CIT insta el concurso de acreedores, el quinto mayor en EE UU
La crisis financiera no cesa. Nueve bancos locales fueron intervenidos prácticamente de un plumazo el viernes por parte del Fondo de Garantía de Depósitos y el domingo, CIT, una gran entidad financiera que llevaba meses tambaleándose, solicitó el concurso de acreedores preacordado con sus prestamistas en un juzgado de Manhattan.
CIT es una firma de 101 años que se ocupa de hacer préstamos a un millón de pequeñas y medianas empresas en EE UU, principalmente. Con activos valorados en 71.000 millones de dólares y un pasivo cifrado en 64.900 millones, su paso por los juzgados es uno de los que mueven los primeros puestos en los rankings. Su concurso es el quinto más importante después del de Lehman Brothers, Washington Mutual, General Motors y WorldCom.
La forma en la que se ha orquestado el concurso es muy parecido al de la empresa automovilística ya que se ha llegado a un acuerdo con el 90% de los tenedores de la deuda para poner en marcha un plan que permita a la firma una salida rápida de este proceso y emerger con un modelo de negocio viable a finales de año.
Los bonistas aceptarán que la deuda se transforme en nuevos títulos y con un periodo de vencimiento más dilatado en el tiempo. El objetivo es eliminar unos 10.000 millones de dólares en deuda.
Los accionistas y el Gobierno se sitúan del lado de los perdedores. Los primeros posiblemente pierdan toda su inversión y Washington tiene muy pocas posibilidades de volver a ver los 2.300 millones de dólares del TARP que dio a esta firma bajo el mandato de George Bush. CIT pidió dinero una segunda vez pero le fue denegado y tampoco pudo acogerse al plan de garantía de deuda puesto en marcha por el Fondo de Garantía de Depósitos, motivo por el cual la entidad ha estado meses negociando una salida a la crisis.
El principal problema de CIT es que utilizaba la deuda a corto para financiar sus operaciones y este mercado se secó y solo ahora comienza a funcionar, en cierta medida por la intevención de la Fed. Los últimos ocho trimestres le han hecho acumular unas pérdidas de 3.000 millones de dólares. CIT no presenta un riesgo financiero sistémico como el que protagonizó Lehman pero su situación es una muy mala noticia para la economía real dado su papel en la financiación de empresas, máxime en un momento en el que el acceso al crédito sigue estando muy complicado para las pymes.
Los negocios principales de CIT continuarán operando fuera del concurso y su división bancaria, que tiene 10.000 millones en activos tampoco forma parte de este proceso judicial. Jeffrey Peek, consejero delegado de la firma dijo ayer, a través de un comunicado, que CIT va a continuar "proveyendo de financiación a nuestros clientes, pequeñas y medianas empresas"