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Finanzas

La banca en el torbellino de la morosidad

Los impagos crecen ya a menor ritmo, pero la refinanciación de créditos y los inmuebles en balance plantean peligros para 2010.

Las cuentas de resultados del tercer trimestre de las principales entidades españolas dejan varios rasgos comunes: la continuidad en el avance de la tasa de la morosidad -aunque en muchos casos sean ya inferiores las cantidades de créditos que pasan a la categoría de morosos-, el aumento de las provisiones por insolvencias, el progresivo deterioro de los márgenes de negocio y, como consecuencia última de todo ello, el descenso en los beneficios.

La crisis económica y, especialmente, la elevada tasa de paro están llevando a la banca a dar prioridad a las provisiones por insolvencias. Hay que cubrirse ante los impagos que se avecinan para el año que viene, que la banca augura más complicado que el actual. Y además, es necesario avanzar las eventuales pérdidas que surgirán de la venta de la multitud de activos inmobiliarios que la banca ha incorporado a su balance y que están perdiendo valor. Son la pesada herencia de las promociones financiadas al calor del boom inmobiliario y que luego han encontrado serias dificultades de pago.

La banca está sacrificando beneficios en favor de mayores provisiones con que cubrir la morosidad, aunque quizá no con la exigencia que sería del agrado del Banco de España, según fuentes del sector.

Pero a pesar de la estrecha y reputada vigilancia que ejerce el banco regulador, algunas firmas de análisis consideran que la morosidad de la banca española podría ser superior a la que presentan las cuentas del trimestre. Es decir, que los riesgos no se medirían sólo por los créditos que se dejan de pagar sino por todos los inmuebles que ha comprado la banca y que pueden generar pérdidas y por todos los créditos que se refinancian y que, por sus propias dificultades de pago, también podrían convertirse en morosos. Todo un arsenal de morosidad latente que puede condicionar las cuentas de resultados de los próximos años. La agencia de calificación financiera Moody's ya puso recientemente el dedo en la llaga en un discutido informe en el que aseguraba que la banca española necesitaría 57.000 millones de euros adicionales de provisiones para prevenir pérdidas.

"Quizá algunos activos pueden sufrir mayor deterioro en el futuro pero, en cualquier caso, el Banco de España no va a permitir que se infravalore la morosidad y el deterioro de esos activos y creo que todos los participantes en el sector son conscientes de ello", defiende Santiago Carbó, catedrático de la Universidad de Granada y asesor de la Reserva Federal estadounidense. Fuentes bancarias apuntan a que el Banco de España va a comenzar a ser más exigente. Por lo pronto, comenzará a requerir provisiones por el 20% del valor de tasación de los activos inmobiliarios dados en pago de la deuda a partir del primer año de su incorporación al balance, desde el requisito actual del 10%. Se trata de una medida de prudencia, sin la categoría de circular regulatoria, pero es todo un aviso a navegantes al que ya se han aplicado algunas entidades. Santander ha destinado 600 millones de euros de plusvalías a saneamientos para cubrir inmuebles, tras lo que quedan provisionados al 25% y BBVA afirma que ya tiene sus activos inmobiliarios provisionados al 20%.

Más provisiones

"Las entidades están haciendo provisiones extraordinarias e intentan reponer las provisiones genéricas que se van consumiendo, ya sea con plusvalías o a costa de recortar los beneficios", explica Alejandro Ruyra, analista de Kepler. Sin embargo, tal y como puntualiza Carbó, "se empieza a aceptar a escala internacional que el ejemplo español de la provisión anticíclica fue bueno pero no suficiente". La banca lo sabe y prevé un escenario mucho más duro para el próximo año, en que la morosidad alcanzaría su punto álgido en el primer semestre. Las entidades financieras aún cuentan con el colchón de las provisiones genéricas, que han diferenciado a la banca española de sus competidores europeos y que le están permitiendo atenuar el impacto arrollador de la morosidad. Pero ese paracaídas promete agotarse en 2010, en un momento en el que el sector aún no estará a cubierto de las inclemencias de la crisis.

En todo caso, los pronósticos ya se han suavizado mucho a lo largo de 2009. A comienzos de este año el sector auguraba una tasa de morosidad hacia el mes de diciembre de entre el 7% y el 8% y el último dato oficial, del mes de agosto, revela impagados por el 4,93%. Y en un entorno de desempleo galopante, esta contención despierta cierta incredulidad entre algunas firmas de análisis, muy atentas a la morosidad que podría estar larvándose en los activos inmobiliarios y en los créditos que se refinancian.

Analistas Financieros Internacionales (AFI) calcula que si se tiene en cuenta el incremento registrado de los activos en balance desde que la morosidad comenzó a crecer, la tasa real de impagos sería tres puntos superior a la tasa de morosidad publicada. Es decir, el 10% en lugar del 6,2% en 2009 y para 2010, el año en que se prevé que la morosidad alcance su punto máximo ante la subida del desempleo, la tasa real alcanzaría el 11,3%, frente al 7% en que quedaría sin incluir los activos inmobiliarios.

Refinanciación de créditos

Para Credit Suisse, la morosidad de la banca española está infravalorada en una cuantía que ronda los 30.000 millones de euros, el equivalente al 33% del volumen de impagos que soporta el sistema y también al importe de activos inmobiliarios adquiridos por las entidades en los dos últimos años. Reconoce que la morosidad ha reducido su ritmo de avance en el año y que no todos los activos inmobiliarios ni los créditos refinanciados tienen por qué convertirse en morosos. Pero también advierte que las últimas cifras trimestrales subestiman los problemas actuales del sistema financiero español. Por un lado, "los activos inmobiliarios se han incorporado al balance a valores poco realistas" y, por otro lado, desconfía de que la banca esté renegociando únicamente los créditos de clientes solventes y con capacidad de devolver el dinero al cabo del tiempo.

La banca defiende que la renegociación bien puede evitar la entrada en mora de un crédito y recuerdan que se ajusta a criterios establecidos por el Banco de España, que no pueden aplicarse a créditos sin posibilidades reales de pago. "La refinanciación tiene que ser realista y hacerse con la expectativa de que el cliente va a pagar el crédito", añaden fuentes de la institución. Al cierre de 2008, BBVA había refinanciado créditos por 6.500 millones de euros, equivalentes al 1,9% de su cartera y al 78% de su volumen de morosos. El pasado año, Sabadell renegoció 2.000 millones de euros de los 65.000 millones de créditos en cartera y este año ha refinanciado 500 millones. "Con una morosidad en el 3,47%, no necesitamos forzar las refinanciaciones", defienden fuentes de la entidad.

La renegociación de créditos que ya han entrado en mora es una de las armas que está empleando la banca para rebajar los impagos pero, tal y como explican en el sector, esto no supone que el crédito deje de contabilizarse como moroso. Así, y según los criterios que marca el Banco de España, un crédito no deja de ser moroso a menos que transcurran entre 3 y 12 meses en los que vuelva a estar al corriente de pago. Y más allá de la morosidad que pueda aflorar en los próximos meses, "ni antes la banca española estaba en tan buena posición ni ahora está tan tocada. Después de todo, y a diferencia de la crisis de los años noventa, la mayoría son créditos con garantía real", opina Alejandro Ruyra.

Márgenes sólidos por poco tiempo

A pesar de que los tipos de interés están en el mínimo histórico del 1% desde el pasado mes de mayo, las entidades financieras españolas aún han presentado crecimientos de dos dígitos en sus márgenes de intereses, la partida de la cuenta de resultados en la que se mide la gestión que hace el banco del dinero que capta y el precio al que lo presta. Santander y BBVA ofrecen crecimientos del margen de intereses superiores al 20%, debidos en buena parte a la contribución de su negocio internacional, pero la banca mediana, centrada en el negocio doméstico en España, consigue alzas de más del 10%: 12,7% para Sabadell; 11,6% para Banco Popular, y 10,7% para Banesto.Los analistas advierten que esta fortaleza en los márgenes ha empezado a debilitarse en el tercer trimestre y es anticipo de las dificultades que están por llegar. De hecho, comienza a hacer mella la repreciación de los créditos, es decir, la actualización de la cartera crediticia a unos tipos de interés más bajos, en especial de las hipotecas, lo que deja menos margen para los bancos. Sólo las entidades financieras que apliquen un suelo de tipo de interés mínimo en sus hipotecas podrán sortear con más holgura el estrechamiento de márgenes que se prevé.Alfredo Sáenz, el consejero delegado de Santander, que ha presentado un crecimiento del margen de intereses del 24,3% interanual, reconocía esta semana que tal ritmo de incremento no será sostenible en los próximos trimestres. Sin embargo, hay otros factores más allá de la repreciación a la baja de la cartera crediticia que van a pesar en el negocio. Fuentes financieras apuntan que parte del margen de intereses ha estado apoyado por la posibilidad con que ha contado la banca de financiarse a bajo precio gracias a la barra libre de liquidez del Banco Central Europeo, para invertir después en deuda pública a un interés superior al 3%. Por ejemplo, alrededor del 10% del margen de intereses conseguido en el año por Bankinter, que no cuenta con suelo en el tipo de interés de su cartera de créditos, se ha generado gracias a la operativa con la cartera de deuda, no directamente del negocio con clientes.La evolución del margen de intereses será un aspecto clave para las entidades españolas con un perfil más doméstico, más aún si, al hilo de la recuperación económica en la Unión Europea, el Banco Central Europeo endurece próximamente las condiciones en que ofrece liquidez a la banca.

Las claves del tercer trimestre

1. Caída de beneficios. Los cinco grandes de la banca española -Santander, BBVA, La Caixa, Banco Popular y Caja Madrid- alcanzaron un beneficio neto conjunto al cierre del tercer trimestre de 13.602 millones de euros, lo que supone un descenso interanual del 11%, motivado en gran parte por las mayores provisiones por insolvencias. En conjunto, estas entidades han destinado a provisiones más de 18.000 millones de euros.

2. Plusvalías a provisiones. La dotación de la morosidad actual y de la que está por llegar es ahora la prioridad de la banca, que ha renunciado a engrosar su beneficio neto con plusvalías. Santander ha destinado 1.400 millones de ganancias extraordinarias a provisiones genéricas y otros 600 millones de plusvalías a saneamiento de activos inmobiliarios. BBVA ha dedicado a provisiones 830 millones de euros de la venta de oficinas y La Caixa ha hecho otro tanto con los 249 millones de ganancia de la venta del 1% de Telefónica.

3. Solvencia y liquidez. La banca está recomponiendo sus ratios de capital, debilitados con el estallido de la crisis y las dificultades para obtener financiación. En las cuentas del tercer trimestre se observa el impacto de las numerosas emisiones de preferentes, bonos convertibles y ampliaciones de capital, como la realizada por Banco Popular. En cuanto a la liquidez, está a resguardo con la financiación del BCE.

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