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Cumbre de Copenhague

La cumbre sobre el clima arranca sin un compromiso global

Hoy arranca la decimoquinta cumbre mundial sobre cambio climático sin un acuerdo global y con una fuerte división sobre el papel que deben adoptar los países desarrollados y los emergentes en la reducción de emisiones.

Varias personas llegan a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Copenhague.
Varias personas llegan a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Copenhague.Efe

China es el país que más contamina del mundo. En 2007, último dato disponible, emitió 1.800 millones de toneladas de CO2. El segundo y el tercer lugar lo ocupan EE UU, con 1.585 millones, y la UE con 1.036.

Las tres delegaciones acuden a la decimoquinta cumbre contra el cambio climático en Copenhague (Dinamarca) con objetivos ambiciosos para reducir sus emisiones de CO2 (en ningún caso las vinculan a un objetivo global) y con dudas sobre el papel que deben jugar cada una de ellas para evitar el calentamiento global, tal y como está fijado en el Protocolo de Kioto. Este acuerdo, firmado en 1997, establecía objetivos de reducción de la contaminación para los 37 países industrializados. Fuera de ese pacto quedan China o India, el primer y el cuarto más contaminantes, que no están obligados a presentar ningún objetivo en la cumbre.

Por este motivo, tanto el Gobierno chino como el indio se negaron en primer lugar a plantear límite a sus emisiones, sin que antes lo hicieses EE UU. El presidente de China, Hu Jintao, así se lo transmitió al presidente de EE UU, Barack Obama, en su último encuentro a finales de noviembre, en el que le señaló la necesidad de que el crecimiento económico de China (el Ejecutivo prevé que el PIB seguirá avanzado a tasas del 10%, pese a la recesión mundial) no se viera condicionado por la lucha contra el cambio climático.

Este mismo argumento es el utilizado por otros países emergentes, como India o Brasil, para solicitar que sean los países desarrollados los que asuman gran parte del coste económico para combatir el calentamiento global. El Ministerio de Medio Ambiente español calcula que en el entorno de 2020 serán necesarios cerca de 100.000 millones de euros al año para consolidar los mercados de carbono y un modelo energético limpio a nivel mundial. "El mundo desarrollado está buscando un modelo alternativo y no estamos dispuestos a someternos a su supervisión", dijo un portavoz de la delegación india en la víspera del inicio.

Ante esa amenaza, los países industrializados han tomado nota y han presentado objetivos muy ambiciosos. La UE plantea una reducción del 20% en 2020 y la principal novedad es el compromiso adquirido por EE UU, que por primera vez en la historia se ha impuesto reducir las emisiones un 17% antes de 2020. Ese compromiso, sin embargo, queda un poco diluido porque la reducción se fija con respecto a 2005 y no frente a 1990 (fecha en la que las emisiones eran mucho mayores), tal y como exige el protocolo de Kioto. Además este compromiso debe ser refrendado aún por el Senado.

El gesto de EE UU ha tenido respuesta inmediata por parte de China, que ha anunciado que presentará en Copenhague una propuesta para reducir entre un 40% y un 45% las emisiones por unidad de PIB en 2020. Esto no significa que vaya a recortar emisiones, ya que al estar las mismas ligadas al desarrollo del país, seguirán creciendo, aunque a menor ritmo que en la actualidad.

India también se ha sumado al anunciar que reducirá su intensidad energética entre un 20% y un 25% en 2020 sobre los niveles de 2005.

España mejora, pero sigue lejos de Kioto

España ha hecho un esfuerzo extra estos dos últimos años en la reducción de emisiones de gases contaminantes, pero se enfrenta a Copenhague y a la presidencia europea aún muy lejos de cumplir sus compromisos del Protocolo de Kioto.Según los datos preliminares avanzados el viernes por la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, las emisiones de gases de efecto invernadero caerán en 2009 entre un 7% y un 9% respecto de 2008, cuando cayeron un 8%. Ribera añadió que entre 2005 y 2009, estas emisiones han bajado un 20%. "La crisis sólo ha provocado una caída de un 4%", afirmó Ribera, que resaltó el descenso en el sector eléctrico (un 20%) y del transporte (un 5,6%).Este descenso supone que España se queda en una horquilla de emisiones de CO2 de entre el 37% y el 34% más de lo que emitía en 1990, año de referencia para los compromisos de Kioto. España se había comprometido a que a finales del periodo 2008-2012, superaría las emisiones de 1990 en tan sólo un 15%. Pese a encontrarse aún lejos, Ribera señaló que ese escenario no se revisará hasta el segundo semestre de 2010, cuando se podrá comprobar si el descenso de emisiones es mayor que el previsto.De cara a la presidencia europea, Ribera avanzó que España pujaría por aumentar el compromiso europeo de descenso de emisiones hasta un 30% en 2020.

Obama, en la clausura

Barack Obama sorprendió el viernes al anunciar que asistirá a la clausura y no a la inauguración. El cambio se interpreta como un gesto que podría contribuir a cerrar un acuerdo. El primer ministro indio, Manmohan Singh. también asistirá al cierre de la cumbre.

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