Una subida anual del 11% para la Bolsa desde 1978
El mercado ha soportado ciclos alcistas y bajistas en estos casi 32 años. Pero ha demostrado que es rentable
Muchos profesionales de la inversión están convencidos de que la Bolsa, a la larga, siempre es rentable. Y aunque en 9.000 números de CincoDías se han contado grandes subidas y no menores descalabros de la renta variable española, el resultado ratifica esa convicción. El 2 de marzo de 1978, cuando se cerraba el número 1, el Índice General de la Bolsa de Madrid concluyó en un nivel equivalente a los 50,06 puntos actuales. Siete años después había duplicado precio y capitalización. Este viernes se situó en 1.209,5, lo que significa una revalorización anualizada del 10,78% desde entonces. Dicho índice se calculaba cada año en base 100 hasta 1985, cuando comenzó a hacerse de forma continuada. "Donde más se gana dinero con el tiempo es en el mercado, ni pisos ni nada", explica Manuel Pecero, un jubilado de 65 años que trabajó como agente de cambio y bolsa.
Pero, más allá de la rentabilidad, en casi 32 años los mercados han pasado por una radical transformación, se han modernizado y se han acercado a las familias.
Algunas cifras son ilustrativas: la capitalización ha pasado de 7.621 millones (49.200 millones contando la inflación, que en 1978 era del 19,8%) a 1,02 billones; la retribución al accionista se ha incrementado de 1.037 a 26.160 millones en 2009; el número de fondos ha subido de 24 a 2.646, y su patrimonio, de 107 millones a 162.563 millones. "El desarrollo de la cultura financiera ha conseguido aumentar la inversión. Ya no se compran sólo matildes (acciones de Telefónica, conocidas así por un anuncio), sino que hay otras compañías", dice David Cano, de AFI.
El parqué de Madrid recibía cada mañana acciones físicas
Así, el panorama para el inversor es diferente. Hoy tiene a su disposición, y sin salir de casa, acciones, fondos de todo tipo -incluidos hedge funds-, opciones, futuros, contratos por diferencias, fondos cotizados, warrants y productos garantizados. Antes se negociaban acciones, los citados 24 fondos y valores de renta fija. No había mucho más, además de los tradicionales depósitos. Y aunque invertir cuando los tipos de interés estaban altos, en torno al 26%, parece sencillo, la inflación -cercana al 20%- se llevaba parte del rendimiento. Lo que no ha cambiado tanto son las estafas. En 1974 fue el caso Sofico y en 2008, Madoff.
La presencia empresarial era fuerte entonces. En 1978 se contabilizaban 527 entidades en el mercado, hoy cotizan 127. Las fusiones, opas, privatizaciones y adquisiciones cambiaron el mapa empresarial. Algunas desaparecieron, como Galerías Preciados, Simago, Seat, Rumasina, Xaroa, Campsa, Unión Cervecera o Banca López Quesada. Otras continúan, como Telefónica, Santander, BBVA, Bankinter, Banesto, Popular, Pastor Tubacex, Zardoya Otis o Urbis. "La contratación era a viva voz. Tenías que estar físicamente preparado. Se hacía todo a mano; se anotaban las órdenes, había que sumar o restar de memoria y todo eso a mucha velocidad", comenta Daniel Alonso, ex apoderado de agente de Bolsa, hoy jubilado con 70 años.
En 1978 la sesión comenzaba a las 10 de la mañana y terminaba poco antes de las 12. Los lunes no abría. "La puerta de la Bolsa era como Mercamadrid. Llegaban temprano furgonetas o pequeños camiones cargados con las acciones físicas de los inversores que venían de la central de valores de los bancos. Después subías a la planta de liquidación y, cuando terminabas, llegabas al parqué con los contratos. Tras la negociación tenías que contrastar los datos con los compañeros para evitar errores, sacar el efectivo, sumar el timbre, cuadrar cuentas..., había muchas más horas de trabajo después", dice Pecero. "Algunas acciones volvían a los bancos y otras se las llevaban los inversores a casa", añade.
Los títulos físicos incluían cupones que iban recortándose con el pago de dividendos o con las ampliaciones. La unidad de contratación era los enteros, una centésima parte del nominal, que en la mayoría de los casos era de tres euros. "La reforma de la Bolsa ha sido muy positiva. Ahora hay profesionales, más transparencia, la Bolsa es más accesible, más ética...", señala Antonio Torrella, de 67 años, consejero delegado de Interbrokers y presidente del grupo Torrella.
Para los que vivieron la era primitiva de la Bolsa hay una fecha que señalan como el gran paso a la modernización: julio de 1988, mes en el que se aprobó la Ley del Mercado de Valores, que daría paso a la negociación electrónica y la creación de la CNMV. Con ello, se consiguió además animar a los inversores extranjeros, que actualmente suponen el 61% de la inversión total.
"Aún quedan muchas cosas por hacer"
David Cano, de AFI, reconoce que la Bolsa ha avanzado mucho, pero "no tanto como una economía desarrollada". "Han surgido nuevos vehículos de inversión, pero queda mucho por hacer", dice. "Tenemos 10 o 15 compañías grandes, que es donde se mueve el negocio, y el resto, nada". Cano echa en falta el desarrollo de las pequeñas compañías y, en ese sentido, considera que el mercado alternativo tiene un importante potencial.
Inversores con muchos años de experiencia
Antonio Torrella. Interbrokers. "No había profesionalidad y los precios eran irrisorios. Se ha conseguido una Bolsa más accesible y transparente"Daniel Alonso.Jubilado. "Iba a los bancos a recoger las órdenes para estar en la Bolsa al inicio de la sesión. Necesitabas tener mucha memoria"Manuel Pecero. Jubilado. "Las acciones físicas tenían unos cupones que recortabas con el pago de dividendo o las ampliaciones. Trabajabas con una libreta"Joaquín Gallén. Jubilado. "Llegaba a la Bolsa a las cinco de la mañana y tenía que escribir a mano 80 cartas para informar a los agentes de las operaciones"