la única ciudad española con un pabellón propio, en el que se incluyen dos proyectos bioclimáticos. Tal despliegue se hace con la presencia de arquitectos catalanes que apuestan desde hace una década por la sostenibilidad del diseño urbano vinculado a las tecnologías verdes en China.
Tercero, inversamente, cuenta lo que muestre la parte china. Destaca la ciudad de Dongtan, la primera de una serie de urbes verdes de la China que viene. Con Shanghai 2010 se abre la oportunidad de fructíferos diálogos. Será una posibilidad singular para contactar con la nueva generación de especialistas medioambientales y diseñadores chinos de ciudades sostenibles.
Cuarto, la reflexión sobre qué hacer para relacionarnos mejor con China en estos temas se ha convertido en un asunto más familiar. Recientemente ha habido dos relevantes conferencias internacionales: la de Cambio climático y Energías Renovables en Asia y África, celebrada en Madrid, y el Sexto Fórum Asia, celebrado en Barcelona. Aún nos faltan recursos humanos en China para estudiar las oportunidades del nuevo negocio de la energía del futuro.
Augusto Soto. Consultor y colaborador académico del departamento de Economía de Esade (URL)